Buenos Aires - Un megavencimiento este martes 15 de mayo de letras en pesos por el equivalente a $25.000 millones pondrá a prueba la capacidad de Argentina para detener la fuga de capitales en medio de una crisis de confianza de los mercados y una corrida cambiaria sin freno.
Este martes vencen letras (emisiones de deuda) del Banco Central por unos 650.000 millones de pesos, la mitad de las reservas de la entidad, que elevó al 40% la tasa de referencia el 4 de mayo último sin que ello haya parado la estampida de inversores hacia el dólar.
Ni las conversaciones para un auxilio financiero del Fondo Monetario Internacional (FMI), ni el respaldo explícito de los gobiernos de Estados Unidos, China, Japón y Alemania, frenaron, por ahora, la corrida que se inició en marzo y se intensificó en las últimas semanas.
El Banco Central sacrificó más de $10.000 millones de sus reservas que el lunes finalizaron en $53.411 millones, mientras el peso tocaba su máximo histórico a 25,51 por billete verde, acumulando una devaluación de 19% en 45 días, una de las mayores de la última década.
Analistas estiman que el Banco Central ofrecerá este martes hasta 50% de tasa para sofrenar la huida de capitales.
Los mercados parecen desconfiar del programa del presidente liberal Mauricio Macri, quien por su parte dice estar dispuesto a mantener el rumbo de sincerar a la economía argentina con la realidad de la oferta y la demanda, poniendo fin a distorsiones económicas y monetarias causadas por el gobierno peronista de Cristina Fernández de Kirchner, actualmente procesada por corrupción.
El presidente tuvo estos días reuniones de emergencia con cámaras empresariales, gobernadores opositores y referentes políticos en busca de respaldo.
“Con lo que ocurrió en las últimas semanas, se redujo de un escalon la confianza”, admitió el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, se reunió en Washington, la semana pasada, con directivos del FMI. “Estamos enfrentando un shock: en este periodo, vamos a tener algo menos de crecimiento y algo más de inflación", admitió Dujovne.
Este martes el instituto estadístico Indec dará a conocer la inflación de abril que se estima mostrará una aceleración del costo de vida que sumó 6,7%, en el primer trimestre, sobre el 15% anual que proyecta el gobierno.
Antes de la crisis el FMI estimaba que la inflación anual argentina llegaría al 19,2%; consultoras privadas la estiman en torno al 25%.
Organizaciones sociales y sindicales rechazan la decisión del gobierno de acudir al FMI y le reclaman un cambio de política económica que frene el ajuste en una sociedad con profundas desigualdades y un 25,7% de pobreza, al cierre de 2017.
Como tantas veces en su historia reciente los argentinos viven con un ojo puesto en las pizarras de cambio y la mano en el bolsillo.
Del comportamiento de los tenedores de las Lebac que vencen este martes dependerá si el dólar se aquieta en torno a los 25 pesos o sigue sin encontrar techo.
El Banco Central hizo saber el lunes al mercado que estaba dispuesto a vender $5.000 millones de sus reservas a 25 pesos por dólar, finalmente sólo intervino con $408 millones de dólares y la divisa cerró en 25,51.
“Los que entraron a las Lebac de manera especulativa, que se vayan”, amenazó el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Agregó que el Banco Central: "tiene los recursos como para que se vayan y que eso no afecte el rumbo económico”.
El gobierno levantó restricciones a los capitales y las Lebac, un instrumento de política económica para regular la liquidez, se convirtieron en un excelente negocio que alimentó una rueda especulativa conocida en Argentina como “bicicleta financiera”.
La economía argentina creció 2,8% en el 2017 y para el 2018 aspira a cerrar en 3,5%.
El Banco Central operó estos días en el mercado secundario (donde se negocian los valores luego de su venta inicial) para recomprar parte de los títulos que vencen este martes.
Según estimaciones de mercado, 60% está en manos de bancos y organismos estatales, por lo que se espera sean renovadas por nuevos títulos. El resto está en manos de fondos de inversión y ahorristas, la mayoría extranjeros.
El desafío será retener a la mayor cantidad de inversores posibles a la menor tasa que sea necesaria para evitar alimentar aún más el deterioro cambiario.
La señal será crucial para Argentina que espera el próximo viernes una reunión en Washington del FMI para analizar las negociaciones de un stand by cuyo monto de crédito aún no ha sido anunciado.
El país sudamerciano tiene un rojo comercial estimado por encima de $10.000 millones en el 2018. El déficit fiscal es de casi cuatro puntos del PBI y las necesidades financieras anuales rondan los $30.000 millones.