Este martes 24 de enero se confirmó la presencia de la influenza aviar en Costa Rica, con la detección del virus en tres aves silvestres en Puerto Viejo de Limón. Específicamente, se descubrió la presencia de la cepa H5N1 en pelícanos ubicados en la playa Cocles.
Desde octubre, los casos en aves silvestres aumentaron en América del Sur y más recientemente en Centroamérica, debido a la migración de aves portadoras del patógeno desde América del Norte. Esas noticias llevaron al sector avícola a reforzar sus medidas de bioseguridad para evitar el contagio en aves de corral.
¿Qué es la influenza aviar?
La influenza aviar, también conocida como gripe aviar, es una enfermedad infecciosa causada por cepas A del virus de la gripe. Dentro de sus síntomas en las aves, están la perdida del apetito, la disminución o suspensión de la producción de huevos, y diarrea, según el Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa).
Esta enfermedad afecta en su mayoría a aves acuáticas migratorias y cuenta con distintas cepas, aunque también puede afectar a aves de corral domésticas. Ronaldo Chaves, coordinador del Programa Nacional de Salud Avícola del Senasa, explicó que la cepa H5N1 se considera “de alta patogenicidad”. Esto significa que es de rápida transmisión en parvadas avícolas, tiene altos índices de mortalidad en aves, y puede afectar a seres humanos esporádicamente.
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¿Cómo se transmite a humanos?
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el principal factor de riesgo para la transmisión a humanos es el contacto directo o indirecto con animales infectados o con ambientes y superficies contaminadas por heces.
Tras las noticias de la presencia del virus en unas pocas aves silvestres del país, el Colegio de Médicos Veterinarios y varios avicultores consultados por La Nación manifestaron que el consumo de productos provenientes de aves de corral como carne de pollo, pavo o huevos no representa un riesgo para las personas.
Douglas Blanco, fiscal de la junta directiva del Colegio de Médicos Veterinarios, explicó que en ningún caso el consumo de productos podría contagiar a las personas, pues la infección en seres humanos se da únicamente al mantener contacto con las gotículas de saliva, mucosidad, o secreciones de los animales contagiados.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, la propagación del virus de una persona a otra es muy rara, y ha ocurrido “a unas pocas personas”. A pesar de eso, las personas sí pueden ser portadoras del patógeno en su ropa o piel, lo que podría contagiar fácilmente a otras aves.
¿Cuáles son los síntomas en humanos?
Los signos y síntomas en humanos suelen ser leves, como conjuntivitis o síntomas leves de las vías respiratorias superiores similares a los de la gripe; hasta graves, como neumonía y fiebre, tos, dolor de garganta, goteo o congestión nasal, dolores musculares o corporales, dolores de cabeza, fatiga y falta de aire o dificultad para respirar.
En seres humanos los signos y síntomas menos comunes incluyen diarrea, náuseas, vómitos o convulsiones. Incluso, la fiebre puede no estar presente en algunos casos.
El sector avícola, junto a Senasa, ha fortalecido las medidas de bioseguridad en el país, que van desde la instalación de mallas pajareras y de duchas, hasta desinfecciones periódicas.