El hato ganadero bovino de Costa Rica creció en casi 350.000 cabezas entre 2014 y 2021, y alcanzó 1.621.727 unidades de ganado. Los datos se desprenden de la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Este aumento obedece al incremento en la demanda de carne de China, desde 2014, afirmó el director ejecutivo de la Corporación Ganadera (Corfoga), Luis Diego Obando.
De acuerdo con el Censo Agrícola Nacional del 2014 realizado por el INEC, en ese momento existían 1.278.817 cabezas de ganado. Para 2020 esa cifra ya alcanzaba las 1.427.793 unidades y para el 2021 aumentó en 193.934 animales.
Según Obando, existen varias razones del aumento en las exportaciones de carne al país asiático. En primer lugar, porque la exploración del mercado chino aumentó con el Tratado de Libre Comercio entre Costa Rica y China, lo que permite que ese producto entre sin aranceles a ese destino. El acuerdo comercial entró en vigor en el 2011.
Otros factores que amplían la demanda desde ese mercado son los problemas de abastecimiento de carne de cerdo que tuvo China, lo que hizo que su población migrara a otras proteínas como la carne de res. Además está el crecimiento económico que ha tenido el país luego de la pandemia. Para 2021 el crecimiento de la producción interna del gigante asiático fue de 8,1%, respecto al 2020, según datos del Banco Mundial.
El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), indica que a pesar de que el hato ganadero sí ha aumentado, no lo ha hecho así el área de producción, la cual se mantiene estable desde 2014. Los datos del Censo Agrícola Nacional del 2014 muestran que un total de 1.044.909,6 hectáreas eran utilizadas para el pastoreo, 43,4% del total de la superficie productiva en el país.
Desde el 2014, China ha sido el país al que más ha aumentado la exportación de carne de Costa Rica. Entre 2014 y 2021, las ventas casi se multiplicaron por 10, en 19.388 toneladas anuales extra (+ 992%). Mientras tanto, los envíos a Estados Unidos han descendido paulatinamente desde ese año.
Menor contaminación, mayor productividad
Obando aseguró que el sector ganadero ha hecho esfuerzos en mejorar las prácticas de producción sostenible, lo que a su vez hace al ganado más productivo. Según él, las prácticas aplicadas que generan menor emisión de gases de efecto invernadero (GEI) también promueven la rentabilidad y productividad del hato.
En noviembre del 2015, se publicó la Estrategia para la Ganadería Baja en Carbono en Cota Rica, la cual promueve prácticas en la actividad que beneficien la mitigación y adaptación al cambio climático y promueve una mayor rentabilidad y productividad en las fincas, pero también una mayor captación y menor generación de GEI.
“Hemos notado que entre más prácticas de esa índole se ejecutan en las fincas, se aumenta productividad y rentabilidad, pero también, se disminuye la emisión de gases de efecto invernadero”, explicó Obando.
El representante explicó que una de esas prácticas es el pastoreo racional rotacional. Esto consiste en que el ganado consuma el pasto en el momento donde es más óptimo y en espacios pequeños. Días después pasa a otro apartado donde la pastura está en su momento óptimo. Lo anterior mejora el consumo del ganado y hace más eficiente el uso del área por medio de cercas eléctricas.
Otras prácticas que mencionó el experto son la distribución efectiva del agua en los apartados, llevando líquido a las áreas reducidas donde se ubica el ganado. Así como las mejoras en la genética de los animales, la cual es transmisible a sus crías, y hace que el ganado tenga un mejor peso en menor tiempo.
Además, que el ganado se desarrolle en bosque genera condiciones favorables para su desarrollo, como un menor nivel de estrés y mejora la calidad del alimento del hato. Según el viceministro de Agricultura y Ganadería, Fernando Vargas Pérez, los ganaderos conservan alrededor del 18% de las áreas de protección del Estado.
¿Cuál es el límite?
Existe un límite al que podría crecer el hato ganadero en la misma área que se produce actualmente, lo que también permite que se pueda hacer de forma sostenible. La Corporación Ganadera maneja información de que actualmente existen fincas que pueden manejar hasta tres animales por hectárea. Según el MAG, actualmente el sector maneja un promedio de 1,6 animales por hectárea.
Obando estimó que se podría duplicar el hato ganadero sin necesidad de ampliar el área, mientras se apliquen buenas prácticas de producción.
“Fácilmente, podríamos tener más de tres millones de cabezas en Costa Rica como dato general. Algunas fincas podrán tener más y algunas menos, lo que va a depender de aspectos topográficos y climáticos de cada finca, pero el techo todavía está alto”, calculó el representante de Corfoga.
En eso coincidió Rafael Marzall, profesor de la Universidad EARTH y experto en ciencias en el área de producción animal, quien mencionó que con las condiciones de precipitación y radiación que existen en Costa Rica, el promedio de 1,6 animales por hectárea fácilmente se puede duplicar, pero que no es un proceso inmediato.
Marzall calcula que ese crecimiento tardará al menos 15 años debido a que las tecnologías y prácticas que generan mayor producción tienen que ser acogidas por la mayoría de los productores. Los ganaderos muchas veces están imposibilitados de hacerlo debido a falta de recursos económicos, falta de conocimientos técnicos o falta de interés, destacó.
La forma en la que la productividad puede aumentar es teniendo más cabezas de ganado en la misma área, con mejores y más modernas prácticas. Según el experto de la EARTH, el camino para la sostenibilidad en la ganadería a nivel mundial –y en Costa Rica– consiste en aumentar la captación de carbono y la eficiencia de los sistemas; y no aumentar el área de producción.
Marzall recalcó la importancia de que cada vez más productores acojan estas nuevas prácticas, explicó que un sistema de baja tecnificación va a contaminar más que los sistemas más tecnificados, que pueden captar hasta tres veces más de la contaminación que emiten, siendo así carbono positivos.