A punto de cumplirse dos años desde la intervención de Bancrédito, que llevó al posterior cierre y absorción por parte del Banco de Costa Rica (BCR), esta entidad financiera comenzó a ver algunos frutos de la transacción.
Entre los aspectos que más suman están la venta de servicios que brindaba la institución con sede en Cartago, y los clientes que se han puesto al día con sus créditos.
Sin embargo, también hay procesos pendientes, principalmente deshacerse de algunos bienes propiedad del Banco Crédito Agrícola de Cartago (Bancrédito).
Douglas Soto, gerente general del BCR, resaltó que a 15 meses de la fusión hay más efecto positivo, frente a los aspectos negativos.
“Este primer año hubo un impacto muy importante en los ingresos relacionados con la absorción de Bancrédito”, consideró Soto.
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Para fundamentar dicha afirmación, el jerarca explicó que el BCR tendrá, al cierre del 2019, ganancias netas de poco más de ¢34.000 millones de las cuales el 4%, casi ¢1.400 millones, se atribuyen a la institución estatal absorbida.
El Bancrédito fue intervenido por el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), el 22 de diciembre el 2017, después de incumplir con el pago de una inversión de ¢118.000 millones que hizo el Ministerio de Hacienda durante ese año, para evitar que cayera en irregularidad financiera.
Luego de nueve meses de intervención, la recomendación final fue fusionar la entidad con el BCR o con el Banco Nacional.
El Banco de Costa Rica fue la única entidad interesada y la que negoció los pormenores de la absorción culminada en setiembre del año pasado, cuando el Congreso aprobó una ley específica.
Bancrédito dejó de existir, como institución pública, el 30 de noviembre del 2018 y dejó una pérdida de ¢52.000 millones al Estado costarricense, originada por la liquidación de préstamos malos.
El cierre también significó el despido de más de 150 trabajadores. Solo 40 empleados fueron contratados por el BCR.
Los negocios
En el primer año desde que Bancrédito entró en el balance financiero del Banco de Costa Rica, generó ingresos adicionales por ¢14.000 millones.
El principal aporte es del lado de la venta de servicios, por ejmplo, el proceso de cobro del impuesto de salida del país y la administración de las tiendas del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), confirmó el gerente del BCR.
La incorporación de dichos negocios propició un aumento en los ingresos por la venta de servicios, por parte del Banco de Costa Rica.
Entre enero y noviembre pasado, la entidad pública reportó entradas por ¢99.620 millones, es decir, un incremento del 11,5% comparado con el mismo periodo del 2018.
Del lado del crédito, el BCR recibió una cartera con un saldo de ¢62.384 millones, de la cual el 22% tenía problemas de morosidad, es decir, ¢13.724 millones tenía algún tipo de atraso en el pago.
“En mucha de la cartera (de préstamos) que asumimos hemos logrado importantes recuperaciones, logramos acercarnos a negociar con los clientes de Bancrédito para que pusieran sus créditos al día”, detalló Soto.
A noviembre pasado, el saldo de la cartera de préstamos heredada era de ¢50.809 millones, de los cuales ¢5.163 millones tiene un atraso de más de 90 días, es decir, el 10% del total.
Del lado de las subsidiarias herencia de Bancrédito, hasta setiembre anterior, el Depósito Agrícola de Cartago generó ingresos por ¢109 millones al conglomerado del BCR, respecto a los ¢5,4 millones al mismo periodo del año pasado, según los estados financieros del Banco de Costa Rica.
Liquidaciones
Por otra parte, el BCR consiguió recuperar ¢3.591 millones por la venta de 84 propiedades. Entre estos hay inmuebles que fueron obtenidos en dación de pago, por préstamos en problemas, y propiedades que pertenecían a la entidad extinta.
También se remató el edificio ubicado frente al Parque Central de San José por un monto de ¢3.617 millones, según los estados financieros del Banco de Costa Rica, a setiembre pasado.
Dicho proceso se efectuó mediante el Sistema Integrado de Compras Públicas (Sicop). El costo de salida del inmueble fue de ¢4.736 millones, pero al final la transacción se cerró con un descuento del 23%.
En el caso de Bancrédito Agencia de Seguros, la Junta Directiva del BCR acordó su disolución desde diciembre del año pasado.
Mientras que el fondo de retiro de los empleados de Bancrédito fue liquidado por ley, en marzo del año pasado, lo cual permitió a los trabajadores retirar los recursos acumulados. Tal sistema era administrado por el Banco Popular que se encargó del proceso de cierre.
Los trabajadores también contaban con un fondo cerrado de capitalización colectiva que sigue bajo la tutela del BCR, confirmó la entidad.
El gerente del banco estatal resaltó que, a finales del año anterior, pagaron de manera anticipada ¢130.000 millones al Ministerio de Hacienda de los recursos adeudados por Bancrédito.
Dichos recursos fueron invertidos por el Gobierno, durante el 2017, como parte del proceso para tratar de sacar a flote a la institución, situación que no ocurrió.