La incubadora de empresas Deep Science Ventures (DSV) que tiene sede en Londres, junto con la Fundación Costa Rica-Estados Unidos para la Cooperación (Crusa) lanzaron la Iniciativa de Agricultura Tropical y Bioeconomía (TABI, con sus siglas en inglés), un programa nacional para crear empresas de alta tecnología que sean escalables.
El objetivo es que los emprendimientos estén en línea con la Estrategia Nacional de Bioeconomía de Costa Rica y que puedan acelerar las economías agrícolas latinoamericanas hacia sistemas de producción descarbonizados y bajo el modelo de bioeconomía circular.
“Costa Rica ya ha inspirado a muchos con su enfoque de la agroindustria sostenible y la gestión medioambiental. No se me ocurre un lugar mejor para resolver el mayor reto de nuestro tiempo: la seguridad alimentaria sostenible”, afirmó Edward Perello, director Asociado de Agricultura de DSV.
TABI lanzará empresas con un enfoque inicial en cuatro áreas:
- Tecnologías de adaptación térmica: Desarrollar y desplegar intervenciones directas e indirectas contra el estrés térmico que causará la migración de cultivos fronterizos (y la deforestación) hacia nuevas áreas, con un enfoque inicial en el café.
- Fitomejoramiento de plantas del siglo XXI para características circulares: desarrollo de nuevas herramientas de mejora de cultivos o biotecnología para acelerar la adaptación de cultivos a climas futuros, idealmente produciendo cultivos y variedades de economía circular; que pueden acelerar las transiciones a la bioeconomía.
- Conversión de biomasa para la bioeconomía: Convierta la biomasa en sustratos que puedan procesarse en productos valiosos generalmente obtenidos de fracciones de hidrocarburos, plásticos y fertilizantes, y aumentar el autoabastecimiento doméstico.
- Materiales compuestos de madera: satisfacer la demanda de materiales de madera para su uso en múltiples sectores, en particular paletas de madera, muebles y materiales de construcción, sin necesidad de talar árboles (en lugar de utilizar otras plantas y enfoques de agricultura celular).
Estas áreas no solo permiten a las startups alinearse con las prioridades nacionales, sino que también ofrecen un importante potencial de crecimiento en los mercados globales.
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“DSV ha ayudado a emprendedores primerizos y en serie a desarrollar más de 35 empresas científicas en los últimos seis años, con valoraciones combinadas que superan ya los $180 millones. Ampliar el alcance de nuestro impacto a nuevos continentes y latitudes es esencial para garantizar que los seres humanos y el planeta puedan prosperar juntos”, expresó Dominic Falcão, director Fundador de DSV.
Interesados en participar
Las personas que deseen ser parte de este proceso de convocatoria pueden ingresar a este enlace donde encontrarán más información sobre los requisitos.
También pueden escribir a los correos info@crusa.cr y a Edward@deepscienceventures.com para consultas específicas.
Los participantes podrán trabajar inicialmente a distancia, antes de establecer las operaciones iniciales de investigación y negocio en Costa Rica, con el apoyo de DSV y de los socios locales.
En este programa también participan la Universidad Earth, el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie), CR BioMed (clúster costarricense de biotecnología, dispositivos médicos y ciencias de la vida) y la Agencia Costarricense de Promoción de Inversiones (conocida como Cinde).