Los bancos, cooperativas, mutuales y financieras tuvieron el año pasado la mayor utilidad registrada en el último lustro, y la segunda más alta de la década. Esto ocurrió por los buenos resultados en las inversiones en bonos de deuda del Ministerio de Hacienda, así como por las menores tasas de interés pagadas a sus clientes por sus ahorros.
Las 44 instituciones que conforman el Sistema Financiero Nacional registraron, en el 2021, una utilidad neta (después del pago de impuestos) de ¢354.341 millones. El beneficio que superó este dato se obtuvo en el 2016, cuando ascendió a ¢379.598 millones (cuando se trae la cifra a términos reales del año pasado), según los datos elaborados por La Nación con la información publicada por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
El resultado del 2021 fue muy superior al del 2020, que ascendió a ¢237.325 millones. Sin embargo, el año del inicio de la pandemia se caracterizó por suspensiones masivas de pago de préstamos y la paralización de actividades económicas relevantes, como el turismo.
Cuando se compara la ganancia del año anterior con el 2019, antes de la crisis sanitaria, las entidades financieras registraron un alza del 9% en sus utilidades, respecto a las ¢338.883 millones en aquel momento, muestran los datos de la Superintendencia.
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Reinaldo Herrera, director corporativo de Finanzas del Banco Nacional, explicó que el aumento de las ganancias del año pasado apoya un crecimiento en la cartera de crédito para el 2022. La utilidad permite a las entidades fortalecer su suficiencia patrimonial, lo cual eleva la disponibilidad de dinero para financiamiento.
“Recuérdese un principio esencial: por cada colón que se gane en utilidades, potencialmente se pueden colocar ¢10 en créditos, de modo que si una entidad percibe menos utilidades, la posibilidad de expansión y colaboración de la actividad económica se ralentiza”, afirmó Herrera.
En la banca privada y las financieras, las utilidades pueden usarse para impulsar los préstamos o para distribuir entre sus accionistas. Mientras que en las cooperativas y Caja de Ande se usan para fortalecer el patrimonio de los asociados y, en las mutuales, para impulsar, principalmente, el financiamiento de vivienda.
¿Por qué la mejora?
La información del sistema, consolidada por la Sugef, muestra que las entidades financieras tuvieron el año anterior un incremento del 32% en los ingresos financieros por inversiones bursátiles, en especial por la compra de bonos de deuda del Gobierno.
El beneficio ascendió a ¢486.725 millones, es decir, un incremento del 28% comparado con los ¢380.302 millones del 2020 (cifra en términos reales del 2021). En contraste, los ingresos por el pago de los créditos se redujeron. En el 2021, este rubro ascendió a ¢2.310.182 millones, o sea, una contracción del 7% respecto a los ¢2.484.776 millones (cifra en términos reales del 2021) del año previo.
“La liquidez de empresas y personas se mantuvo con tendencia positiva, lo que se hizo frente a las ofertas limitadas de demanda de crédito privado producto de que la recuperación no estaba al 100%. Por eso, algunas instituciones se enfocaron en inversiones en títulos del Gobierno, en cancelación de pasivos caros y en reducir costos“, explicó Ariel Rosenblatt, vicepresidente regional de Finanzas de Scotiabank.
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Rossy Durán, gerenta Corporativa de Finanzas del Banco de Costa Rica (BCR), añadió que la pandemia impulsó cambios disruptivos en las entidades, principalmente con el uso de la tecnología para contactar a los clientes, lo cual redujo gastos operativos.
“El incremento en los ingresos financieros es un reflejo de la capacidad de generación de ingresos de los portafolios de inversión, ya sea a través de intereses y generación de ganancias de capital. Estos portafolios de inversión pueden incluir títulos valores de distintos emisores (no solo Ministerio de Hacienda), de acuerdo con el marco de inversión de cada entidad”, dijo Durán.
Arturo Giacomin Zúñiga, presidente ejecutivo de Davivienda, agregó que con los ingresos por inversiones bursátiles se logró administrar la volatilidad del mercado el año pasado.
Del lado de los egresos, la principal disminución fue en los gastos financieros por obligaciones con el público debido a la baja en tasas de interés. Este rubro corresponde al pago que hace la banca a sus clientes por los recursos depositados en cuentas corrientes, de ahorro y certificados a plazo.
En el 2021, las entidades pagaron a los clientes ¢829.990 millones, lo cual implicó una baja del 18% respecto a los ¢1.018.088 millones (cifra en términos reales del 2021), según datos elaborados por este diario con información de la Sugef.
El bajo nivel de los intereses en colones se sustentó en la postura del Banco Central, que mantuvo su tasa de política monetaria (TPM) en 0,75% la mayor parte del año. Fue hasta la última quincena de diciembre que este indicador para operaciones en colones se elevó a 1,25%. A finales de enero pasado tuvo otro ajuste y actualmente está en 1,75%.
Juan Francisco Rodríguez, gerente interino del Banco Popular, explicó que el exceso de liquidez en el sistema se colocó en productos a la vista, como medida de las familias y empresas de enfrentar la incertidumbre económica a raíz de la pandemia.
Los instrumentos a la vista, como las cuentas corrientes, pagan tasas de interés bajas y tienen la particularidad de que el cliente puede retirarlos cuando lo desee.
“El exceso de liquidez (…) combinado con tasas de captación relativamente bajas, contribuyó a una reducción significativa del costo del fondeo en los bancos”, explicó Rodríguez.
Resultado por sector
La información registrada por Sugef muestra que en banca pública y privada fue en donde más se elevó la utilidad entre el año pasado y el 2019. Sin embargo, seis entidades aglutinaron, en el 2021, el 74% de las ganancias de la totalidad del sistema, es decir, ¢260.576 millones.
Caja de Ande ganó ¢64.202 millones; BAC Credomatic, ¢55.021 millones; el BCR, ¢54.434 millones; y el Popular, ¢44.968 millones. Por último, en Davivienda, la utilidad neta fue de ¢22.799 millones y en el Banco Nacional, de ¢19.152 millones.
“Buena parte del resultado se explica por tasas pasivas históricamente bajas que disminuyeron los costos de captación. A la vez, una mejora en la mezcla del pasivo hacia más saldos a la vista tuvo otro efecto positivo del lado del gasto financiero”, aseguró Laura Moreno, vicepresidenta Corporativa de BAC Credomatic. Moreno añadió que el 2021 fue un año positivo, pero el banco ha tenido mejores años, dijo.