Pese a un subsidio a la tasa de interés y a la necesidad urgente de aumentar la productividad, el Programa Nacional de Renovación de Cafetales (PNRC) apenas lleva un 16% de cumplimiento en área, en cinco años.
En lo relativo a las metas de colocación crediticia para este programa, solo se ha colocado un 18,5% al finalizar el 2015.
Las cifras fueron reveladas en un informe de auditoría especial, realizado por la Contraloría General de la República y publicado el lunes pasado.
El PNRC fue lanzado en 2010, en convenio entre la Presidencia de la República, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el Instituto del Café de Costa Rica (Icafé).
El Banco Nacional puso a disposición $140,7 millones para créditos; el MAG, una transferencia de $13,2 millones para subsidiar la tasa de interés y el Sistema de Banca para el Desarrollo ¢10.000 millones para avalar a quienes no tuvieran garantías.
El objetivo era renovar 30.000 hectáreas de café al 2020.
Entre 2010 y 2015 se puso como meta el recambio de 16.033 hectáreas de cafetales a escala nacional, con una colocación de créditos por ¢43.438 millones.
Empero, solo se renovaron 2.571 hectáreas (un 16% de la meta) y se prestaron ¢8.030 millones (18,5% de la meta inicial), reveló el documento de la Contraloría.
Urgencia. El programa surgió porque más del 40% de las plantas superó los 20 años de vida productiva, plazo considerado como límite para evitar el descenso abrupto en la productividad.
Los técnicos del sector estiman que la antigüedad de los cafetales es la principal causa de la fuerte reducción en la productividad del país. En el periodo cafetalero 2000-2001, Costa Rica produjo 31,9 fanegas en fruta (igual cantidad de quintales o sacos de 46 kilos en grano beneficiado) por hectárea, cifra que bajó a menos de 24,6 fanegas por hectárea.
Brasil, principal productor mundial y que promovió mayores rendimientos, cosecha unas 30 fanegas por hectárea. Colombia está por debajo de Costa Rica, pero lanzó un agresivo programa de renovación con apoyo estatal.
Así lo reconoció el director ejecutivo del Icafé, Ronald Peters.
El programa en Costa Rica destinó recursos del presupuesto nacional, trasladados por medio del MAG, para subsidiar 3,5% de la tasa de interés en los primeros tres años, de los 12 años totales del plazo de los créditos, cuando la planta nueva aún no cosecha.
Peters aseguró que con plantas nuevas con mayor resistencia a plagas se espera elevar la productividad nacional al menos a 30 fanegas por hectárea.
Problemas. Según Peters, el avance del programa se topó con la creación de un fideicomiso, con $40 millones, para ayudar a los productores a paliar la roya en el 2011 y el 2012. Mientras el plan de renovación ofrecía una tasa de interés del 8%, el fideicomiso de roya daba crédito al 4% y los productores prefirieron esta opción
Pesó también el recelo de poner las fincas como garantía en el plan de renovación, agregó.
Guido Vargas, secretario general de la Unión Nacional de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Upanacional) y representante de los cafetaleros en el Icafé, adujo que los precios internacionales bajaron, lo que causó temor para endeudarse.
Agregó que los productores también evitaron sembrar plantas nuevas porque se presentaron dos inviernos seguidos con muy baja precipitación.