El Instituto Nacional de Café (Icafé) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) advirtieron sobre un fuerte incremento de la enfermedad de la roya que afecta el cultivo de café, pues el contagio del hongo es mayor del 50%, respecto a los valores históricos, y hay una tendencia hacia el incremento debido a las lluvias.
Con el incremento de la enfermedad existe el riesgo de generarse una afectación en las plantaciones similar a lo ocurrido en la crisis del año 2012, según informaron las autoridades este viernes 23 de setiembre, en un comunicado de prensa.
“Las instituciones hacen un llamado para reducir los efectos negativos como la caída abundante de las hojas de los cafetos, que desemboca en el agotamiento anticipado de las plantas afectadas y obliga a los caficultores a realizar labores intensas de renovación de tejidos para recuperar el vigor y la productividad de la finca”, indicó Miguel Barquero, del Icafé.
El funcionario agregó que el equilibrio productivo de las plantaciones afectadas perjudicaría a las familias productoras, quienes verían un descenso en sus ingresos en los siguientes dos años al menos.
El incremento de la enfermedad obedece a un inicio anticipado del período lluvioso, que se ha caracterizado por precipitaciones frecuentes y de variable intensidad junto a una mayor prevalencia de temperaturas cálidas durante la noche.
Según publicó La Nación, en enero del 2013, el sector cafetalero nacional perdió $42,6 millones en la cosecha 2012-2013, consecuencia del fuerte ataque de la roya. Las pérdidas alcanzaron 232.916 fanegas de café en fruta (corresponden a igual cantidad de quintales de grano beneficiado).
Además de las mermas monetarias, la afectación del 2012 impactó el período de recuperación que traía la producción cafetalera.
Recomendaciones
Las autoridades recomiendan a los productores inspeccionar las plantaciones para verificar que la condición de la enfermedad sea menor a 10% de incidencia y, de no ser así, implementar lo antes posible una aplicación de fungicidas con los productos de protección recomendados.
Además, se aconseja realizar labores agrícolas que favorezcan la circulación del aire y la entrada de luz, con ello se promueve que las hojas se puedan secar más rápidamente y el hongo no aumente con facilidad.
Barquero explicó a La Nación que la enfermedad afecta específicamente a las hojas y provoca su caída, por lo que la planta se debilita y dificulta la producción del grano. Si se llega a dicho estado, los caficultores deben podar la planta, por lo que la afectación en la producción se extiende hasta a dos años.
Por ahora el Icafé aún no tiene estimaciones sobre las pérdidas que podría causar la afectación de la roya para la presente cosecha, pero Barquero aseguró que el sector se encuentra en un punto en el que, si toma acciones contra la enfermedad, el impacto podría controlarse y evitar un escenario como el del 2012.
El hongo afecta a las zonas cafetaleras de todo el país, incluyendo áreas que aportan en gran medida a la producción nacional como el Valle Central, el Valle Occidental y algunas zonas de Los Santos.