El mercado costarricense recibió hace 17 años una nueva variedad de papaya, identificada como Híbrida Pococí, lograda a través de mejoramiento genético. Más pequeña y más dulce que las variedades criollas, logró con buen suceso la aceptación en los consumidores y lo está logrando en el exterior con ventas de $1,47 millones durante 2022.
La nueva variedad de la fruta surge de las modificaciones genéticas que realizó el equipo de especialistas dirigido por Eric Mora, investigador de la Universidad de Costa Rica (UCR) y Antonio Bogantes, investigador del Instituto Nacional de Innovación y Transferencia en Tecnología Agropecuaria (INTA).
La Nación conversó con ambos ingenieros, especialistas en Agronomía, para conocer detalles de un proceso que inició en 1996 en la UCR.
A partir de 1999 ambas instituciones se juntan y desde la estación experimental del INTA en Guápiles, Limón, inicia el proceso de desarrollo genético hasta que en 2006 fue “liberada” (con acceso al mercado) la nueva variedad.
Mora explica que el procedimiento se realizó mediante el tratamiento de las semillas que duró varias “generaciones”, al realizar cruces iniciales hasta llegar al producto con fines comerciales, lo que puede tardar entre 10 y 20 años, sin embargo en este caso fueron siete años.
Los procesos de prueba o validación de las nuevas variedades los realizan antes de liberarlas, a fin de comprobar su adaptación, primero en las estaciones experimentales y luego con pequeños grupos de productores.
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Las características específicas, como mayor contenido de azúcares, el tamaño, la resistencia a plagas o enfermedades y el tiempo de maduración, son obtenidos a través de los cruces genéticos que son comprobados en varias generaciones, luego se deben estabilizar los resultados hasta llegar al esperado.
Bogantes, por su parte indica que el objetivo de este proceso, que surgió como iniciativa de los dos investigadores, era darle al consumidor de Costa Rica una papaya de mejor calidad. Posteriormente ambas entidades establecieron un convenio para continuarlo.
“La dinámica de qué y cómo lo hacemos surge de la retroalimentación del mercado y de los productores, tenemos que pensar en el productor que siembra para vender y en el consumidor que tiene necesidades”, asegura.
De ahí que ha surgido la posibilidad de apuntar hacia una papaya de pulpa amarilla.
Claroscuros en mercado nacional
Diego Barboza, presidente de la Asociación de Productores de Papaya para Exportación (Asopropa), que agrupa a 19 productores de la región de Guácimo en la provincia de Limón, refiere que desde que fue liberada la variedad, logró una buena aceptación en el mercado nacional e internacional.
“De hecho cuando salimos con este producto al mercado internacional, dejan de consumir las que tienen en ese momento y asumen la de Costa Rica”, asegura. La fruta de la variedad Híbrida Pococí pesa entre 800 gramos y 2 kilos.
Sin embargo, reconoce que son inconstantes en suplir la demanda del exterior debido a los altos costos que enfrentan los productores, quienes invierten sus propios recursos en la actividad. “Los costos son tan altos como en la piña o banano, pero con la diferencia que estos se producen con grandes capitales y la papaya con el capital de cada productor”.
Estos altos costos surgen por la necesidad de nutrientes y de agroquímicos por las plagas que acechan a la fruta, esto sumado a la alta necesidad de mano de obra para la cosecha. Estos costos ascendían en 2021 a ¢13 millones por cada hectárea que produce 100 toneladas de papaya, de acuerdo a los cálculos de Barboza.
Por cada hectárea, el 80% es destinado a la exportación, a un precio estimado de colocación de ¢230 por kilogramo.
Una planta de papaya empieza a producir a los siete meses de sembrada con una frecuencia semanal durante un año, posteriormente se renueva debido a la altura que alcanza.
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En Costa Rica la producción de papaya se concentra en las regiones del Pacífico Central, Huetar Norte y Huetar Caribe, en donde se regstran los mayores volúmenes de exportación. Desde 1978, el país está subdividido en seis regiones socioeconómicas, siendo las otras las regiones Chorotega, Brunca y Central.
Las exportaciones
Actualmente, los principales destinos de exportación son Canadá y Centroamérica, en está última región ha concentrado sus envíos Zohar Merchav, productor de papaya de origen israelí que produce desde hace ocho años en la zona de Abangares, Guanacaste.
Las colocaciones en Guatemala, El Salvador y Nicaragua las realiza a través de una cadena de supermercados y una empresa acopiadora regional.
Datos de la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer), indican que en 2022 las exportaciones de la fruta generaron $1,47 millones, siendo Canadá el principal destino al representar el 92,5% del total del volumen exportado.
Por otro lado, Barboza indica que los mercados meta son Estados Unidos y Europa, este último con estrictos requerimientos fitosanitarios y ambientales.
“Debemos empezar a reducir el uso de agroquímicos y migrar poco a poco a los insumos orgánicos, pero por la carga de enfermedades que amenazan nos es difícil hacerlo. Es un mercado que queremos llegar porque paga mejor precio y tienen alto consumo”, indica el presidente de Asopropa, fundada en 2010.
Merchav, que calcula producir 200 toneladas por hectárea, no ve futuro a las exportaciones de la fruta fresca a Europa y más bien apunta a producto congelado.
El productor coincide con Barboza en los efectos de los altos costos que enfrentan y los bajos precios en el mercado nacional. “Lo que nos queda es tener más volumen para recuperarnos por los precios muy bajos”, asegura a la vez que revela que el precio que está recibiendo por parte de una empresa acopiadora es de ¢175 por kilo.
En tanto Barboza considera que la fruta mantiene una demanda constante, pero para los productores los ingresos no es un asunto alentador debido a que el precio por kilo se ha mantenido en un rango de ¢80 a ¢120 desde hace 10 años.
Tres variedades más
Hace un año, luego de 20 años de experimentación también por semillas, fueron liberadas las variedades de papaya Suerre que es más pequeña que la Híbrida Pococí con un peso de entre 500 y 600 gramos para consumo personal, la UCR INTA 6514 de uso exclusivo para procesarse en verde (no madura) con demanda en el sector de alimentos, es una variedad más grande y la Híbrido H39 con uso de doble propósito: consumo fresco y procesarse.
Barboza, sobre la variedad Suerre, señala que están haciendo pruebas de siembra y calculando los costos de producción y que el mercado italiano ya se ha mostrado interés.