El Banco Nacional (BN) y el Banco de Costa Rica (BCR), ambos de propiedad estatal, tienen la mayoría de los recursos del Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) invertidos en bonos de deuda, principalmente del Ministerio de Hacienda.
Hasta noviembre anterior, dichas entidades administraban ¢437.024 millones destinados a financiamientos y avales productivos, de los cuales el 69,6% estaban colocado en títulos valores, es decir ¢304.159 millones. Mientras que el 29,4% en créditos productivos, es decir, ¢128.622 millones, según los estados financieros del SBD.
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El BCR es la entidad que más dinero tiene en instrumentos financieros, por un total de ¢158.438 millones a noviembre anterior. El monto se incrementó un 4,2% dado que, al mismo mes del 2020, eran ¢152.053 millones.
Miguel Aguiar, director ejecutivo de Banca para el Desarrollo, confirmó que el 77% de las inversiones hecha por el BCR están en emisiones de Hacienda. Además, la mayoría del dinero está en dólares.
En el caso del BN, a noviembre anterior, tenía ¢145.721 millones del SBD en títulos valores, de los cuales el 45,7% estaba en bonos del Gobierno y el resto en emisores locales, confirmó Aguiar. Cuando se compara con las inversiones al mismo periodo del 2020, hubo un crecimiento del 5% pues el saldo era de ¢138.904 millones, según los estados financieros.
La banca estatal tiene un peso muy relevante en el SBD. El sistema reportó activos por ¢1.046.373 millones, al cierre del año anterior, y el BN y el BCR administran el 42% de dichos recursos y la mayoría del dinero no está dirigido a crédito.
“Es desastroso. Es una barbaridad, esto no puede ser. Eso es que no quieren colocar (los bancos estatales). No podemos incidir si lo tienen en crédito o si lo tienen en Ministerio de Hacienda al 6%. No podemos colocarlos (el Sistema) ni dárselo a otros bancos porque están para los bancos del Estado y ellos no lo usan”, comentó Juan Rafael Lizano, exministro de Agricultura y Ganadería, expresidente de la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria y director del Consejo Rector del SBD.
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Aguiar agregó que los bancos estatales son autónomos y el Sistema no tiene competencia jerárquica o de dirección sobre ambas entidades.
El Sistema de Banca para el Desarrollo fue creado por ley en 2008. Su objetivo es financiar y brindar avales a proyectos productivos que sean técnica y económicamente factibles. El programa está dirigido a pequeñas y medianas empresas (pymes), emprendedores y microcrédito, dado que el monto promedio histórico prestado es de ¢3,3 millones.
La principal característica de estas operaciones, frente a un préstamo normal, es la tasa de interés y la comisión. Actualmente, los recursos en colones se colocan a tasa básica pasiva (TBP), con un piso del 4%, y en dólares es del 3%; y la comisión por desembolso es del 1,5% en ambas monedas.
¿Cuáles son los recursos?
El dinero de Banca para el Desarrollo, administrado por el Nacional y el BCR, proviene de dos fuentes. Uno es el Fondo de Crédito para el Desarrollo (FCD), que es conocido como peaje bancario, que consiste en el 17% de las captaciones a 30 días o menos que los bancos privados deben trasladar a los estatales, según lo establece la Ley del Sistema Bancario Nacional.
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La banca privada tiene la opción desde el 2014, a raíz de una reforma legal, de prestar el dinero directamente, si no las dos instituciones estatales pueden hacerlo. Hasta noviembre pasado, tenían colocados un saldo de ¢44.827 millones, según los estados financieros del SBD.
El Fondo del Financiamiento para el Desarrollo (Fofide) es el segundo administrado por los públicos. Este está constituido por el 5% de las utilidades netas (después del pago de renta). En este caso, el monto dado en financiamiento reportó un saldo de ¢82.794 millones.
“Es una barbaridad, esto no puede ser. Eso es que no quieren colocar. No podemos incidir si lo tienen en crédito o si lo tienen en Ministerio de Hacienda al 6%. No podemos colocarlos (el Sistema) ni dárselo a otros bancos porque están para los bancos del Estado y ellos no lo usan“.
— Juan Rafael Lizano, miembro del Consejo Rector del SBD
El Banco Nacional descartó, por escrito, que mantener la mayoría de los recursos del SBD invertidos desvirtúa los objetivos legales, pues el 90% de los rendimientos generados se trasladan al propio Sistema, además de que la propia ley ordena de invertir el dinero que no se coloca en crédito.
La entidad afirmó que desde 2013, cuando empezó a administrar los recursos del peaje bancario, han transferido ¢25.000 millones en ganancias por las inversiones.
“El hecho de que estén invertidos en títulos valores, no solo es un mandato de la ley, sino que en nada impide que los recursos sean colocados en crédito si se da la demanda necesaria. Lo que se debe revisar no es si se colocan o no esos recursos en inversiones, sino cómo se puede promover una mayor demanda de estos por parte de los potenciales beneficiarios de estos programas”, argumentó la entidad estatal.
La Nación solicitó al BCR un versión del porqué la mayoría de los recursos administrados de banca para el desarrollo no están prestados. Sin embargo al cierre de este artículo no hubo respuesta.
Poco representativo
El saldo de la cartera de crédito del SBD ascendió, hasta noviembre del año pasado, a ¢619.138 millones, de los cuales el Banco Nacional y el BCR tienen colocado el 21%, es decir ¢128.622 millones, pese a estar entre las primeras entidades autorizadas para utilizar los recursos desde la creación del Sistema.
La mayoría de los financiamientos en condiciones blandas está otorgado por la banca privada. BAC Credomatic, BCT, Improsa, Promérica y Scotiabank reportaron un saldo prestado por ¢298.587 millones, a noviembre pasado, lo cual significa el 48% de la cartera del programa.
El restante 31% de la cartera, o sea ¢191.929 millones, está colocado por más de 50 instituciones autorizadas por el SBD.
Luis Liberman, economista y exbanquero, comentó que las entidades privadas tienen como incentivo prestar el dinero, en vez de dejarlo en administración de la banca estatal.
“Los privados deben dar el 17% de sus captaciones en cuenta corriente a Banca para el Desarrollo, pero son sus fondos. Eso significa que tienen el incentivo de usarlos para ganarse algo. Hay un grupo de bancos privados que hace un esfuerzo por llegar a los estratos más bajos, de tamaño de empresas, y eso es meritorio porque es muy caro”, aseguró Liberman.
El economista criticó que buena parte de los recursos del SBD estén financiando al Gobierno.