Las entidades financieras tienen en sus planes para este año incrementos en el crédito más optimistas que lo observado en el 2021, a raíz de la mayor demanda de financiamiento por parte de las familias y empresas en líneas como vivienda, consumo, tarjetas de crédito, y pequeñas y medianas empresas (pymes).
Seis bancos que aglutinan el 70% del total de la cartera de préstamos al sector privado, prevén un crecimiento del saldo de entre el 5% y hasta el 10%, según confirmaron a La Nación. Mientras que el Banco Central de Costa Rica (BCCR) proyectó un aumento del 3,8% del crédito privado para este año, según el último Informe de Política Monetaria, presentado en noviembre pasado.
La mejora en las expectativas bancarias se fundamenta en que, desde mediados del año pasado, comenzó a acelerarse la actividad económica, coincidieron por separado representantes del Banco Nacional, el Banco de Costa Rica, BAC Credomatic, Scotiabank y Promérica. En el caso del Banco Popular, la previsión se desprende de su Plan de Operación Anual.
“Para el año 2022 se tiene la expectativa de que el crédito crezca un total de 5,9%, cerca del 5,7% en colones y del 3,6% en dólares (comparado con el 2021)”, afirmó Allan Calderón, subgerente general de Riesgo y Crédito del Banco Nacional. Además, agregó que pondrán a disposición de los clientes ¢262.000 millones.
“Ya se han tenido visos de recuperaciones en sectores claves, tales como construcción, vivienda, servicios y un poco turismo, lo cual se reflejó en los crecimientos del último cuatrimestre (del 2021)”, dijo Calderón.
Por su parte, Laura Moreno, vicepresidenta de Relaciones Corporativas de BAC Credomatic, dijo que ven una mayor reactivación económica para este año, así como un incremento en la colocación de crédito al sector privado debido a dicho dinamismo.
“Estamos listos para brindar apoyo financiero a todos nuestros clientes físicos y empresariales, siempre con productos financieros que se adapten a sus necesidades. Por lo tanto, estimamos un crecimiento del crédito mucho mayor al observado durante el 2021, que tuvo un crecimiento global del crédito del 8%, en comparación con los saldos al cierre del 2020″, contó Moreno.
Al cierre del año pasado, el BCCR destacó que el crédito al sector privado empezó a acelerarse a mediados del 2021, en coherencia con el mayor dinamismo de la actividad económica del país.
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“Este comportamiento (recuperación) ha sido impulsado, principalmente, por las colocaciones en moneda local, cuya tasa alcanzó 4,7% (de variación interanual en noviembre) frente al 1,8% un año atrás; y la moneda extranjera se contrajo en 2,5% (-3,7% un año antes). Dado lo anterior, la colonización del crédito continúa y la participación de la moneda extranjera dentro del total se ubicó en 35,8%”, subrayó el Banco Central en su Comentario sobre la economía nacional N.º 12, publicado el 27 de diciembre.
A diciembre del 2021, el saldo total de la cartera de crédito del sistema financiero dirigido al sector privado fue de ¢22.047.627 millones. En moneda nacional el monto ascendió a ¢13.995.889 millones, mientras que en dólares fue de $12.524 millones, según el BCCR.
Tasas y tipo de cambio
Los riesgos en el horizonte de las metas de las entidades financieras son, principalmente, el comienzo de la subida de las tasas de interés en colones y dólares, y del tipo de cambio. Además de que aún persisten los efectos de la pandemia, en especial en sectores como turismo, transporte y comercio, mucho más vulnerables a las restricciones sanitarias.
La Junta Directiva del BCCR acordó, el pasado 15 de diciembre, aumentar el nivel de la tasa de política monetaria (TPM) en 0,5 puntos porcentuales, de 0,75% a 1,25% anual. Y la Reserva Federal de Estados Unidos (la FED) también informó, durante su última reunión de diciembre, que para este año realizará tres incrementos en sus tasas, las cuales están entre 0% y 0,25%.
En el caso del precio del dólar, la divisa finalizó el año pasado con una apreciación del 4,3% respecto al cierre del 2020. Para este año se prevén presiones al alza por los mayores aumentos en los precios de las materias primas, una mayor demanda de divisas como refugio de los ahorrantes por las elecciones nacionales, y un bajo nivel de reservas que limita al Banco Central a intervenir para frenar presiones al alza.
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Los banqueros consultados por La Nación destacaron que se está en un momento de tasas históricamente bajas, por lo cual los aumentos previstos no deberían restringir la colocación de crédito.
“Probablemente este ajuste en tasas afecte en mayor medida el crédito a personas físicas y en menor medida a las pymes y empresas, en el tanto muestren una recuperación a los efectos financieros derivados del covid-19”, dijo Douglas Soto, gerente general del Banco de Costa Rica (BCR).
El jerarca agregó que proyectan un crecimiento en el saldo de la cartera de crédito del 6%, durante este año. La entidad cuenta con monto de ¢185.000 millones para prestar a sus clientes, en el 2022.
Para Ariel Rosenblatt, vicepresidente de Finanzas para Centroamérica de Scotiabank, los buenos proyectos de inversión resistirán al incremento inicial de tasas, pese a las decisiones del BCCR y la FED.
“La clave es cerrar el acuerdo con el FMI (Fondo Monetario Internacional) para contener las tasas de interés, de lo contrario podría darse una situación de desconfianza”, destacó el vocero.
El pacto con el organismo internacional también tendría implicaciones en el tipo de cambio, dado el financiamiento en dólares que otorgará al Gobierno.
En tanto, Juan Manuel Jiménez, gerente de Crédito de Banco Promérica, dijo que el sistema financiero tiene actualmente un exceso de liquidez y hay una fuerte competencia entre las entidades, en tasas de interés.
Jiménez comentó que prevén un incremento entre el 5% y el 10% del crédito para el 2022, respecto al año previo.