La especie invasora conocida como “hormiga loca” sigue extendiéndose por Costa Rica y ahora se instaló dentro de un cantón y un distrito de la Gran Área Metropolitana (GAM), según confirmó el Servicio Fitosanitario del Estado (SFE), del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Verónica Hidalgo, funcionaria del SFE en la región Central Occidental-Grecia, confirmó que la especie de hormiga se ha expandido en los últimos meses hacia Desamparados y San Pedro de Montes de Oca, en San José, así como en los Lirios de Los Chiles, en la zona norte, y en un sector de Colorado de Abangares, Guanacaste, en la región Chorotega.
El SFE alertó de la expansión de esta especie invasora en diferentes partes del país, en octubre anterior. Desde entonces, la entidad registró esas cuatro nuevas localidades en las que hallaron la presencia de este insecto, que es capaz de afectar cultivos indirectamente, así como atacar animales domésticos y silvestres.
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“La especie no ataca los cultivos directamente, pero por el efecto simbiótico con otras especies de insectos como áfidos, cochinillas, o escamas, se convierte en una amenaza para algunos cultivos. Por la cantidad de exudados azucarados que dejan los insectos en el follaje, puede generar un hongo que limita la capacidad fotosintética de las plantas”, explicó Hidalgo.
De acuerdo con la funcionaria del SFE, la mayor incidencia se da en los cultivos de caña de azúcar y de café, por lo que los productores deben manejar la plaga de manera adecuada para evitar una afectación indirecta de la “hormiga loca” en sus terrenos.
Esta plaga se registró, por primera vez en Costa Rica, en el 2016. Se trata de una hormiga pequeña, rojiza, similar a una especie común en Costa Rica, con la diferencia de que esta es nativa del Amazonia de Brasil, y la particularidad de que la especie (Nylanderia fulva) tiene gran capacidad para diseminarse y desplazarse.
Además de las cuatro nuevas ubicaciones registradas en los últimos meses, el SFE informó, en octubre, de que la especie tiene presencia en San Ramón, Palmares, Naranjo, Sarchí, Atenas, Grecia, Poás, Alajuela y parte de Heredia, en la región occidental.
También en Puntarenas, Esparza, Monte de Oro y San Mateo, en el Pacífico Central, así como en La Abundancia de Ciudad Quesada, El Tanque y Chachagua, de la región Huetar Norte. Actualmente, esta especie invasora se ubicó en Cañas, en Guanacaste.
Según un estudio de la Universidad de Misisipi, de los Estados Unidos, una vez establecida, esta especie es muy difícil de controlar, debido a la facilidad con la que alcanzan una densidad de población alta. Al ser un animal tan invasivo, puede desplazarse a otras hormigas y colonizar rápidamente un territorio.
Impacto en cultivos
Alejandro Rodríguez, gerente de la Dirección de Investigación y Extensión de la Caña de Azúcar (Dieca), de la Liga Agrícola Industrial de la Caña de Azúcar (Laica), comentó que fue en el 2016 que dieron con la primera aparición de esta especie de hormiga en cultivos de caña, aunque no hay evidencia de cómo fue el ingreso.
Rodríguez afirmó que la afectación de la “hormiga loca” ha ido en aumento en los cultivos de caña desde que llegó al país, hace siete años. Según el gerente de Dieca, al 2018 la afectación era de entre 100 y 150 hectáreas, pero se duplicó para el 2019.
En el 2020 la afectación superó las 1.000 hectáreas y para el año pasado, la cifra llegó hasta las 4.500 hectáreas de cultivo debido a la rápida expansión de la hormiga en zonas con una importante producción de caña de azúcar, como Cañas, en Guanacaste.
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“En áreas cañeras la hormiga encuentra un hábitat muy propicio para colonizarlo y establecerse. Es un tema tanto de área total, que viene incrementando, y el efecto propiamente que conlleva tener esa plaga en el cultivo. La hormiga no come caña, pero se asocia con otros insectos que sí llegan a afectar”, aseguró Rodríguez.
Según el gerente de Dieca, las pérdidas por este tipo de plaga oscilan entre 10% y 30% en tonelaje por hectárea debido al impacto de esta relación entre la hormiga con los otros insectos con los que se asocia. Por esta afectación, la planta de caña toma un aspecto amarillo, y el cultivo detiene su crecimiento ante la pérdida de la savia.
Pese a que la hormiga puede afectar especies como aves y ganado, ya que son atraídas por las secreciones corporales de esos animales, la Corporación Ganadera (Corfoga), no registra afectación por la plaga en el territorio nacional, confirmó su director ejecutivo, Luis Diego Obando.
Proliferación en invierno
La funcionaria del SFE resaltó que en los meses de invierno, donde hay mayor incidencia de lluvias en el país, son aquellos en los que las poblaciones de “hormiga loca” son mucho más altas y las invasiones a cultivos son más notables para los productores.
Tanto Hidalgo como Rodríguez coincidieron en que la principal recomendación para evitar mayor afectación en los cultivos es la concientización, en el sentido de no mover ningún material de un sitio con presencia de hormiga a otro donde no se ha detectado, porque se reproducen con relativa facilidad.
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Según Hidalgo, la detección temprana de focos y la capacitación de la población en general son clave para la contención de la dispersión de la hormiga en el país. Esta especie anida en zonas de sombra y humedad, como bajo escombros, en materia orgánica, desechos de chapea, entre otros.
De acuerdo con Rodríguez, para controlar la plaga en los cultivos, además de la prevención, es el uso de cebos cuando la hormiga ya está instalada en las fincas, y de manera preventiva, es importante eliminar troncos o residuos de cosecha, así como objetos que estén dentro de los cañales y que puedan servir para que el animal establezca una colonia.