BAC Credomatic anunció, este martes 6 de diciembre, que cambiará el material de plástico de sus tarjetas actuales por uno amigable con el medio ambiente, a base de maíz no comestible, el cual puede ser compostado una vez que el dispositivo pierde su vida útil.
Este material de origen natural, llamado PLA, reemplazará el plástico habitual que se utiliza en las tarjetas. El producto tiene la particularidad de que cuando pierde su vida útil, puede molerse y ponerse en compostaje para así reducir la cantidad de tiempo en que regresa al ecosistema, a diferencia de lo que sucede con el plástico.
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La nueva tarjeta está compuesta por 82% de material derivado del maíz no comestible y el 18% restante corresponde al chip, la banda, antena y el diseño. Para este último, la entidad utilizará tintas a base de agua y no de solventes, como se hace en las de plástico.
“Entendiendo que el plástico tiene un impacto negativo en el medio ambiente, queríamos encontrar este material de base natural y compostable que pudiéramos utilizar en lugar del plástico, que diera la misma funcionalidad a nuestros clientes”, afirmó Gisela Sánchez, directora regional de Estrategia y Relaciones Corporativas de BAC.
De igual forma, el BAC informó de que el empaque de las tarjetas se reemplazará por un sobre de cartón 100% reciclado, que además se reutilizará luego de su vida útil. El producto será lanzado en todos los países en los que el banco tiene presencia en Centroamérica (Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá).
Desde cada uno de los países, el banco establecerá alianzas con pequeños emprendimientos para que se dediquen al compostaje de las tarjetas, una vez que estas cumplan su vida útil, que es de entre cuatro y cinco años, igual a los dispositivos de plástico. Las piezas electrónicas (chip, banda, antena) también serán recicladas.
En Costa Rica circulaban, al 31 de julio de este año, un total de 6.117.455 tarjetas de débito, y 2.586.922 tarjetas de crédito, de acuerdo con datos de los estudios de este mercado, que efectúa cada trimestre el Ministerio de Economía, Industrias y Comercio (MEIC).
Dentro de estas cifras nacionales el BAC Credomatic tiene un peso importante pues se calcula que es responsable del 27% de las tarjetas de crédito emitidas en Costa Rica, de acuerdo con otro estudio de la Oficina del Consumidor Financiero (OCF), publicado en abril pasado. En plásticos de débito, su participación es menor, de 15%, según esta misma fuente.
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Para hacer la sustitución, Sánchez explicó que tienen una alianza con la empresa Thales, uno de sus proveedores más importantes de tarjetas, quienes les ofrecían los dispositivos plásticos, pero que ahora les suministrarán las nuevas tarjetas a base de maíz no comestible.
La nueva tarjeta es incluso más segura que las de plástico, pues se utilizará la termoimpresión, es decir, no tendrá relieves, y a nivel funcional, es igual a los dispositivos de plástico. En un futuro, la misión de la entidad bancaria es ir transformando todo su portafolio para no usar más plástico y migrar por completo a las tarjetas amigables con el medio ambiente. En Centroamérica actualmente tienen más de 4,2 millones de clientes.
¿Cómo obtener una?
Desde este martes, el BAC realizará el prerregistro para todos los clientes que deseen obtener la tarjeta BIO en la región. El producto estará disponible para retirarse a principios del 2023, y pueden optar por ella nuevos usuarios, o los que deseen reponer una tarjeta vencida o extraviada.
“Este es un prelanzamiento, en simultáneo con todos los países donde el BAC tiene operaciones. Queremos incentivar a los clientes para que llenen el formulario que está disponible si están interesados”, comentó Sánchez. Aunque el material PLA es más costoso para el banco que el plástico, pero el precio de la tarjeta no implicará un costo adicional para los usuarios.
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En cuanto al compostaje de la tarjeta, una vez que empiecen a perder su vida útil, la idea es que los clientes visiten las sucursales bancarias del BAC para entregar el dispositivo a la institución. Ahí mismo, los funcionarios del banco se encargarán de separar los componentes y de destruirla frente a la persona, para así poder enviarlas a compostar.
En tanto, los componentes electrónicos también serán reciclados. Sánchez comentó que han trabajado alianzas con instituciones académicas como la Universidad de Costa Rica (UCR) para certificar todos los procesos, así como para entender cómo se comporta el compostaje en el país.