El mercado del arroz en Costa Rica podría experimentar cambios profundos si entran en vigencia dos decretos del Poder Ejecutivo, que pretenden disminuir los aranceles para la importación de grano pilado y en granza, así como eliminar la estructura de fijación de precios del cereal.
Ambos decretos se encuentran en consulta pública y los actores interesados cuentan con 10 días hábiles, a partir del 6 de julio, para emitir sus observaciones sobre el texto.
El sector arrocero de Costa Rica cuenta con múltiples actores y algunos se verán más beneficiados que otros si las modificaciones propuestas por el gobierno se concretan en la forma en la que se anunciaron. Una de las medidas, informada el pasado miércoles 6 de julio, disminuiría el arancel de importación del arroz pilado del 36% al 5% (y arroz en granza quedaría en 4,5%), lo que beneficiará el precio al que compran los importadores del grano, por ejemplo.
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Esta rebaja en las barreras arancelarias podrían verse reflejadas en el precio al que compra el consumidor final para todo tipo de arroz, pero lo cierto, explicó el economista Víctor Umaña, es que una eventual disminución en el costo final no solo depende de que el arancel baje, pues también entran en juego las condiciones de competencia interna y el comportamiento del mercado internacional.
Umaña conversó con La Nación para abordar algunas preguntas base sobre lo que podría suceder con la venta del cereal en Costa Rica, su importación y el precio final al consumidor.
En la entrevista del video el economista señaló que con las disminuciones arancelarias para el mercado arrocero, principalmente los productores nacionales y los industriales tendrán una mayor competencia, pues otros actores como los importadores de arroz pilado ahora traerán el grano al país en condiciones más favorables.