La Sala IV estableció un plazo de tres meses para que cinco entidades estatales realicen un estudio conjunto sobre el impacto del insecticida Fipronil en las abejas. La resolución surge en respuesta a un recurso de amparo presentado por la Defensoría de los Habitantes, ante reiteradas quejas de los apicultores sobre el efecto negativo del agroquímico sobre las colmenas.
Dicha entidad comunicó, este martes, que la resolución emitida por los magistrados instruye a los ministerios de Agricultura y Ganadería (MAG), de Salud, y de Ambiente y Energía (Minae), así como al Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) y al Servicio Fitosanitario del Estado (SFE) a realizar la investigación solicitada.
Federico Lizano, presidente de la Cámara de Insumos Agropecuarios, explicó que aparte de usos agrícolas, el Fipronil también tiene uso veterinario, pues se aplica para el control de garrapatas, por ejemplo, en perros y gatos. Indicó, no obstante, que se deberá esperar la resolución final de la Sala IV, pues solo se conoce el “por tanto”, para analizar su fundamento y alcance.
Impacto
El Fipronil es un agroquímico de mucha aplicación en diferentes cultivos y se ha calificado en diferentes países como altamente tóxico para las abejas. De hecho, en la Unión Europea está prohibido su uso. El gremio de productores de miel de abeja mantiene denuncias, desde hace varios años, sobre el uso generalizado y con pocos controles de este producto en actividades agrícolas.
Juan Bautista Alvarado, presidente de la Cámara Nacional de Fomento a la Apicultura, explicó que se van a mantener vigilantes para que el informe ordenado por los magistrados esté listo en el plazo establecido. Aseveró que a escala local e internacional está muy documentada la fuerte afectación de ese producto sobre las colmenas.
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Según Alvarado, desde que se comenzó a documentar el impacto del Fipronil en la agricultura se estima que es el responsable de la muerte de, al menos, 250.000 abejas al día en Costa Rica. Indicó que los agricultores lo aplican cuando los árboles o plantas están con flores. Entonces, la abeja acude a recolectar el néctar o el polen y ahí se contamina. Luego, vuelve a la colmena donde disemina el químico.
El dirigente detalló que en la zona de los Santos se comenzó a documentar, en el 2010, el impacto del agroquímico en las abejas ante el incremento de su uso en las plantaciones de aguacate. Desde ese año y hasta el 2020, las poblaciones de la región bajaron en 77% y en todos los exámenes de laboratorio practicados a los insectos se encontró la presencia de la sustancia.
Agregó que en San Ramón, solo el año pasado, se produjo la muerte de 25 millones de abejas por esa causa, de acuerdo con los reportes de la Cámara y los informes del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), que realiza los exámenes de laboratorio.
En total, se estima que el Fipronil es responsable de la muerte de unas 100 millones de abejas al año en Costa Rica, según la información en poder de la Cámara Nacional de Fomento a la Apiculura.