Hasta el año 2022 en Costa Rica habían casi 8.000 productores de plátano según datos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Esa cantidad sería insuficiente y ha obligado a la industria procesadora a resolver sus necesidades con importaciones.
Durante el último año las exportaciones de la fruta se redujeron 420% y las importaciones crecieron 57,8%, confirman las estadísticas de la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer).
Los productores, la industria procesadora y el gobierno, coinciden en que la menor oferta obedece principalmente por los efectos en el comercio internacional provocados por la pandemia, altos costos de los insumos y problemas climáticos.
Orlando Picado, se dedica a la producción de plátano en La Fortuna, San Carlos, confirmó a La Nación que muchos productores han dejado la actividad pese al aumento de la demanda nacional, principalmente en la industria de alimentos. Calculó que antes los costos en su finca oscilaban cerca de ¢3,5 millones y actualmente rondan los ¢6 millones.
Patricio Rojas, encargado del Programa de Musáceas del MAG, explicó que desde el 2009 la producción de la fruta se afectó severamente afectada por las inundaciones en la zona del Caribe y desde entonces el sector no se ha logrado recuperar.
Sobre los costos de los insumos, dijo que obedecen a los efectos de la invasión de Rusia a Ucrania, principales productores de urea y además por el incremento de costos del transporte de contenedores en el mercado internacional que se agravó con la pandemia por covid-19.
El funcionario dijo que analizan información reciente que apunta hacia el comienzo de la reducción de los precios de los insumos. “Costa Rica es un país caro para producir y en los costos de materias primas es muy poco lo que se puede hacer porque se depende de los precios internacionales”, señaló.
Nicaragua principal proveedor
Nicaragua se ha convertido es el principal proveedor de la fruta, así lo demuestran los datos de Procomer. “Sí hay gente que está yendo a Nicaragua a traer”, señaló Picado.
La Organización de Mujeres Katsaco, en Gavilán Canta, Talamanca Limón, se dedica desde hace seis años a la producción de plátano. Grendy Reyes, líder de la agrupación, también confirmó que la producción se ha visto mermada.
El grupo vende el mayor porcentaje de su producción a una empresa productora de chips en Sarapiquí, Heredia, mientras que el resto queda en manos de los productores que no están logrando colocarlos debido a que los precios no compensan los altos costos. La organización vende cada kilogramo en ¢200.
“La empresa que le vendemos nos ha dicho que deben traer producto de Nicaragua porque el producto nacional no está abasteciendo el mercado”, indicó Reyes.
Industria procesadora afectada
Juan Ignacio Guzmán, gerente general del Grupo Pro, con tres décadas en el mercado, explicó que la empresa tiene entre su portafolio de productos los chips de plátano, que son comercializados en Costa Rica y en otros 17 países. La materia prima es garantizada desde plantaciones propias y mediante compras a cooperativas de productores.
Aseguró que debido al incremento de los precios de los fertilizantes el año pasado y las condiciones climáticas, la producción nacional de la fruta “cayó de manera estrepitosa” lo que obligó a que tanto productores como industriales salieran a buscar plátano fuera del país, principalmente en Nicaragua.
Detalló que durante estos tres primeros meses del 2023 la situación se ha complicado, lo que se refleja en los precios. “Un dedo (la unidad) pasó de costar ¢225 a ¢350-¢400, la situación de abasto está más complicada que el año pasado”, indicó.
Guzmán valoró que el efecto del alza en los costos de fertilizantes es relevante debido a que la mayoría de productores de plátano no utilizan tecnología y tienen pocas áreas sembradas, teniendo como principales compradores a los intermediarios. “A ellos les afectó el alza y dejaron de aplicar fertilizantes en sus siembras”, señaló.
Leonel Zúñiga, presidente de Alimentos Zúñiga, confirmó afectaciones en los costos. “La disponibildad no es la misma de antes y el costo obviamente es la principal afectación”, señaló.
Confirmó que existe “un desabastecimiento complejo” en el país a causa de varios factores, como el cambio climático con inviernos más copiosos y veranos más prolongados, además de los desastres naturales.
Esta empresa procesa y empaca chips de plátano, malanga, yuca y camote. Genera 250 empleos y exporta hacia varios destinos del continente americano.
Zúñiga dijo que desde tiempo atrás compran la fruta en Nicaragua y siguen abasteciéndose del mercado nacional
“Hay un impacto muy negativo, si hay poca oferta y mucha demanda el precio se incrementa considerablemente, si tenemos una gran afectación, por eso es que ahora tenemos que fijar la mirada al tema agro y ver como nos fortalecemos porque necesitamos tener esa estabilidad”, añadió.
Mencionó además que la producción de plátano en Costa Rica, a diferencia de Nicaragua, es muy artesanal y se está percibiendo menor interés de las nuevas generaciones para continuar con el cultivo, además del aumento en los costos de los insumos.
Alza en insumos
Giovanny Oporta, quien encabeza la Asociación Platanera de Talamanca (Asoplatal), ubicada en Margarita, Sixaola en Talamanca, dijo que en la zona enfrentan una sequía que afecta directamente a la producción junto al alza de los insumos desde hace año y medio, que calcula hasta en más de 100 por ciento.
“Para que tenga una idea, el saco de urea estuvo entre ¢13.000 o ¢16.000 y llegó a un precio de ¢52.000, cuando se conseguía”, indicó y por esta razón buscan como establecer alianzas entre productores para tratar de obtener menores precios de los insumos mediante una mayor cantidad de compra.
Oporta calculó que un 40% de productores han desistido del cultivo de plátano y ahora están con otras alternativas como la balsa (madera) y abacá (para producción de fibras), dos rubros que no requieren altos costos de insumos.