Representantes del sector cafetalero confían en que Costa Rica logrará mantener las exportaciones de café hacia la Unión Europea (UE), que deberá ser declarado bajo el concepto “libre de deforestación”, en cumplimiento con una normativa que entrará en vigencia en diciembre próximo.
El Reglamento 2023-1115 de la UE, aprobado en mayo del 2023 y que entrará en vigor el 30 de diciembre, obliga a los operadores comerciales (exportadores e importadores) de los 27 países del bloque a no comercializar sin certificación una lista de materias primas asociadas a la deforestación y la degradación ambiental.
El 14 de marzo pasado, Costa Rica exportó el primer lote de café declarado “libre de deforestación”. Los 275 sacos, equivalentes a 18.975 kilos, fueron enviados a Trieste, Italia, como resultado de un proyecto piloto.
Entre los rubros se encuentran normados por el reglamento están el café, el cacao, los bovinos domésticos, la palma aceitera, el caucho, la soya y la madera. Gustavo Jiménez, director ejecutivo del Instituto del Café de Costa Rica (Icafé), indicó que esperan cumplir con la cuota de exportación hacia la UE una vez que entre en vigencia el reglamento.
Costa Rica cuenta con 93.697 hectáreas dedicadas a la caficultura, que involucran a 26.725 familias productoras, según datos de Icafé. Jiménez explicó que el sector se ha venido preparando desde hace más de un año con una comisión de trabajo integrada por toda la cadena de valor, que incluye productores, exportadores y beneficiadores.
Del total de café producido en el país, estimado en 1,67 millones de fanegas para la cosecha 2023-2024, el 35% se exporta hacia la UE, es decir, unas 584.000 fanegas. Jiménez mencionó que ya cuentan con más de 14.000 hectáreas georreferenciadas y con más de 300.000 fanegas listas.
Para concretar la exportación, que debe estar debidamente documentada, las plantaciones de café deben contar con geolocalización y los productores deben firmar una declaración jurada que certifique que la plantación está libre de deforestación. Asimismo, tanto las firmas beneficiadoras como los exportadores deben cumplir con ciertos procedimientos, incluida la adopción de la declaración de debida diligencia (due diligence).
El proceso de seguimiento para el cumplimiento del reglamento está a cargo de una comisión conformada por Icafé, el Ministerio de Comercio Exterior (Comex) con el respaldo del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), el Ministerio del Ambiente y Energía (Minae) y organismos cooperantes como GIZ de Alemania y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), explicó Jiménez.
Juan Diego Araya, miembro de la Junta Directiva de la Cámara de Exportadores de Café de Costa Rica, comentó que el país tiene varias ventajas respecto a otras naciones productoras. Una de ellas es que una buena parte del grano ya está certificado para exportar a Europa, con la obligación de georreferenciar el origen de la producción, lo que ha facilitado el proceso de recolección de la información para cumplir con el nuevo reglamento.
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Otro aspecto que facilita este proceso es que los productores de café de todo el territorio nacional están registrados en Icafé y existe información sobre el proceso de comercialización para la exportación. Araya señaló que también se están identificando las “zonas calientes”, las de mayor riesgo de deforestación, lo que evitará que lo producido en estas localidades se mezcle con las exportaciones hacia la UE. “Costa Rica va a la vanguardia y lo ha demostrado. El país va a cumplir con el reglamento”, aseveró Araya.
Unión Europea está optimista sobre estándares del café de Costa Rica
Sylvanie Jardinet, agregada oficial de Cooperación de la UE en Costa Rica, dijo estar optimista sobre el cumplimiento de Costa Rica con el reglamento. “De manera general, el país va por buen camino”, apuntó, destacando la labor del equipo de seguimiento al proceso. “El sector cafetalero va súper bien”, aseguró.
Jardinet dijo que Costa Rica, a diferencia de otros países, está “muy bien preparada” respecto al café, lo que representa una ventaja comparativa. Estimó que el resto de rubros que atañen a este reglamento también presentan un buen avance. Destacó que el país cuenta con un marco jurídico sólido para demostrar la legalidad de los procesos de producción. “El reglamento se basa mucho en la confianza del comprador sobre el país de origen y de los productores”.
Enfatizó que también hay avances en materia de trazabilidad y en demostrar la legalidad de la producción. Uno de los resultados de este proceso es dar calificaciones a los países que colocan sus productos en la UE. Jardinet explicó que todos los países ingresarán con un nivel de riesgo estándar y luego de un análisis se determinará el estatus oficial de alto o bajo riesgo.
“Costa Rica está apostando, y creo que lo va a lograr, a estar en la calificación de bajo riesgo, lo que hará más fácil exportar y logrará menos controles a la producción. Estoy bastante optimista, el país se está preparando muy bien”, concluyó.