El sector arrocero nacional tiene múltiples actores que se verán afectados, positiva o negativamente, con las medidas anunciadas recientemente por el gobierno, principalmente por la disminución del arancel de 36% a 5%, para la importación de arroz pilado.
La medida provocará una mayor apertura de mercado y el aumento de la competencia, aunado a la eliminación de los esquemas de fijación de precios que mantenía el grano en el país. Estas acciones se llevarán a cabo vía decretos que ya se encuentran en consulta pública.
La Nación conversó con Víctor Umaña, economista y consultor en política agrícola y comercial, quien explicó que desde el punto vista teórico, un arancel genera una brecha entre el precio internacional y el precio doméstico. Por eso, cuando arroces de otros mercados ingresan, actualmente lo que encuentran es una barrera y, para poder saltarla, los importadores deben subir el precio del grano para recuperar lo invertido.
“El fin del arancel es hacer el arroz importado más caro, de tal forma que exista un protección y que sea más rentable poder producir en el país. Si ese arancel desaparece o se hace más pequeño, lo que estamos haciendo es abaratando la importación”, comentó Umaña.
A continuación, un extracto de la entrevista con el economista:
―¿Qué está cambiando ahora con estas medidas anunciadas por el Gobierno para el mercado del arroz?
―Ya no se va a necesitar hacer el decreto de desabasto, porque el arancel ya quedó muy abajo. El cambio más grande es que los que entran “nuevos” al negocio son los importadores de arroz pilado, que viene listo para el consumo.
”Porque a ellos se les va a rebajar el arancel, entonces, esta medida lo que está creando es mayor competencia en el mercado del arroz porque le está abaratando los costos a los importadores de pilado. Le va a crear mayor competencia a la producción y a la industria local”.
―¿Eso podría hacer desaparecer la producción local de arroz?
―No, no lo hará. Hay un grupo de productores muy eficiente, que tiene muy buena productividad y que va a competir con igualdad de condiciones. Pero probablemente los que van a tener que salir son aquellos productores de baja productividad, relativamente pequeños, en condiciones que probablemente no son las mejores para producir arroz.
”Lo mejor sería un proyecto o un programa que les facilite la transición hacia otras actividades donde con su tamaño de finca y condiciones puedan ser exitosos y para eso hay programas muy exitosos que deberían escalar, como Descubre, de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
”Costa Rica por mucho tiempo se equivocó al creer que solo con la protección arancelaria y la regulación de precios iba a promover la actividad arrocera. Claramente esas políticas fueron un fracaso. Engañamos a muchos haciéndoles creer que con una pequeña escala iban a poder ser exitosos, lo cual no es cierto”.
―Este jueves 7 de julio Presidencia anuncia que envió a consulta pública un decreto que elimina el esquema de fijación de precios del arroz, tanto el que paga el consumidor, como el productor, ¿cómo cambia esto el panorama?
―La piedra angular de todo el sistema de protección del arroz es el arancel. Si el arancel se elimina, la fijación de precios deja de tener mucho sentido porque simplemente las industrias no van a comprar a precios altos, van a comprar al precio de mercado. Al disminuir el precio de mercado, todo lo demás se cae.
―¿Estas medidas podrían desplazar la importación de arroz en granza (procesado por los industriales) y esto obligar a los industriales a reconvertir su actividad?
―Sí, hay una posibilidad de que al facilitar la importación de pilado haya una competencia directa con los procesadores de granza. Yo creo que no va a ser un desplazamiento, porque la granza y el pilado tienen diferencias como que la granza tiene la posibilidad de almacenarse por más tiempo y entonces se pueden traer mayores volúmenes y almacenarse, lo que contribuye, además, con la seguridad alimentaria.
”Creo que va a haber bastante competencia pero no me atrevería a decir que eso va a causar el desplazamiento de los principales industriales, que, además, tienen la ventaja de que están verticalmente integrados. Muchos de ellos también producen arroz con mucha productividad”.
―¿Se podrían abrir nuevas oportunidades de negocio para los productores nacionales? ¿Tenemos la posibilidad de exportar en mayor medida nuestro arroz?
―Todas las políticas arroceras estaban destinadas al consumo interno. Todo se había diseñado para tener una producción de arroz que satisfaga la demanda interna. Costa Rica exporta arroz de manera ocasional, un comercio bastante pequeño. Pero lo cierto es que se podría pensar en la posibilidad de producir algunos arroces diferenciados. Ya hay algunos esfuerzos para producir arroz orgánico y arroz bio.
”También incorporar asuntos sociales a la producción del arroz, que podrían ser bien vistos por los mercados internacionales. Que productores de menor escala puedan aprovechar la diferenciación del mercado. ¿Por qué no lo han hecho? No es algo fácil y el productor es adverso al riesgo, el productor siempre está con el agua al cuello y si da un paso no sabe si se va a ahogar. Por eso es que proyectos como Descubre lo que pretenden es disminuir lo que más se pueda el riesgo para nuevas actividades.