La producción apícola en Costa Rica está enfrentando dificultades para crecer por la incidencia de los agroquímicos en las abejas y de los efectos climáticos, lo que aumenta la dificultad para atender la demanda en el consumo nacional de miel.
“La producción se ha mantenido estancada y un problema grave es la pérdida de abejas por intoxicación debido a malas prácticas agropecuarias, en Costa Rica mueren aproximadamente 250.000 abejas por día, la producción se ha mantenido pero con pequeñas mermas y el consumo está aumentando, lo que significa que se importa más miel”, aseguró Juan Bautista Alvarado, presidente de la Cámara Nacional de Fomento a la Apicultura.
A esto se agrega la suspensión del decreto que prohibió el uso profesional o industrial del plaguicida Fipronil. La decisión fue emitida el 14 de mayo por el Tribunal Contencioso Administrativo mediante una medida cautelar provisionalísima a solicitud de la empresa Eco Company S. A., situación que Alvarado calificó de “un claro retroceso”.
Por medio de un pronunciamiento publicado el 23 de mayo, la Cámara “exige” al Gobierno la suspensión inmediata del uso agropecuario del plaguicida, establecida en el Decreto Ejecutivo N.° 43767-S del 26 de agosto del 2022, además de la intervención del Ministerio del Ambiente y Energía (Minae) en este proceso judicial “por tratarse de una vulneración clara del derecho a la vida, a la salud y a un ambiente sano y ecológicamente equilibrado”.
La solicitud de prohibición del agroquímico fue presentada por la Cámara Nacional de Apicultura el 7 de abril de 2021, ante los ministerios de Salud, Agricultura y Ambiente.
Sobre la estimación de la producción de miel en el país no hay consenso, los datos oscilan entre 600 y 900 toneladas de miel por año, en contraposición a un consumo de 1.300 toneladas, la diferencia es resuelta con importaciones.
“Hay 35.000 colmenas pero hay potencial para tener 350.000, produciendo 600 toneladas de miel pero con capacidad de producir 5.000 toneladas”, señala Alvarado, mientras que Johan Van Veen, director del Centro de Investigaciones Apícolas Tropicales (Cinat) de la Universidad Nacional (UNA), indica que la producción nacional se estima en 900 toneladas.
El último Censo Nacional de Apicultura, realizado en el 2021 por el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), refleja una producción de 797,6 toneladas, dato que según Alvarado no refleja la realidad partiendo de una menor cantidad de colmenas y bajos rendimientos en la producción.
Alvarado calificó que la situación por las intoxicaciones es “crítica” y considera que el MAG no se ha interesado en armonizar a los distintos actores del sector agropecuario respecto al uso excesivo e inadecuado de agroquímicos en el campo.
Mientras que Van Veen, refiere que un reciente estudio demuestra presencia de residuos de plaguicidas en las colmenas. “Ya hay evidencia científica”, reitera, sin embargo evalúa como “estable” la producción nacional porque cada año ingresan nuevos productores y por otro lado hay zonas donde se registran pérdidas por enfermedades, el clima o el uso de los plaguicidas.
A la vez que destacó que es un sector muy informal lo que dificulta la recopilación de datos.
‘Coexistencia pacífica’
Alvarado recomienda educar a todos los involucrados para que una actividad no repercuta de manera negativa en la otra. “Eso se logra con educación y el MAG es el ente que está llamado a hacerlo. Hasta el día de hoy no vemos respuesta encaminada en esa dirección, a armonizar a los distintos actores para que podamos tener una coexistencia pacífica en los campos y todos podamos producir”, señala.
Al respecto, Fernando Vargas, viceministro del MAG, indica que junto a la Cámara de Insumos Agropecuarios, se están brindado capacitaciones sobre buenas prácticas agrícolas a los apicultores y a los usuarios de agroquímicos, sobre la protección a los polinizadores, entre los que se incluyen las abejas.
Agrega que con el nuevo decreto, vigente desde febrero, los propietarios de los registros de agroquímicos tienen que presentar la información con todos los requerimientos establecidos en un plazo de 24 meses, de lo contrario no se autorizará.
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Asegura que mantienen “un control estricto” por medio de las buenas prácticas agrícolas que ejecutan las instancias de salud animal y fitosanitarias, como parte de las acciones para mitigar el uso incorrecto de los agroquímicos cerca del sector apícola.
Variación del clima
Marco Calderón, apicultor de San Ignacio de Acosta, proviene de una familia con más de 40 años en la actividad. Asegura que han tenido afectaciones debido al cambio climático y ante esto no ha logrado apoyo por por parte del Gobierno ni tampoco desde la Cámara del sector.
Aquí Van Veen, explica que los efectos por la variabilidad climática han sido provocado por el fenómeno climático La Niña en los tres últimos años, debido a que el exceso de lluvias afectó las floraciones en las plantas provocando que la abeja sea menos productiva.
Fernando Vargas, viceministro del MAG, confirma que las condiciones climáticas tienen un efecto importante dentro de la producción de miel y es un punto del programa de capacitación que desarrollan con los apicultores.
Calderón, quien trata de impulsar el negocio familiar, considera que la actividad “completamente va en decadencia” porque al factor clima se suma la intoxicación de las colmenas a causa de los agroquímicos y citó como ejemplo severos efectos en la zona de Los Santos.
Otro elemento que estaría afectando está relacionado con la mejora genética. Alvarado critica las trabas en las importaciones de abejas reina, necesarias para renovar las colmenas. “Tenemos abejas muy desgastadas, que no son buenas para producir miel y tienen un alto grado de agresividad”, indica.
Sobre esto, Vargas dijo que desde el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) ya se indicó a los apicultores que se puede importar abejas reinas identificando el país de origen para aplicar las medidas sanitarias. “No queremos importar plagas que no existen aquí”, explica.
Más importaciones
Las importaciones de miel, producto del déficit nacional se calcula entre 300 y 400 toneladas. “La máquina de la apicultura a nivel nacional está trabajando al 10%, Costa Rica tiene mucho potencial para desarrollarla”, insiste Alvarado.
José Enrique Araya, gerente de compras de Manza Té, empresa costarricense que comercializa miel de abejas desde el año 2000, viene trabajando desde entonces con apicultores nacionales a quienes les compra el producto, pero este año han reducido su entrega.
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¿La causa? El empresario señala que el principal argumento de los proveedores locales es por un tema climático, que ha reducido su producción respecto a años anteriores y lo califica como un comportamiento atípico.
La miel la obtienen en distintas zonas del país, en asociaciones y productores individuales, y aunque la producción nacional no cubre la demanda, la empresa mantiene el canal de compra a los apicultores.
“Trabajamos año con año con nuestros proveedores para que ellos, de la mano de Manza Té, vayan creciendo y ese porcentaje de miel que compramos a nivel internacional, en algún momento, a futuro podamos cubrirlo con producción nacional”, refiere.
Opina que los apicultores requieren apoyo técnico por parte de las autoridades, debido a que el conocimiento es logrado de manera empírica.
Este año la empresa se abastecerá con el 60% de importaciones. “Otros años la proporción ha sido 80% nacional y 20% importación”, explica.
Sobre este aspecto, el Viceministro del MAG repite que mantienen el apoyo al sector. “Sabemos que nosotros no podemos suplir toda la miel que se requiere en este país, siempre hay una cuota que hay que importarla y eso es lo que estamos haciendo con las diferentes organizaciones vinculadas con este sector, las hemos estado apoyando”.
Durante el 2022, las principales importaciones de miel se originaron en El Salvador y Guatemala, según datos de la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer).
Los costos y nuevas iniciativas
La apicultura implica un inversión inicial que ronda entre ¢700.000 y ¢800.000, explica el productor Marco Calderón. Este costo incluye 10 colmenas, trajes, la alimentación para las abejas, material de curación y los equipos necesarios para el proceso extracción.
Este productor, de 37 años, en la búsqueda de alternativas de negocio, promueve su actividad desde las redes sociales bajo la identidad de Rey de las Abejas, “desde videos no elaborados pero que demuestran la pureza de los productos”, indica.
Por su parte, Brandy García, de manera entusiasta, se encarga del mercadeo de la Miel Manzanos, producida a nivel familiar desde hace varias décadas en la zona de Palmichal de Acosta y comercializada por medio de Internet, desde hace un año.
Ella es optimista por los resultados de la producción pues han logrado enfrentar los problemas climáticos con el almacenamiento de miel lograda en meses anteriores. El producto es logrado de las flores de guanacaste y café, con ventas al por mayor y al detalle.
Pero además de la miel, la colmena produce polen, propolio, cera, jalea real y apitoxina (veneno de las abejas obreras) utilizado para uso medicinal, de ahí la relevancia de la apicultura.
El 20 de mayo Costa Rica dedica la fecha al Día Nacional de las Abejas y otros Polinizadores, luego de la aprobación de la Declaratoria de interés público de la apicultura como actividad de importancia para el desarrollo ambiental, social y económico de Costa Rica, aprobada por la Asamblea Legislativa en febrero del 2021.
En el 2018, esta misma fecha fue declarada Día Mundial de las Abejas mediante una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), señala que el 35% de la producción mundial de alimentos depende de las abejas.