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Los empresarios privados financiarán las investigaciones tendientes a determinar si es factible, agronómica y económicamente, la siembra del café de la variedad Robusta en Costa Rica, un cultivo que se erradicó desde 1988.
Este proceso, que se tardaría cerca de cinco años, será vigilado y controlado conjuntamente por los técnicos del Instituto del Café de Costa Rica (Icafé) y del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), adscrito al Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Así lo reconocieron por separado el ministro del MAG, Renato Alvarado, y el director ejecutivo de la Cámara de Exportadores de Café, Rónald Peters.
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La vuelta al cultivo de la variedad Robusta, más de 30 años después y luego de que en el 2018 se derogó el decreto que lo prohibía en Costa Rica, ha despertado discusiones, pues un sector la califica como contraria a la estrategia nacional de producir café de alta calidad.
La variedad Robusta se estima de menor calidad y tiene precio inferior en el mercado mundial, aunque su utilización va en aumento. Se teme que la mayoría del producto para consumo local provenga de este tipo.
Quienes defienden ese regreso a dicha variedad señalan que no afectará áreas de alta calidad, porque el Robusta se cultiva en zonas bajas, contrariamente al Arábico.
Además, la actividad del Robusta se realizaría con una adecuada separación de la actividad cafetalera tradicional del país centrada en la siembra del tipo arábico.
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Aparte de eso, se desarrollaría en zonas de poco desarrollo relativo, como Upala, San Carlos, el Pacífico central, Sarapiquí y las llanuras de Guanacaste, donde hay pocas fuentes de empleo, afirman las cámaras de Productores de Café; la de Exportadores, así como la Nacional de Tostadores, al defender el proyecto.
El decreto que derogó la prohibición de la variedad de menor calidad, en el 2018, ordenó una fase de investigación para determinar si es factible volver a cultivarlo de nuevo. Puso en las manos del Icafé esa tarea, pero la entidad dijo que no cuenta con recursos, por lo cual debería transferirlos de otros programas.
En vista de esa situación, el MAG puso de acuerdo al sector privado cafetalero, al INTA y al Icafé para que, mediante una alianza público privada se realicen los ensayos de investigación, explicó el ministro Alvarado.
Al tener claridad acerca de la participación de cada parte, se trabaja actualmente en el convenio que regulará las tareas, según el jerarca del sector público agropecuario.
Peters prefirió no adelantar el nombre de las dos compañías cafetaleras privadas que ya están listas para hacer y financiar los ensayos. Aseguró que se realizarán en varias zonas del país.
Alvarado, en tanto, explicó que los empresarios importarán material genético nuevo para hacer los ensayos, principalmente de Brasil, pero bajo la vigilancia estricta de los especialista del INTA y del Icafé.
El Ministro aseveró que se debe garantizar que la investigación sea realmente diáfana y centrada en demostrar si las condiciones agroclimáticas y económicas lo hacen factible. Las partes coinciden en que hay mercado para ese tipo de café.