La denominación de origen (DO) del café Tarrazú tiene todavía varios pasos por recorrer antes de materializarse en el producto, tanto en el mercado internacional como en el local, según reconoce el propio consejo regulador, esto pese a que la distinción fue oficialmente aprobada por el Registro de la Propiedad Industrial, desde el viernes 4 de enero.
Entre los pasos a seguir están la convocatoria a una Asamblea General de los interesados en utilizar esa protección de marca, lo cual debe hacer el consejo regulador de la DO en los próximos meses. En esa asamblea se definirá, además, el financiamiento del consejo regulador para administrar la nueva DO, se aprobarán los manuales y procedimientos y se definirá su organización administrativa.
Después de esos pasos básicos, se está listo para recibir y tramitar las solicitudes de registro, explicó el presidente del consejo regulador de la DO café Tarrazú, Roque Mata Naranjo.
Una DO protege un producto por su origen, pues resguarda las características de suelo, agua, clima, altitud y otras condiciones del territorio, la especie o variedad de cultivo o de tipo animal utilizado para lograrlo, así como las prácticas culturales propias de la región para realizar las prácticas agropecuarias.
En este caso, la DO café Tarrazú incluye geográficamente a los tres cantones de la región denominada Los Santos (conocida así por las cabeceras de los cantones). Se trata de Tarrazú (cabecera San Marcos), Dota (Santa María) y León Cortés (San Pablo), que gestionaron la DO durante más de 10 años.
La obtención de la DO pasa por la demostración de condiciones y calidades geográficas, de suelos, de aguas, clima, altura, prácticas culturales, historia y otros, mediante las cuales de se puede decir que un producto es único y, por tanto, no puede ser copiado en otros sitios.
Según Mata, quienes utilicen a partir de ahora la marca Tarrazú sin estar registrados y sin demostrar que son de la zona y cumplen los requisitos pueden ser denunciados por competencia desleal, tanto a escala de Costa Rica como internacional. Estos procesos pueden generar multas y prohibiciones de mercado.
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Las expertas españolas en DO, Mónica de Santos Carretero y Mirian Molina, advirtieron, en noviembre pasado, que Costa Rica carece de una estructura legal e institucional para apoyar el respeto a esa protección, así como como a las indicaciones geográficas (IG). Ellas vinieron a Costa Rica a ayudar a los productores de queso de Turrialba, quienes tienen una DO aprobada desde noviembre del 2012, en el Registro de la Propiedad Industrial del Ministerio de Justicia, pero aún no está en el mercado.
Solo el queso Turrialba, la cerámica Chorotega y ahora el café Tarrazú, tienen DO aprobadas, según el Registro.
Por esa razón, los propios productores cobijados con la protección son quienes deben hacerla valer, protegerla y denunciar ante las leyes del país a quienes la irrespetan, reconoció Mata.
Mata adelantó que el consejo regulador llevará a la asamblea general una propuesta de financiamiento, la cual podría ser de unos ¢50 por fanega de café, pues no se quiere perjudicar a los interesados y tampoco que esta protección de marca sea una carga para los productores, beneficiadores y tostadores.
Tras ello se pretende contar con una secretaria y un perito que realice las inspecciones a los interesados en usar el sello (fincas, beneficios, tostadores, cafeterías y otros) para determinar que cumplen los requisitos establecidos y aprobados por el Registro de la Propiedad Industrial. Mata estima que en tres años ya estará en pleno funcionamiento el sistema, aunque mucho antes ya habría empresas utilizando el sello distintivo.