Los bancos estatales abogan para que parte de sus ganancias de cada año vayan directamente a las arcas del Gobierno, en vez de aportarlas a sistemas de pensiones, cooperativas, créditos para la educación y la atención de emergencias mediante la figura de cargas parafiscales.
El Banco Nacional de Costa Rica (BNCR) y el Banco de Costa Rica (BCR) promoverán que sus contribuciones obligatorias se transformen en una distribución de dividendos para su único accionista, es decir, el Estado costarricense.
Gustavo Vargas, gerente del Nacional; y Douglas Soto, gerente a.í. del BCR, coincidieron en que la modificación es necesaria porque mina la capacidad de ambas instituciones de competir con el resto de entidades financieras.
Además, porque la erogación representa el 33% de las utilidades generadas al año.
“Hay una tendencia fuerte de que los recursos deben ir al Gobierno y no a entidades específicas. En el momento que se crean destinos específicos, eso puede ser muy bueno dos o tres años; pero en cinco no. Es más importante que si el Gobierno quiere una contribución de los bancos, que se dé directamente al Ministerio de Hacienda”, consideró Vargas.
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Las cargas parafiscales fueron creadas mediante leyes con destino específico y dictan al BNCR y al Banco de Costa Rica la entrega de un porcentaje fijo de sus ganancias, después del pago de impuestos, a instituciones públicas.
Por tal razón, los aportes se incrementan o reducen según sea el resultado de los bancos comerciales de propiedad estatal, cada año.
El régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) recibe el 15% de las utilidades de estas entidades financieras; al Instituto Nacional de Fomento Cooperativo (Infocoop) se va el 10%, mientas que a la Comisión Nacional de Préstamos para Educación (Conape) el 5% y a la Comisión Nacional de Emergencias (CNE), el 3%.
Durante este año, el Nacional y el BCR trasladarán ¢14.605 millones, de las ganancias del 2018, a estas cuatro entidades públicas, según la información entregada a la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
En el 2016 se dio el aporte más alto de los últimos cinco años, cuando ascendió a ¢33.454 millones.
Efectos para el mercado
Soto enfatizó en que no es razonable mantener los aportes parafiscales, pues impide a la entidad capitalizar sus ganancias y de esta forma elevar su patrimonio.
“El Banco ve limitado el crecimiento de su patrimonio y por lo tanto su capacidad para prestar dinero, y por ende afecta a la economía, por cuanto menos recursos se dirigen al crecimiento de la producción”, explicó el jerarca del BCR.
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El Gerente del BNCR confirmó que ya ambas entidades están de acuerdo en la necesidad de la reforma, pero analizan el momento adecuada para presentarla al Gobierno y el Congreso. Así como el porcentaje adecuado de distribución de ganancias
“Cuando se habla de emparejar la cancha entre los bancos, es un tema que debe considerarse (…) Eso no es bueno para el sistema, debería ser más parejo. Eso es bueno para las empresas y los consumidores”, afirmó Vargas.
El año pasado, un estudio de la Academia de Centroamérica concluyó que las entidades financieras del país compiten en desigualdad de condiciones debido, precisamente, al marco regulatorio.
Entre los elementos de distorsión se señalaba las cargas parafiscales, el peaje bancario a las entidades privadas y la garantía del Estado al BCR y el Nacional.