La Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) definió que la mayoría de bancos en Costa Rica tengan el mayor margen posible para administrar sus créditos morosos.
La entidad supervisora propuso que en 34 entidades, de 47 en total, el indicador de morosidad catalogado como de normalidad suba del 3% al 5% de sus préstamos.
En esta categoría ingresaron el Banco de Costa Rica (BCR), el BAC Credomatic, el Banco Popular, Scotiabank, así como 24 cooperativas y Caja de Ande, porque el 60% o más del saldo de sus créditos está dirigido a consumo, tarjetas de crédito y vehículos.
Para el Banco Nacional, Banco General, Davivienda, Lafise y Promérica se planteó que el indicador de mora normal sea del 4%, en vez del 3% actual, pues sus créditos tienen una mayor diversificación por sectores (vivienda, empresarial, consumo, entre otros), según el oficio CNS-1505/11, del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif).
Las entidades con mayor vocación empresarial como BCT, Banco Cathay, Improsa, Prival y las financieras Desyfin y Comeca se mantendrán con el indicador en el 3%.
Este cambio planteado en el Reglamento para juzgar la situación económico-financiera de las entidades fiscalizadas permitirá a la banca, principalmente, reducir los gastos para cubrir las pérdidas de créditos malos, y favorecer una baja en las tasas de interés argumentaron banqueros consultados por La Nación.
Sin embargo, para otros especialistas, este efecto en las tasas de interés puede ser relativo.
Bernardo Alfaro, jerarca de la Sugef, recalcó que el cambio pretende adecuar la mora de cada entidad a su modelo de negocio.
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“Actualmente muchos intermediarios, cuando su mora se aproxima al 3%, tienden a estimar el 100% de muchos de esos créditos y declarar incobrables a los deudores atrasados (...) así se evita caer en un nivel de irregularidad. Ahora no tendrán tal nivel de premura de anticipar la liquidación de operaciones”, explicó Alfaro.
El proceso de consulta pública de la reforma finalizó el pasado 27 de junio. Ahora debe ser aprobado de manera definitiva por el Conassif y entrará a regir un mes después de publicado en el diario oficial La Gaceta.
Esta reforma es parte de un conjunto de medidas que buscan reactivar la economía del país. Previamente, el Banco Central aprobó reducir el encaje mínimo legal en colones del 15% al 12%, la reclasificación de deudores morosos y la reducción de las estimaciones contracíciclas a la banca.
Implicaciones de reforma
Para Gustavo Vargas, gerente del Banco Nacional, el cambio en el perfil de morosidad permitirá a la institución reducir sus gastos en estimaciones.
“Para mantenernos en el límite del 3% hay que estar haciendo provisiones y liquidar (asumirlos como pérdida) esos créditos. Esto nos permitirá tener menos gastos y dedicar esos ingresos a reducir los costos financieros y dirigirlos a la reducción de tasas de interés”, explicó Vargas.
El jerarca espera que en un plazo de tres meses puedan verse los efectos positivos, tras la aplicación de la norma.
Por su parte, Federico Odio, gerente del BAC Credomatic, consideró que las reformas normativas son resultado del ajuste al ciclo económico del país, en un momento de demanda contraída.
“Realmente lo importante para nosotros, en la gestión de los cambios, es el análisis del cliente que venga. Su capacidad de pago, su nivel de deuda y la posibilidad de absorber shocks de precios”, destacó Odio.
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Para Rossy Duran, gerente Corporativa de Finanzas del BCR, el principal beneficio de la reforma es que quita presión a las entidades financieras para que no caiga en irregularidad, dado el deterioro de las carteras de crédito.
Hasta mayo pasado, las entidades financieras reportaron un incremento en la morosidad, frente al mismo mes del 2018, en las operaciones de crédito de consumo, tarjetas de crédito, vivienda y micro y pequeña industria, de acuerdo con datos de Sugef.
Bancos sentirán beneficio
Para Carlos Fernández, exgerente del BCR, los cambios normativos propuestos en el sistema financiero favorecen a las entidades financieras y no a los clientes.
“El cierre del 2019 será una maravilla para la banca. Primero por jugosas utilidades con la liberación del encaje, pues el dinero se invierte en Gobierno o el Banco Central. Segundo, la tasa básica pasiva sube y se cobra más plata a la cartera de crédito (en colones) actual. Tercero, con la nueva normativa se harán menos estimaciones por incobrables”, recalcó Fernández.
El exbanquero sostuvo que el Conassif y Sugef deben promover cambios que eviten que las operaciones de crédito de los actuales deudores continúen su deterioro.
Mientras tanto, Javier Cascante, exjerarca de la Sugef, dijo que cada banco será el encargado de decidir si traslada o no los beneficios brindados por las reformas normativas a sus clientes.