San José.
El sector forestal costarricense perdió un 40% del empleo que generaba, lo cual equivale a 9.000 plazas menos en los últimos ocho años.
Esta caída es consecuencia de la competencia de madera barata importada especialmente de Chile y de la incursión al mercado de productos sustitutos, como el perling y el gypsum, aunque no sean amigables con el ambiente.
La pérdida de competitividad de este sector productivo causó una gran merma en el área sembrada de plantaciones forestales, que pasó de entre 130.000 y 140.000 hectáreas en los mejores años a finales de la década de 1990, a apenas unas 60.000 hectáreas estimadas actualmente, explicó Alfonso Barrantes, director de la Oficina Nacional Forestal (ONF).
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El funcionario recordó que las plantaciones forestales sn amigables con el ambiente y que cada vez que usamos la madera le ahorramos al planeta unas 2 toneladas de dióxido de carbono. Por eso, lamentó la situación que vive el sector y lanzó un llamado a volver al uso de la madera, especialmente si es cultivada en territorio costarricense, donde dejaría el beneficio ambiental.
Esta situación de pérdida de competitividad es analizada por representantes de empresas y organizaciones forestales del país, de las universidades y organismos de cooperación, así como funcionarios institucionales ligados al tema, en el Foro Nacional de la Competitividad del Sector Forestal.
La actividad comenzó este martes 16 de mayo y termina el 17 de mayo y se realiza en la sede del Colegio de Ingenieros Agrónomos.
"La pérdida de competitividad del sector forestal propicia fuertes impactos y consecuencias sobre la degradación de los bosques, la reducción en el cultivo de madera tales como las plantaciones forestales y sistemas agroforestales y el manejo sostenible de los bosques, desincentiva nuevas inversiones en el sector especialmente en cultivo, manejo, la industria, el desarrollo de productos y su comercialización", advirtió Barrantes.
Competencia
La madera de Chile, especialmente de pino, proviene de grandes empresas que tienen plantaciones de muchas hectáreas y pueden de esa manera controlar mejor los costos de producción, señaló Barrantes. Por eso, declaró, es muy difícil para el empresario costarricense competir contra los precios del producto chileno.
Aparte de eso, agregó, el mercado está ofreciendo productos sustitutos que requieren de gran cantidad de energía para su fabricación, como el gypsum, lo cual debería estar en la mente de los consumidores cuando los adquieren.
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También hay una gran reducción en la explotación de madera extraída de los bosques naturales (no plantaciones) que se debe al exceso de tramitología para obtener los permisos de manejo, aseguró la Oficina Nacional Forestal.
En vista de la situación, el sector debería acudir por un lado a la conciencia de los consumidores y resaltar las bondades del uso de la madera, ya sea de bosque o de plantación, y por otro, solicitar la ayuda de las entidades encargadas para mejorar los trámites y otros servicios para el manejo adecuado de los bosques, declaró Alfonso Barrantes.