Las personas que tienen proyectos productivos pero prefieren no solicitar un crédito debido a que la garantía con que cuentan es insuficiente, tendrán ahora nuevas opciones.
El Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD) ampliará las herramientas con que cuenta para otorgar avales.
Banca para el Desarrollo es un mecanismo que se creó en mayo del 2008 para impulsar proyectos productivos, especialmente en el sector de pequeños productores y empresarios.
El SBD fue reformado mediante una ley publicada el 27 de noviembre del 2014, y en los próximos días será el turno para su reglamento, en el cual se detalla la forma en que operará el sistema bajo la nueva legislación.
Miguel Aguiar, director de la secretaría técnica de esta estructura financiera, explicó que hasta el 27 de noviembre el SBD sólo podía dar avales individuales.
Por ejemplo, un emprendedor le presenta un proyecto a un banco sin tener suficiente garantía. En este caso, Banca para el Desarrollo podrá avalar lo que falta.
Con la reforma legal, agregó Aguiar, se abrió la posibilidad de ofrecer ese respaldo no solo a operaciones individuales de crédito, sino también carteras completas o pérdidas estimadas de cartera.
Si se da el caso de un banco que quiere prestar a cafetaleros, pero ese año hay roya y se corre el riesgo de que no todos los productores puedan pagar, entonces la entidad bancaria estima una pérdida del 20% en esa cartera.
Ante esta situación, el Sistema de Banca para el Desarrollo puede avalar esa pérdida, lo cual significa que si los finqueros llegaran a tener problemas y no cubren la deuda, el SBD lo hará.
Según Aguiar, funciona como un seguro, por lo que se abren oportunidades a quienes están limitados para tener préstamos.
Actualmente, el Sistema cuenta con ¢42.000 millones como reserva para hacerle frente a los avales y otros ¢16.000 millones que respaldan créditos.
El sector bancario ve con buenos ojos las nuevas opciones.
“La Cámara de Bancos ve muy positivo que la nueva la Ley del SBD permita a los operadores autorizados por el Consejo Rector, garantizar sus programas o carteras de crédito mediante la cobertura de la pérdida esperada, lo cual brindará un mayor alcance en el otorgamiento de avales a las micros, pequeñas y medianas empresas (Mipymes)”, comentó Guillermo Quesada, presidente de esa organización.
Por su parte, Mario Gómez, asesor legal de la Asociación Bancaria Costarricense, comentó que la ampliación del esquema de avales y garantías y una efectiva implementación de la Ley de Garantías Mobiliarias es la combinación perfecta para estimular la innovación de productos financieros que agilicen la colocación del crédito, amplíen la base de colocación y contribuyan con la profundización financiera.