La baja en las tasas de interés en colones para préstamos que acompañó a la pandemia del nuevo coronavirus se quedó pegada en un piso este año.
El mayor riesgo de pago ocasionado por los efectos económicos de la enfermedad, los costos financieros de las entidades y las captaciones del Gobierno en el mercado de valores son algunos elementos que impiden que las tasas sigan bajando, según señalaron banqueros y economistas.
A este conjunto también se suman elementos como la tasa piso, que es un porcentaje mínimo que está en algunos contratos de crédito, así como una menor competencia por los préstamos.
Un indicador que resume este comportamiento es la tasa activa negociada que publica el Banco Central, que es un promedio ponderado (considera las cantidades) de las tasas de interés para préstamos de todas las operaciones de crédito formalizadas entre los deudores y los grupos de intermediarios financieros (incluye bancos públicos, privados, cooperativas, mutuales y financieras).
Dicha tasa llegó a 13,5%, en junio del 2020 y luego empezó a bajar hasta llegar a 8%, en diciembre del 2020, porcentaje del cual no se redujo más.
Hay diferencias por grupos de entidades financieras y actividades económicas que se financian, pero casi todas siguen el mismo comportamiento, una baja y luego una relativa estabilidad este año.
Política expansiva y baja en tasas
La reducción en las tasas de interés es resultado de la política monetaria expansiva que ha aplicado el Banco Central y la cual ha influido en una reducción en los costos de captación de las entidades financieras.
Como parte de su política expansiva, el Banco Central continuó con la reducción de su tasa de política monetaria, aquella que el emisor considera coherente con el costo de la liquidez en un momento dado y que influye en el resto de tasas del mercado.
Dicha tasa se mantuvo en 5,25% hasta marzo del 2019 y cuando inició la pandemia, en marzo del 2020, estaba en 2,25%; luego la entidad la llevó, en junio del 2020, a 0,75%, un mínimo histórico en el cual se ha mantenido.
El Banco también puso a disposición de las entidades ¢842.887 millones de la facilidad especial de crédito a los intermediarios financieros regulados por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), a una tasa de interés de 0,8%, con el fin de apoyar a los hogares y empresas afectados por la pandemia.
Esta política expansiva contribuyó a la baja en las tasa para ahorros. La tasa básica pasiva, un promedio ponderado de las tasas de interés brutas de captación a plazo en colones, disminuyó del 5,75% que estaba antes de la pandemia (el 12 de febrero del 2020), a 3,15% actualmente.
“Por lo tanto, aquellas operaciones de crédito referenciadas a dicha tasa, se han beneficiado en 2,60 puntos porcentuales anuales respecto a lo que pagaban antes de la pandemia”, comentó Carlos Fernández, exgerente de varias entidades bancarias.
¿Por qué las tasas no bajan más?
Una de las razones es que el riesgo, que ha aumentado con la pandemia, también forma parte de las tasas de interés, según explicó Reinaldo Herrera, director de Finanzas del Banco Nacional.
“Se debe tener en cuenta, al analizar el comportamiento de las tasas activas, que estas también tienen un componente de riesgo de crédito, que es distinto del costo de los recursos financieros y que posiblemente en el contexto de la pandemia se ha movido de forma inversa”, indicó Herrera.
Añadió que a pesar de la variabilidad de las tasas, éstas siguen siendo bajas en un contexto de más largo plazo.
“Si se comparan con las tasas activas prevalecientes antes de la pandemia, siguen siendo tasas entre 200 y 300 puntos base más bajas, que es básicamente lo que ha bajado la tasa de política monetaria en ese lapso”, añadió.
Detalló, además, que el saldo de la facilidad crediticia del Banco Central representa 3,57% del total de la cartera bruta de los intermediarios supervisados por la Sugef y a junio se había desembolsado ya el 98% del total del programa, muchos de los cuales se han dirigido a mejorar las condiciones de créditos vigentes.
El economista, exvicepresidente de la República y exbanquero, Luis Liberman, citó tres factores que impiden que las tasas para préstamos bajen más: las tasas piso, la menor competencia por crédito y las captaciones de recursos del Gobierno Central que se han suplido en buena medida con los recursos de los bancos.
Sobre la competencia, Liberman explicó que ahora las entidades son más cuidadosas para asumir créditos de otras entidades y mejorar las condiciones, como sucedía antes.
“¿Qué pasaba en otros tiempos? Si la gente tenía en el banco A un crédito se iba a un banco B y lo refinanciaba a una tasa más baja, pero como ahora eso se ha vuelto más difícil por razones de que los bancos están siendo muy cuidadosos por miedo a la situación económica, ahí hay un tema, la flexibilidad de bajar los créditos existentes es bien complicada”, comentó Liberman.
Respecto a las captaciones del Gobierno, este economista indicó que los bancos también tienen la opción de prestarle al Ministerio de Hacienda y con menor riesgo que prestarle a un deudor. Entonces, si al Gobierno le prestan al 6% o 7% no se puede pretender que a la gente le presten a la misma tasa, aseveró.
Fernández coincidió con Liberman en que esta es una limitante importante.
“Es difícil que las tasas en colones bajen más que la tasa del costo de oportunidad del Gobierno. Si las tasas del Gobierno andan en el 8% o 8,5% en los rendimientos, ningún banco va a colocar por debajo de eso porque prefiere meterle la plata al Gobierno o al Banco Central”, dijo Fernández.
Otro factor que citó Fernández fue el costo del encaje mínimo legal, que es un porcentaje de las captaciones que las entidades deben depositar en el Banco Central.
“Que las tasas de depósitos a plazo son tasas del 4% al 6%, siempre existe el costo pesado del encaje mínimo legal, que es el depósito que se hace en el Banco Central, que incrementa la tasa de fondeo porque aunque el banco reciba ¢100 al 5%, de esos ¢100 tiene que mandarle al Banco Central ¢12 y lo que queda son ¢88 para prestar”, dijo Fernández.