El hato de ganado bovino costarricense se ha mantenido en niveles similares durante los últimos seis años, según revelan los resultados de la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA) de 2017 a 2023. Esta tendencia responde a una combinación de factores, entre los que destacan la eficiencia de los sistemas productivos y los vaivenes de la comercialización en el mercado internacional, según coinciden especialistas del sector ganadero.
Los resultados de la ENA 2023, publicados el 29 de octubre, estiman el hato en 1.510.563 cabezas, un incremento de 1.552 animales respecto a 2022, cuando el conteo fue de 1.509.011 cabezas. Esta variación no es estadísticamente significativa, confirmó el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), encargado de la ENA.
La ENA, que se elabora desde 2017, incluye información estadística sobre la producción agrícola, forestal y de ganado bovino y porcino, con el objetivo de apoyar la toma de decisiones en el sector agropecuario. El INEC señaló a La Nación que los resultados de la encuesta tienen un nivel de confianza del 95 %, por lo cual la diferencia entre años no es estadísticamente significativa para los datos de los hatos vacuno y porcino en el periodo de 2017 a 2023.
En la encuesta de 2022, el resultado reflejó una disminución de 112.716 cabezas desde las 1.621.727 registradas en 2021.
La Corporación Ganadera (Corfoga) consideró que el comportamiento refleja un hato nacional estable, a pesar de la exportación de altos volúmenes hacia China en años anteriores.
“Que el hato refleje poca variabilidad nos indica que estamos haciendo las cosas bien; nos sentimos satisfechos de que el dato no se haya movido en terreno negativo”, expresó Luis Diego Obando, director ejecutivo de la organización, a La Nación. El hato estimado excluye sacrificios, exportaciones e importaciones.
Obando subrayó que los datos de la ENA son relevantes en cuanto a crecimiento en comparación con los del último Censo Nacional Agropecuario, elaborado en 2014, cuando el hato se estimó en 1.278.817 cabezas. Recordó que uno de los factores que ha mantenido el inventario es la tendencia creciente de exportaciones de carne hacia China, entre 2017 y 2022.
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El aumento de las exportaciones redujo la capacidad de reproducción en el hato, mientras que la emergencia por la pandemia de la covid-19 elevó la demanda entre los consumidores nacionales.
Fernando Vargas, viceministro del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), indicó que durante el auge de exportaciones hacia China se sacrificaron muchas hembras y, además, en el mercado nacional algunos sectores prefieren el consumo de carne de esta categoría.
Corfoga estimó que el consumo per cápita de carne bovina durante 2023 fue de 13,12 kilos. En 2022 se ubicó en 13,13 kilos.
Manejo más eficiente del hato bovino
Carlos Campos Granados, especialista en Ciencia de la Carne y Nutrición de Rumiantes de la Escuela de Zootecnia de la Universidad de Costa Rica, aclaró que los resultados de la ENA no representan un estancamiento, sino un aumento en la eficiencia de los sistemas productivos. “Estamos produciendo más con los mismos animales o con menos”.
Esto se debe, en parte, a la implementación de nuevas tecnologías e investigaciones. Para Campos, los datos demuestran que el país ha alcanzado una eficiencia productiva sin necesidad de aumentar el número de animales. No obstante, mencionó que factores externos, como el incremento en la importación de productos lácteos, podrían frenar el crecimiento del hato en algunas fincas.
En tanto, Obando añadió que el desarrollo de programas y estrategias nacionales se enfoca en incrementar la cantidad de animales por hectárea mediante sistemas de pastoreo y alimentación mejorados.
Erick Montero, director ejecutivo de la Cámara Nacional de Productores de Leche, destacó que el hato lechero y de doble propósito se ha mantenido estable, abasteciendo tanto el mercado nacional como las exportaciones. Indicó que la mejora genética y la implementación de sistemas de producción sostenibles han impulsado el incremento de la producción de leche por hectárea y por vaca en producción.
Por otro lado, Vargas señaló que el MAG desarrolla iniciativas para incrementar la cantidad de animales por finca bajo el programa de adaptación al cambio climático, mediante prácticas que garantizan mayor productividad, conocido como NAMA. Esto ha permitido que, pese a la disminución de hembras, el hato se mantenga en niveles similares. Vargas añadió que muchas fincas tienen la capacidad de albergar más ganado en las mismas áreas, gracias a la eficiencia productiva.
Los datos de 2023 indican que el 59,7% del hato bovino se destina a la producción de carne; el 21,4 % corresponde a ganado de doble propósito; el 18,8 % a la actividad láctea, y el 0,1% a animales de trabajo.
Durante 2023 se estima el nacimiento de 411.059 animales, de los cuales el 49,6% fueron machos y el 50,4%, hembras. La encuesta también reveló que el 79,2% de las vacas lecheras y el 68 % de las de doble propósito estaban en producción.
Las pérdidas estimadas ascendieron a 63.640 cabezas, principalmente en ganado de carne (56,9%). Las causas de mortalidad varían según la edad de los animales.
La encuesta reveló que el pastoreo sigue siendo el principal sistema de producción para todos los propósitos. El pasto mejorado (con modificaciones genéticas) es la principal fuente de alimentación para el ganado de carne y leche, mientras que las fincas con ganado de doble propósito utilizan mayormente pasto natural.
Campos indicó que la eficiencia se relaciona con la diversificación de la alimentación del ganado, incorporando granos y aprovechando subproductos de la agroindustria, como rastrojos y cáscaras.
Los resultados en ganado porcino
En cuanto al hato porcino, la ENA 2023 estimó 407.778 animales; de estos, el 88,5% se destinó a la producción de carne y el 11,5% a la reproducción. El INEC indicó que existe una relación aproximada de 19 hembras por macho, ya que las hembras representan el 94,9% del ganado porcino destinado a la reproducción.
En la encuesta del año anterior, el hato porcino se estimó en 432.065 cabezas, lo que refleja una disminución de 24.287 animales respecto al año anterior.
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Gabriela Brenes, directora ejecutiva de la Cámara Costarricense de Porcicultores (Caporc), explicó que los resultados no reflejan una menor oferta, sino que demuestran la eficiencia de los productores. “Con un mismo animal, logran mejores parámetros productivos y rendimientos".
En 2023, el consumo per cápita de carne de cerdo en Costa Rica se ubicó en 18,06 kilos, un aumento en comparación con los 17,2 kilos registrados en 2022, según datos de Caporc.
Durante 2023, se registraron 849.643 nacimientos de cerdos, y las pérdidas alcanzaron los 66.702 animales debido a causas naturales, plagas, enfermedades y accidentes. En cuanto a la alimentación, todas las fincas grandes y medianas emplearon concentrado; el tratamiento de residuos se realizó, principalmente, mediante lagunas de oxidación.