París. AP. El Airbus A-380, el avión de pasajeros más grande del mundo, despegó con todos los asientos llenos por primera vez ayer, y la empresa europea de aviación anunció más cambios administrativos a la luz de los costosos retrasos en su programa de aviones de chorro, con un valor de $13.000 millones.
La nave, de 280 toneladas de peso, aterrizó en Tolosa, en el sur de Francia, luego de un vuelo ida y vuelta de siete horas de duración, lleno con 474 empleados de Airbus, en el primero de cuatro vuelos de prueba programados para esta semana con miras a ver el funcionamiento de sus sistemas y controles climáticos.
Airbus dijo que pondrá a disposición a fines de año, conforme lo planeado, el primer A-380 terminado a la empresa Singapore Airlines Ltd., a pesar de los retrasos que se espera afecten futuras entregas durante los siguientes seis meses.
Los más recientes problemas causaron el despido del jefe de la junta directiva, Gustav Humbert, jefe conjunto de la empresa matriz de Airbus, la Compañía Europea de Defensa Aeronáutica y el Espacio, semanas después de que fueron anunciados en junio.
Relevo. Ayer hubo un cambio administrativo aún más profundo en Airbus, que nombró a un nuevo jefe del programa A380, Mario Heinen, previamente a cargo de la familia de aviones de un solo pasillo A-320.
Heinen reemplaza a Charles Champion, quien renuncia también a su papel de gerente, pero continúa como asesor de Christian Streiff, quien sucedió a Humbert en julio pasado.
Streiff suspendió temporalmente las contrataciones en Airbus y tiene programado reportarse ante los accionistas para finales del mes, con el propósito de informarles sobre las consecuencias de los retrasos en el programa A-380.