Costa Rica mantiene hasta 65% de su cultivo de café sembrado con variedades susceptibles al hongo de la roya, una enfermedad mortal para la planta. Con las lluvias tempranas e intensas que trajo el 2022, el panorama se complicó. Para agosto, el 2% del área sembrada presentó alta incidencia de la enfermedad, es decir, que tiene afectaciones por encima del 46% de la extensión, según datos del Instituto Costarricense del Café (Icafé).
La situación mantiene bajo alerta al sector cafetalero, pues la presencia de la roya en un nivel “alto” al mes de agosto no se reportaba en lo últimos años, como sí está sucediendo durante este 2022. Ahora, los caficultores deberán tomar las medidas pertinentes para evitar una propagación de la enfermedad en el terreno con variedades susceptibles, que se aproxima a unas 61.100 hectáreas, y disminuir los riesgos de pérdidas.
La forma de funcionar de este hongo es compleja, y explicada en manera sencilla por Miguel Barquero, del Icafé, lo que sucede es que la enfermedad afecta específicamente a las hojas y provoca su caída, por lo que la planta se debilita y dificulta la producción del grano.
Uno de los mayores problemas de esta plaga es el tiempo de afectación, pues si la planta llega a dicho estado, los caficultores deben podarla y el impacto en la producción de la finca puede extenderse hasta por dos años.
Barquero explicó que 20% de incidencia de roya en un cultivo puede causar una reducción de la cosecha del siguiente año del 20%; mientras que una incidencia de un 40% puede causar una reducción de la cosecha del 30%.
El escenario más desventajoso es cuando la presencia de roya es alta, pues una afectación mayor a 45% en un cultivo o finca cafetalera podría significar una reducción de la cosecha actual de hasta 30% y una reducción para el siguiente año entre 75 y 100%, pues la planta afectada debe podarse.
La afectación de la roya a las cosechas más próximas es desconocida en este momento, pues según comentó Barquero, los cafetaleros están en un momento en el que si toman las medidas adecuadas, la extensión del hongo podría atenuarse.
Consecuencias en la cadena
Una nota de La Nación publicada en enero del 2013, calcula que el sector cafetalero nacional perdió $42,6 millones en la cosecha 2012-2013, consecuencia del fuerte ataque de la roya que hubo para ese periodo, cuando el terreno con variedades de la planta susceptibles al hongo abarcaba la gran mayoría de los cultivos.
Aunque aún se desconoce la afectación que podría haber para este 2022, en un escenario en el que la producción local del grano disminuya, las consecuencias se dan en toda la cadena cafetalera. Miguel Sánchez, directivo de la Cámara de Tostadores de Café de Costa Rica, explicó que cuando se reportan ataques de roya se afecta la disponibilidad de materia prima, lo que hace que deban aumentar las importaciones de café, por ejemplo.
El representante del sector tostador agregó que aunque Costa Rica ha tomado medidas para prevenir la enfermedad en las fincas, este año el conflicto entre Ucrania y Rusia afectó la labor, al aumentar de forma considerable el precio de los fertilizantes y la disponibilidad de urea en el mundo, lo que dificultó la nutrición de los cafetales.
“Esto vuelve a la planta más susceptible; ya hay zonas que están presentando ataques y afecta la producción para este año y el año entrante”, comentó el vocero del sector tostador.
Así lo comentó también el presidente de la Cámara Nacional de Cafetaleros, Juan Manuel Sánchez, quién además dijo que entre los problemas para el sector está que los productos que se utilizan para prevenir la enfermedad “tienen buen rato en el mercado” y hay nuevos que se están usando en otros países pero que aquí no se pueden aplicar, por el rezago de registro de nuevas moléculas para el sector agrícola.
Sánchez resaltó que los principales afectados con la roya son los productores, quienes ven mermada su producción y por ende sus ingresos. Sobre la cotización del grano, su costo en el país se rige por medio del precio internacional, que a su vez se ve afectado por las condiciones de producción de grandes países como Brasil.
Recomendaciones
El incremento más reciente de la enfermedad obedece a un inicio anticipado del periodo lluvioso, caracterizado por precipitaciones frecuentes y de variable intensidad junto a una mayor prevalencia de temperaturas cálidas, lo que se convierte en terreno fértil para que el hongo se multiplique.
Ante estas condiciones, las autoridades recomiendan a los productores inspeccionar las plantaciones para verificar que la condición de la enfermedad sea menor a 10% de incidencia. De no ser así, el cafetalero debe aplicar fungicidas lo antes posible, con los productos de protección recomendados en el país.
Además, se aconseja realizar labores agrícolas que favorezcan la circulación del aire y la entrada de luz, con ello se promueve que las hojas se puedan secar más temperaturas cálidas durante las noches.
Sánchez, de la Cámara de Cafetaleros, fue enfático en que todas las fincas deben mantener controlado el hongo, pues si en el cafetal aledaño la plaga se propaga , el vecino también podría sufrir afectaciones.
Por su parte, Gabriela Carmona, coordinadora del programa Nama Café, del MAG, comentó que desde las Agencias de Extensión Agropecuaria se atienden a los productores y les capacita en la atención de los cafetales, incluyendo las acciones para la prevención y control de la roya.
“Este es un trabajo que se realiza de manera articulada con la unidad de investigación del Icafé y el Servicio Fitosanitario del Estado, para monitorear el comportamiento mensual de la enfermedad, manteniendo más de 58 parcelas de vigilancia en todo el país, que permiten obtener datos sobre la incidencia de la enfermedad y generar el Sistema de Alerta Temprana y las recomendaciones por región”, explicó Carmona.
Actualmente, el apoyo está centrado en la asistencia técnica y la recomendación a los productores para que el hongo no se extienda, hacer las aplicaciones necesarias y no descuidar la vigilancia para mantener sanas las plantaciones.