El año pasado, Rogelio Fernández ni se preocupó por los ataques de la roya en varias zonas del país. Al comenzar el invierno de este 2013, tampoco se inquietó.
¿Por qué preocuparse si en San Rafael de San Ramón, a 1.200 metros de altura sobre el nivel del mar, cerca de los cerros de Berlín de ese cantón alajuelense, ese hongo apenas sobrevivía y era menos capaz de generar un ataque con pérdidas económicas? La roya es de climas calientes y húmedos, se dijo el pequeño productor.
Pero ayer dejó ver claramente su zozobra. Un inesperado ataque de ese mal se ensañó especialmente con las matas que están con más carga de granos, listas para la maduración.
A pocos días de iniciarse la cosecha en esta zona de San Ramón, perteneciente al Valle Central Occidental, los productores temen perder hasta un 50% de la cosecha esperada.
“La situación es bastante lamentable. Tenemos doble problema pues los precios (del café) están muy bajos; si tuviéramos un buen precio, uno se guinda con eso para perseguir la roya, pero el precio no da para los costos. Y la roya… o uno está encima de ella o las matas se mueren”, dijo.
En Santa Elena de General Viejo de Pérez Zeledón, Francisco Cordero Retana también sufre por este hongo. Posee ocho hectáreas de terreno, de las cuales seis las dedica a la producción de café. Tuvo que podar casi la totalidad de sus terrenos y su producción bajó de unas 250 fanegas en fruta (igual cantidad de sacos de 46 kilos de grano beneficiado) por cosecha a si acaso 40 fanegas en el periodo 2013-2014.
En San Juan del Sur de Turrialba, José Francisco Molina llegó a cosechar 100 fanegas en el cafetal de dos hectáreas que tiene desde hace 42 años. El año pasado solo recogió 21 fanegas y este calcula que no saca ni dos fanegas.
Ahora se dedica a la construcción para atender a su familia.
Ayuda. Entre tanto, la viceministra de Agricultura y Ganadería, Xinia Chaves, dijo que esta semana escogerán el banco que manejará los ¢20.000 millones aprobados para ayudas directas y programas crediticios blandos a favor de los cafetaleros afectados por el hongo.
Los beneficiarios son quienes producen menos de 100 quintales (46 kilos) por cosecha. Así, el plan llegará a un 81% de los 52.787 cafetaleros registrados en el Instituto del Café de Costa Rica (Icafé).
Los bancos Nacional, de Costa Rica y Crédito Agrícola de Cartago concursaron para manejar el fideicomiso en el cual estará el dinero.
Según Chaves, tanto el comité técnico como el consejo director que manejarán ese programa avanzan en identificar a los cafetaleros que califican para la ayuda directa no reeembolsable y para los créditos blandos por conceder. Así, agregó la funcionaria, cuando el dinero ingrese se girará rápidamente.
Los fondos proceden del Presupuesto Nacional. La Nación consultó al Ministerio de Hacienda acerca de cómo y cuándo se girarán, y el viceministro de Egresos de esa cartera, José Luis Araya, dijo: “Los recursos del fideicomiso cafetalero se trasladarán de acuerdo con los requerimientos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG); estos recursos se tomarán de las colocaciones de títulos valores”.
Guido Vargas, secretario general de la Unión Nacional de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (Upanacional), advirtió de que hay rebrotes del mal en zona altas, como los cerros de San Ramón y Atenas.
La situación empeora porque los bajos precios del café no dan suficientes ingresos para atender la emergencia, aseguró Vargas.
En enero del 2012, las cotizaciones en la Bolsa Mercantil de Nueva York estaban en $223,25 por quintal (46 kilos), bajaron a $150,03 el quintal en enero de este año y ayer esa unidad cerró a $114,50 para las entregas por realizar en diciembre.