La primera valoración preliminar para acercarse a un precio de venta del Banco de Costa Rica (BCR), iniciativa propuesta por el Gobierno para reducir su deuda, llegó a dos mediciones bastante disímiles, pues entre ambos resultados difieren entre sí en un 36%.
El estudio Valoración: Banco de Costa Rica lo realizó el Banco Central de Costa Rica (BCCR) y estimó el valor del conglomerado del BCR entre $1.803 millones y $2.453 millones. El análisis tomó en cuenta a la entidad bancaria, así como a sus subsidiarias BCR Pensiones, BCR SAFI, BCR Fondos y BCR Corredora de Seguros.
“La principal diferencia entre ambos enfoques radica en los supuestos sobre el crecimiento (de la entidad) y comportamiento de los flujos (de ingresos) esperados”, se explica en el análisis de 19 páginas, elaborado por los economistas César Ulate y Melissa Vega.
En el estudio se señala cuáles son los modelos más usados a nivel internacional. Uno se conoce como descuento de dividendos o modelo de crecimiento de Gordon, que dio el valor más elevado. La segunda metodología fue la de rentabilidad en exceso sobre el capital.
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El presidente Rodrigo Chaves anunció la venta del banco estatal, el pasado 16 de agosto, como una opción para reducir la deuda del Gobierno Central en un equivalente de al menos 2,68% del producto interno bruto. El 7 de setiembre anterior, el Poder Ejecutivo presentó el proyecto de ley al Congreso en el cual se establecen las bases para el proceso de la venta.
Nogui Acosta, jerarca de Hacienda, explicó a La Nación que usaron en la propuesta legal una valoración más conservadora “para evitar sobrevalorar el impacto en la reducción de la deuda”.
La venta del BCR sería un proceso inédito en la historia reciente de Costa Rica pues en casi tres décadas el Estado sacó de sus activos al Banco Anglo (setiembre de 1994), pero por quiebra, y a Bancrédito cuando su operación comercial se volvió inviable (mayo del 2017), lo cual llevó a su cierre.
La entidad estatal, fundada en 1890 y cuenta actualmente con 3.987 empleados en las 128 oficinas que tiene en el país.
Modelos aplicados
Para el modelo de rentabilidad en exceso sobre el capital, se usó el patrimonio del BCR al cierre del 2021, el cual ascendió a ¢765.421 millones.
“El valor de un banco se establece a partir de la suma de dos componentes: el capital actual y el valor presente del exceso de rentabilidad que la empresa espera alcanzar. Dadas las dificultades para definir el capital total de un banco (en particular, poder identificar correctamente el valor de sus deudas) este modelo se enfoca en la valoración del patrimonio de la empresa”, se detalla en el estudio del BCCR.
Para estimar la rentabilidad se utilizó un promedio histórico de los bancos privados del país.
En la metodología de Gordon, el banco opera a perpetuidad con una tasa de crecimiento constante sobre dividendos que se proyectan hasta el infinito. Debido a que el BCR no entrega dividendos, se usó una proporción del ingreso neto de la institución.
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“Para este ejercicio se realiza un ajuste sobre el ingreso neto del BCR para aproximar el monto que quedaría disponible si este se comportara como uno privado y, por lo tanto, tuviera menos cargas parafiscales. En específico, se vuelve a calcular el ingreso neto para considerar únicamente las participaciones legales que le corresponderían como banco privado”, se detalla en el estudio.
Para hacer el cálculo se suprimió el aporte del 15% sobre las utilidades al régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM); el 10%, al Instituto Nacional de Fomento Cooperativo; el 3%, a la Comisión Nacional de Emergencias.
Solo se dejó la contribución del 5% a la Comisión Nacional de Préstamos para la Educación que también lo hacen todos los bancos privados.
Para Carlos Fernández, exgerente de la entidad, el modelo de Gordon es el que se acerca más a la realidad del valor del banco.
“El Banco Central se trae toda la utilidad proyectada, con una tasa de crecimiento conservadora, y se la trae a valor de hoy y eso da casi $2.500 millones. Es decir se estaría vendiendo el banco casi en 2,5 veces su patrimonio”, recalcó el exbanquero.
Fernández enfatizó que este análisis muy preliminar, porque si se contrata al banco de inversión externo para valorar la entidad, la revisión será mucho más rigurosa e implicará hacer una limpieza de la cartera de crédito
Luis Liberman, exgerente de Interfin, recordó que cuando se dio la venta de esta entidad a Scotiabank, el trabajo de valoración fue muy riguroso. “Los bancos de inversión revisan todo, mandan un equipo de personas de varios lugares como Nueva York y México; y trabajan por 18 horas para asegurar que los números reflejan lo que realmente hay”, dijo en setiembre pasado a La Nación.
Comparativo financiero
El tercer análisis efectuado por el Banco Central al BCR fue a nivel de indicadores financieros de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef). Entre las variables revisadas estuvieron las relacionadas con eficiencia, nivel de morosidad de la cartera de crédito y obligaciones con otras entidades en el exterior.
En este caso, los economistas del BCCR hicieron un promedio para la banca privada, al cierre del 2021, y lo compararon con los de la entidad pública.
“Se aprecian pocas diferencias entre el promedio observado de los indicadores del BCR y los bancos privados. En ese sentido, el BCR no parece diferir con respecto al promedio de los bancos privados en términos de los indicadores financieros seleccionados”, se explica en el estudio.
Por ejemplo, se determinó que el Banco de Costa Rica tiene una eficiencia de la administración de sus activos del 81,2%; frente a 81% de promedio de la banca privada. Este indicador establece que conforme mayor sea el resultado, la eficiencia es mayor.
La institución estatal se quedó rezagada a nivel de morosidad, pues el incumplimiento mayor a 90 días y en cobro judicial es equivalente al 2,8% de su cartera de crédito. Pero el promedio de la banca privada fue de 1,4%. Sin embargo, en ambos casos el resultado es catalogado de normal por Sugef, pues cuando se supera el 3% es cuando una entidad puede enfrentar dificultades.