Wendy Vargas, produce melón en San Pablo de Nandayure en Guanacaste y asegura que la restricción efectuada por Alemania a finales de marzo a un lote de la fruta que contenía residuos mayores a los permitidos en territorio europeo del pesticida clorotalonil, vino a afectar a todo los productores de Costa Rica porque temen afectaciones en la comercialización a nivel nacional e internacional.
Vargas, es la presidenta de la Cámara Nacional de Productores y Exportadores de Melón y Sandía de Costa Rica (Canapecu). Señaló que la noticia ha sido tomada con mucha preocupación por el gremio porque quienes se dedican a la producción de frutas y exportan hacia Europa conocen sobre las restricciones en el uso de productos agroquímicos y el estricto proceso de monitoreo.
“A los productores nos afecta y no solo a nosotros sino a la imagen del país, y eso es grave, porque se comprometen muchas cosas al momento de afectar la producción a nivel nacional, la fruta de Costa Rica es reconocida a nivel internacional por su calidad, no puede menos que angustiarnos porque nos impacta negativamente”, aseguró.
Las autoridades sanitarias alemanas emitieron una alerta debido a que el cargamento de la fruta costarricense contenía una concentración del agroquímico de 0,08 mg/kg, cuando la cantidad permitida en la UE es de apenas 0,01 mg/kg.
Vargas dijo desconocer el origen de la fruta que fue restringida en Alemania y que es un lote pequeño. “Definitivamente es algo que impacta a nivel de comercialización, eso puede afectar significativamente la posibilidad de colocar la fruta y además que no solo afecta a la finca que tuvo el problema sino a todo el sector por el tema de los agroquímicos”.
Indicó que es un gremio pequeño conformado por no más de 26 proyectos productivos a nivel nacional y vienen implementando desde hace años medidas alternativas de productos agroquímicos debido a que se han restringido la lista de insumos autorizados.
“La situación pudo darse por un error, no creemos que haya sido premeditado, porque estamos claros que producto se pueden usar bajo condiciones muy estrictas y que hay restricciones muy fuertes en Europa”, señaló Vargas.
El Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) ya identificó a la empresa que envió un cargamento de melones, indicó a La Nación el director de la entidad, Nelson Morera Paniagua.
El funcionario explicó que elaborarán un expediente para inspeccionar la empresa y verificar buenas prácticas agrícolas, entre ellas el registro de la utilización de los plaguicidas, así como las dosis y periodos de carencia, además de otras posibles causas del incumplimiento.
Este lunes, los productores agremiados en Canapecu, por medio de un comunicado hicieron un reclamo público a las autoridades por lo que consideran que lo ocurrido es un “un hecho aislado” y aseguran no recibir información de la SFE sobre las investigaciones del caso.
La organización gremial indicó que el fungicida clorotalonil, es una molécula fabricada en Europa y en Estados Unidos, se utiliza como parte de un proceso de manejo integrado de control de enfermedades en las fincas productoras de melón tanto en Costa Rica como en los países de la Unión Europea (UE).
La agrupación también criticó el rol que desempeña el MAG en la asistencia técnica hacia los productores y la aprobación del registro de nuevas moléculas (de agroquímicos) más eficientes y amigables con el medio ambiente.
Especialistas reaccionan
Elídier Vargas, autor del estudio Uso aparente de plaguicidas en Costa Rica publicado en 2021 por el Programa de Naciones Unidas para Desarrollo (PNUD), coincidió que en Costa Rica los productores carecen de asistencia técnica y capacitación.
Dijo a La Nación, que esta situación que viene ocurriendo desde mediados de los años 90 con la reestructuración del Estado, trajo consigo el debilitamiento de las instancias de investigación agrícola y de asistencia técnica.
Actualmente, son pocos los gremios que cuentan con instancias de investigación, como el banano, la caña de azúcar y el café, razón que para Vargas pone en perspectiva la falta de acceso a información técnica en el resto de sectores.
Además que urge desligar la asistencia técnica de la venta de plaguicidas, según lo retoma Vargas de un informe elaborado por el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) elaborado en el 2011. “Es una situación perniciosa, los agricultores se dejan llevar por los vendedores de plaguicidas”, añadió.
El especialista también citó la deficiencia en los registros de los parámetros técnicos para proteger la salud de los consumidores y los productores, es el caso del periodo de reingreso que es el tiempo de espera para reingresar a las plantaciones luego de aplicados los agroquímicos. Este depende de cada sustancia.
El otro parámetro es el periodo de carencia, el tiempo que el agricultor debe esperar para poder cosechar y comercializar el producto, tiempo que también depende del comportamiento de la molécula del agroquímico.
“Las autoridades deben revisar los periodos de carencia y de reingreso de todos los plaguicidas que se están usando para productos hacia el mercado nacional e internacional y establecerlos con criterios técnicos”, recomendó.
LEA MÁS: Inspeccionan dos plantas para bovinos y cerdos en Costa Rica con miras a la exportación hacia Cuba
Agregó que la investigación agrícola debe dirigirse a generar alternativas de producción menos dependientes de los plaguicidas químicos sintéticos y refirió a manera de ejemplo la reducción del uso del bromuro de metilo en el melón en la zona de Guanacaste logrado con el apoyo del Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal.
Por su parte Morera, señaló que el SFE a través de la Unidad de Control de Residuos de Agroquímicos se encarga en dar capacitación en Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) a los productores en todo el territorio nacional.
“Es un asunto de reeducar a la gente, porque durante mucho tiempo alguna pequeña porción de los agricultores no ha tenido una capacitación idónea para aplicar los agroquímicos de manera correcta” y mencionó como ejemplo la insistencia de cumplir con el período de carencia.
El ingeniero agrónomo Luis Torres, aseguró que la mayoría de productos agroquímicos en el mercado han pasado por un proceso de investigación y desarrollo muy riguroso para que se les apruebe el uso en un determinado cultivo, esto incluye la dosis y la frecuencia de aplicación que garantiza que no hay residuos a la hora de comercializarse, pero todo esto está en dependencia de cómo son manejados.
“Los agroquímicos no son malos per se (por sí mismos); el uso correcto que se les dé es lo que hace que esté bien o esté mal porque hay suficiente investigación muy rigurosa y muy cara por cierto”, indicó.
UE versus Codex de la FAO
Por su parte Renzo Céspedes, asesor de la Corporación Hortícola Nacional y de la Corporación Arrocera Nacional, mencionó la aplicación del Pacto Verde establecido por la UE en el 2019, que plantea una serie de iniciativas ecológicas, entre ellas parámetros de medición de residuos de pesticidas en los alimentos más rigurosos a los que internacionalmente aprueba el Codex Alimentarius que administra la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
El SFE explicó que en Costa Rica, según el Codex, el límite permitido para clorotalonil en melón es de 2 mg/kg, mientras que la UE establece 0,01 mg/kg.
A juicio de Céspedes, esta situación debería impulsar a las autoridades de Costa Rica brindar mayor respaldo técnico a los productores, pero por el contrario se ha venido reduciendo la asignación presupuestaria a las instancias a cargo.
Señaló que al Ejecutivo también le corresponde impugnar en las instancias correspondientes los límites de residuos que son menores a los establecidos por la FAO.
Morera, del SFE, también destacó la relevancia del Codex de la FAO pero dijo que son respetuosos de los parámetros establecidos por la Unión Europea.
“Si este melón estuviera aquí, cosa que no sucede, no estaría generando algún daño a la salud de las personas”, inidicó.