José Alberto Fallas está cerca de cumplir 60 años, desde hace 35 decidió cerrar su restaurante y dedicarse totalmente a producción agrícola, pues lo trae en la sangre, de padres cafetaleros creció en medio de cultivos. Escogió el aguacate como su fuente de ingresos, pero resiente que en Costa Rica podrían elevarse los rendimientos y acaso disminuir la necesidad de importaciones.
Es el sétimo de ocho hermanos y el único agricultor. Creció en los cafetales familiares en Frailes y eso lo impulsó a continuar la actividad en el campo. En una de sus fincas el gobierno lanzó el Plan Nacional de Aguacate, en enero de 2020, que pretendía impulsar la producción de la fruta, más de tres años después los resultados demuestran que fue solo una intención.
Fallas comprobó que el aguacate es más rentable que el café. Se dedica a la producción de la variedad Hass que se da muy bien por la altura en que están sus fincas, recuerda que empezó de manera muy tímida y ahora es proveedor de varias cadenas de supermercados y de comerciantes de las ferias del agricultor. Inició en una finca de nueve hectáreas y se fue extiendo hasta tener unas 175 hectáreas cultivadas.
El 1.º de junio se inició la cosecha que logra con 27 trabajadores, actualmente dirige toda la producción al mercado nacional pero está en proceso para exportar por primera vez, Italia es el destino.
En Costa Rica, existían 3.034 hectáreas plantadas con aguacate hasta el 2022, según el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). El 53% se encuentra en la Región Central Oriental que comprende distritos de las provincias de Cartago y San José, que incluye la región conocida como Los Santos, también destacada zona cafetalera.
Las variedades en Costa Rica se producen de acuerdo con las características climáticas. Las de altura, por encima de los 1.000 metros sobre el nivel del mar (msnm) como la Hass y Lamb Hass tienen un ciclo de cosecha que va de junio a marzo del año siguiente; los aguacates de bajura, debajo de los 1.000 msnm, llamados también aguacates verdes, criollos o antillanos se producen entre abril y julio de cada año en la variedades Simmons, Catalina, Vargas, Torres, Benneett, Simpson, Fugikawa, Kahalú, Choquette entre otros.
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Fallas logra su mayor producción de variedad Hass en la zona de San Antonio de León Cortés. Empezó con 17 árboles, fue creciendo de la mano con la naturaleza, recuerda que cuando decidió sembrar 125 plantas más las ardillas le ayudaron a expandirse. “Se robaban la cosecha y empezaron a aparecer semillas y donde aparecían yo las injertaba, así comencé a crecer”.
Importaciones en ascenso
Según el MAG, con datos de 2021, el 59% del consumo de aguacate en Costa Rica provino de la importación.
Cifra similar refiere el Plan Nacional de Fortalecimiento del Sector Aguacatero, publicado por el MAG y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) en 2019. “El mercado costarricense se abastece principalmente de los mercados internacionales, ya que la producción local apenas permite cubrir el 40% de la demanda nacional del producto”, señala.
Sin embargo Fallas calcula las importaciones en 70%. “Es una verdad que nosotros no podemos abastecer al mercado nacional pero también es una verdad que hay mucha presión de los importadores porque es un negocio jugoso, no hemos tenido el apoyo gubernamental para fraccionar las importaciones en tanto haya producción nacional”, señala.
Pero, además, asegura que no existe una política de acompañamiento para incentivar la producción nacional.
Datos de la Promotora del Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer), reflejan que las compras de aguacate en el 2022 llegaron al nivel más alto desde 2016, un año después del cierre de las importaciones de la variedad Hass decretado por el gobierno en 2015 y que se mantuvo hasta 2022.
Pero los importadores se defienden. Aseguran no querer entorpecer la producción nacional, sino que lo que buscan es garantizar la fruta que tiene gran demanda en el país.
Federico Chacón, presidente de la Cámara de Exportadores e Importadores de Productos Perecederos (Ceipp), señaló en términos generales, que las importaciones se realizan cuando hay un faltante de producto y confirmó que mantienen relación con los productores.
“La importación y la exportación es doble vía, yo importo cuando acá hay escasez o está muy caro y podría exportar si hay una sobreabundancia y hay mercados que lo requieren. Tiene que haber siempre una comunicación”.
Refiere que el proceso de importación no es fácil por los trámites que requiere, además de costoso. “Uno importa cuando ya el precio en el mercado está tan alto que le permita a uno tener todos los costos de importación y poder vender con una ganancia”.
Productores se organizan
Hace nueve meses, el 12 de agosto de 2022, se constituyó en Santa María de Dota, la Cámara Costarricense de Productores de Aguacate (Caproa). Están tratando de identificar un patrón de la variedad de árbol que se pueda recomendar para diseminar las futuras siembras.
“No hay nada definido, yo no puedo decir que (la producción está) a ciegas porque ya con 35 años yo tengo un norte, tengo algo definido de lo que me sirve, de lo que le sirve a la finca, eso no significa que lo mío le va a servir a todos. Hace falta investigar qué semilla hay que utilizar para que los productores tengan ese respaldo y las futuras siembras en el país tengan ese soporte que podamos hablar a lo seguro”, afirma Fallas.
Señala que en el país no hay una cultura aguacatera y el ente rector del sector agropecuario, el MAG, no ha definido un patrón para la producción de la fruta.
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“No tenemos una distancia de siembra definida, no sabemos qué decirle a los agricultores como siembren aguacate, con qué lo aplican, no hay un paquete tecnológico a usar, no tenemos fungicidas, insecticidas permitidos, tenemos que utilizar homologando lo de otros países, todavía no tenemos ese apoyo ni ese respaldo”, añade.
Eduardo Díaz, jefe del Departamento de Producción y Desarrollo de la Cooperativa de Productores Agrícolas y Servicios Múltiples de la Zona de Los Santos (Apacoop R. L.), dice que la cantidad de productores de aguacate viene creciendo, sin embargo, en Costa Rica no hay suficientes técnicos disponibles para atender la demanda en el manejo del cultivo. “Sobran dedos de la mano para ubicar los técnicos especializados que manejen el cultivo de aguacate”.
Comenta que mucha gente entusiasmada por los rendimientos, compran árboles en viveros que no tienen la calidad por falta de asesoría, además que el MAG empezó a promover desarrollo de nuevos viveros que no fueron asesorados por medio del Plan Nacional de Aguacate.
Sobre el promedio nacional de rendimiento por hectárea el MAG lo calcula en 3.472 toneladas, pero en México se ubica por encima de las 10 toneladas, según estimaciones oficiales.
“La calidad se ve afectada desde ahí, pero también por los comercializadores que no conocen sobre el manejo poscosecha y productores que no han tenido la oportunidad de organizarse ni contar con asesoría”, asegura Díaz.
MAG habla de mesa técnica
Al respecto, el viceministro del MAG, Fernando Vargas, dice que han venido trabajando con los productores de la fruta y que se está conformando una “mesa técnica” para abordar los aspectos técnicos.
“A través de la Cámara de Productores de Aguacate hemos venido teniendo una serie de reuniones donde hemos venido generando un plancito de acción con algunas cosas que ellos han planteado y que nosotros queremos reforzar, pero con el sector efectivamente sí se ha caminado, inclusive se han explorado algunas oportunidades de mercados internacionales para poder exportar y se han enviado algunas pruebas que son satisfactorias”, refiere.
Y explica que la conformación de la mesa técnica pretende darle más soporte y más robustez a las acciones que ellos plantean en la parte fitosanitaria y de tecnología e investigación.
Los encuentros con el MAG los confirma el presidente de Caproa, Daniel Ureña, pero reclama la falta de agilidad. “Se ha conversado con el Ministro y el Viceministro, eso va muy lento, se conversó de hacer una mesa técnica, nosotros aportamos algunos profesionales y otros van a ser del MAG, porque uno de los reclamos que le hicimos al MAG es que no tiene gente preparada para atender el cultivo, lamentablemente la gente que sabía un poquito de aguacate, ya se pensionó”.
Ureña asegura que hace falta investigación y subsanar los errores en las publicaciones técnicas que elabora el MAG.
Experiencia del consumidor
Eduardo Ramírez se dedica a la importación y comercialización de aguacate nacional desde hace varias décadas por medio de la empresa Interfrutd Frutas del Mundo. Él vende la fruta en supermercados, fruterías, hoteles, restaurantes, hospitales y empresas. Asegura que fueron los primeros importadores de la variedad Hass, en 1994.
“La importación es constante, hay un porcentaje del mercado que prefiere el aguacate importado que el aguacate nacional, nosotros le damos al cliente las diferentes opciones y escoge cuál quiere consumir”, indica.
Ramírez, gerente general de la empresa comercializa Hass importado y nacional. Asegura que hay diferencias marcadas entre ambos, principalmente por su duración en su vida de anaquel, que es el tiempo que tarda la fruta en el puesto de venta antes de descomponerse. La fruta importada es más duradera, señala.
La causa, argumenta Ramírez, es por carencias en la asistencia en la producción nacional. “El aguacate a nivel mundial es una industria y tenés que seguir lineamientos, reglas y algunas directrices a nivel internacional para que la fruta se produzca como se tiene que producir, y en Costa Rica ni siquiera se ha empezado”, comenta.
Ácidos grasos, materia seca y agua, son los componentes del aguacate cuya proporción perfecta garantiza la calidad al consumirlo. Ramírez explica que para esto la fruta debe cortarse en un momento preciso y luego garantizar un adecuado manejo poscosecha, que implica el almacenamiento de la fruta en ambiente controlado (temperatura y humedad) durante 15 días. En Costa Rica esta práctica la realizan pocos productores, indica.
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Este proceso garantiza uniformidad para una maduración de calidad, contrario a la práctica de comercializar la fruta después de cosechada, sin planificación, lo que provoca que llegue al consumidor con deficiencias.
“La experiencia de compra para el consumidor es que el aguacate importado le sale bien y el aguacate nacional le sale mal”, indica. Esta situación está incidiendo en la disminución del consumo de la fruta nacional.
Recuerda que para antes del cierre de las importaciones de Hass, en el 2015, el consumo per cápita de aguacate era de tres kilos y con la medida cayó a 2 kilos, pero actualmente ya está en crecimiento.
Ramírez señala que si se quiere que los productores vendan más kilos de aguacate de sus cosechas, además de trabajar en la calidad, se debe trabajar en aumentar el consumo per cápita de aguacate.
Jorge Cavallini, se ha dedicado hace más de 20 años a la producción de plantas de aguacate desde su vivero, ubicado en Orotina. Con base en su experiencia señala que, además del manejo, la calidad depende en gran medida de la variedad, y las que presentan mayor dificultad son las plantadas por semilla versus los injertos.
Y es debido a que el consumidor no distingue las variedades y desconocen su manejo, razón por la que recomienda promover la identificación de las variedades nacionales.
En el mercado también se oferta en menor escala la fruta de bajura importada principalmente de Nicaragua.
La supremacía del Hass
La principal variedad comercializada en Costa Rica es el aguacate Hass. Eduardo Díaz jefe del Departamento de Producción y Desarrollo de la Cooperativa de Productores Agrícolas y Servicios Múltiples de la Zona de Los Santos (Apacoop R. L.), calcula que el 96% de la fruta en el mercado nacional es de este tipo.
El productor José Alberto Fallas indica que la producción comercial de la variedad comenzó a inicios de los años noventa y fue a mediados de la década que empezó a conocerse en el país.
El sabor conquistó el mercado y en estos momentos hay predilección por esta variedad. Fallas atribuye esto a México, país que lidera la producción de aguacate a nivel global.
Aquí coincide Eduardo Ramírez, importador de la empresa Interfrutd. “El preferido de los ticos por calidad es el aguacate de México y no es casualidad, el aguacate mexicano es el que más rápido puede llegar al país, 15 días después de todos los detalles poscosecha ya está en Costa Rica”.
Añade que es el país que tiene más desarrollada la industria del aguacate. “Esto hace que la mejor calidad del aguacate que se consume en Costa Rica sea el mexicano y sea el demandado por la industria turística”.
Perú y Chile también abastecen al mercado costarricense. Pero el tiempo de llegada de la fruta desde estos destinos oscila entre 3,5 y cinco semanas.