Argentina comenzó a estudiar ayer la posibilidad de abandonar el peso y "dolarizar" la economía, a raíz de la explosiva crisis brasileña, pero analistas económicos y oposición política opinaron que resultaría inconveniente tomar una medida de este tipo.
La iniciativa surgió del presidente Carlos Ménem, quien llevó la idea al punto de proponer el estudio de un mecanismo que permita adoptar el dólar como moneda única no solo en Argentina, sino en todos los países del continente americano, a partir del año 2005, según confirmaron el viernes varios funcionarios del Poder Ejecutivo.
Ménem consideró "oportuno" iniciar estudios sobre la viabilidad de esta propuesta que, lógicamente, debería contar con el aval del resto de las naciones integrantes del Mercosur (Brasil, Paraguay y Uruguay).
Para el mandatario, la posible instauración del dólar como unidad monetaria de todos los países americanos fortalecería esa moneda, teniendo en cuenta la reciente creación del euro por parte de los países integrantes de la Unión Europea.
La eventual adopción del dólar como única divisa permitiría formar una suerte de banco central del continente americano, con una estructura adaptable a la que exhibe hoy la Reserva Federal de los Estados Unidos, según portavoces de Ménem.
Sin embargo, tal medida requerirá de una aprobación especial de la Reserva Federal, con exigencias especiales para el sistema financiero argentino, declararon varios analistas en emisoras de radio.
Además, le quitaría al Gobierno argentino la capacidad de maniobra porque lo inhabilitaría para constituir reservas con otros activos que no fueran dólares (la Carta Orgánica del Banco Central autoriza a tener hasta el 33 por ciento en títulos públicos).