La venta del Banco Internacional de Costa Rica (Bicsa) requerirá la aprobación de una ley especial y la contratación de una firma especializada en fusiones y adquisiciones de empresas para que establezca el valor de la entidad y consiga a clientes potenciales.
El proceso será algo nuevo para el Estado costarricense que solo tiene experiencia en el cierre de entidades financieras: primero el Banco Anglo Costarricense, por quiebra; y el Banco Crédito Agrícola de Cartago (Bancrédito) porque su operación era inviable.
Este lunes 10 de febrero, el ministro de Hacienda Rodrigo Chaves presentó ante los diputados un programa de medidas de consolidación fiscal, entre las cuales estaba la posibilidad de vender Bicsa. “Consideramos que esa entidad bancaria, que no funciona en Costa Rica, es valor del Estado y el uso más adecuado es bajar la deuda”, aseguró Chaves a los legisladores.
La hoja de ruta de esta operación será dictada por el Gobierno mediante un proyecto de ley que debe ser aprobado en el Congreso.
La legislación ordenará al Banco de Costa Rica (BCR) y el Banco Nacional, propietarios de Bicsa, efectuar la venta y los protegerá de cualquier efecto negativo en sus indicadores financieros, detalló Chaves, este martes, en declaraciones a La Nación.
“La ley dice tres cosas. Primero se vende (Bicsa), se traspasa el dinero al Gobierno que lo usará para pagar deudas. Además, las cuentas contables (del BCR y el Nacional) no pasarían la transferencia como una pérdida operacional del año, sino como un dividendo extraordinario”, explicó Chaves.
El jerarca destacó que el valor de la venta de las acciones de Bicsa se debitarán de los activos de los bancos dueños, se acreditarán como efectivo en caja y, sin pasar por el estado de resultados, se repartirán como pago de dividendos al Estado.
El Banco de Costa Rica detalló, por escrito, que la Procuraduría General de la República (PGR) autorizó, desde 1996, la posibilidad de vender el 100% de las acciones de Bicsa sin necesidad de una reforma legal.
“Esto no impide (el pronunciamiento de la PGR), que la Presidencia de la República opte por remitir a la Asamblea Legislativa un proyecto de ley para autorizar dicha venta”, informó el BCR.
Sin embargo, la venta directa implicaría que los recursos se acrediten contablemente como parte de las ganancias, con lo cual ambas instituciones públicas deben efectuar el pago de cargas parafiscales e impuestos. Incluso, en el caso del Banco Nacional, podría distribuirse una parte como bono entre sus trabajadores, con base en la convención colectiva.
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Chaves enfatizó que el objetivo de la ley especial es permitir el ingreso de todo el dinero de la venta a Hacienda.
Por su parte, Gustavo Vargas, gerente del Banco Nacional, comentó que corresponderá a las entidades propietarias de Bicsa contratar a una firma especializada en banca de inversión para que valore y ejecute el proceso de venta.
“Hay que contratar a una empresa para que haga el proceso de valoración, promoción y venta. Eso será una licitación pública internacional. Además de determinar la posibilidad de que se pueda vender por un precio atractivo”, destacó Vargas.
Este ejecutivo confirmó que también efectúan un análisis del eventual impacto del proceso en el Banco Nacional.
El BCR es el propietario mayoritario de Bicsa con el 51% de las acciones, en tanto, el Banco Nacional de Costa Rica (BNCR), posee el restante 49% de las acciones. Esta institución financiera se creó en 1976.
La entidad tiene su sede en Panamá y cuenta con oficinas para negocios en Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Miami (Estados Unidos).
Datos financieros de Bicsa
El patrimonio, las utilidades netas y el estado de la cartera de crédito estarán entre las variables claves para determinar el posible valor de venta de Bicsa.
FUENTE: Superintendencia de Bancos de Panamá y estados financieros de Bicsa. || J.C. / LA NACIÓN.
Valoración de Bicsa
En noviembre del 2005 ocurrió el último cambio de propietario en Bicsa cuando el Banco Nacional, entonces con el 80% de las acciones, vendió 31% de su participación al BCR, que asumió a partir de ese momento la mayoría accionaria.
Carlos Fernández, entonces gerente del Banco de Costa Rica, confirmó que usaron como métrica de compra el patrimonio del banco panameño.
El Nacional pidió, por el 31% de las acciones, el equivalente a 1,5 veces sobre el patrimonio. Al final, el BCR solo pagó 1,05 veces el valor proporcional sobre el patrimonio, según Fernández.
“Al final el precio pactado significó una operación de casi $30 millones. Entonces fui con el cheque en la bolsa y se lo llevé a William Haydeen que era el gerente del Banco Nacional. Cruce la calle entre el BCR y el Nacional para dejar el cheque”, recuerda Fernández.
Sin embargo, el patrimonio de Bicsa, de $228 millones a noviembre anterior, no es la única medida para valorar el precio del banco.
También puede usarse como referencia las utilidades netas y el flujo de caja a futuro, precisó Sergio Wiernik, socio de Capital Financial Advisors, firma dedicada a la asesoría en procesos de fusiones y adquisiciones.
“Los factores principales (que afectan un precio de venta) son un deterioro en las condiciones económicas donde opere la entidad, así como la calidad de la cartera de préstamos”, explicó Wiernik.
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Para Theo Mills, socio director de Valeo Capital Partners, el precio final por una transacción se ve influenciado por factores como suficiente provisión para cubrir préstamos deteriorados, eficiencia operativa y el margen de utilidad y su retorno sobre el patrimonio.
“En mi opinión la venta debe ser un proceso competitivo internacional, es decir, llegar a varios compradores potenciales dentro de la región y fuera de la región para montar un proceso competitivo para empujar el precio y maximizar el valor”, destacó Mills.
Este especialista considera que, tomando en cuenta el contexto de la venta, el proceso puede tardar entre seis a nueve meses, después de obtenerse la autorización para realizar la operación.
Hasta noviembre anterior, el saldo de la cartera de crédito de Bicsa ascendió a $1.483 millones, de los cuales el 68% está concentrado en operaciones en Costa Rica y Panamá, según datos de la Superintendencia de Bancos de Panamá y los estados financieros del Banco.
La utilidad neta de la entidad, en el mismo periodo, fue de $6 millones.
“A junio de 2019, su desempeño financiero reflejó niveles de rentabilidad menores que los del cierre 2018 y un incremento de la morosidad”, destacó la agencia Fitch Ratings, en setiembre pasado, al efectuar una evaluación de riesgo de los bonos corporativos de Bicsa.
La agencia destacó que los depósitos del público y de entidades financieras internacionales mostraba tasas positivas de crecimiento, pero catalogó como alta la concentración de depósitos entre algunos clientes.