Los deudores con préstamos en dólares para la compra de vivienda, vehículos y tarjetas de crédito son los más propensos a las variaciones del tipo de cambio, ya que la mayoría de los recursos otorgados por los bancos se entregaron a clientes con ingresos en colones.
Así se detalla en las estadísticas creadas por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) para determinar el nivel de exposición de personas y empresas a las fluctuaciones de la divisa, y publicadas por primera vez a finales de abril pasado.
En la información elaborada por la entidad fiscalizadora, con base en los datos enviados por 41 supervisados, se detalla que en estos tres segmentos de actividad crediticia más del 89% del saldo del dinero prestado se otorgó a clientes no generadores de divisas.
La concentración más importante de empréstitos a no generadores de divisas se presenta en la actividad de tarjetas de crédito. Según los datos, del saldo adeudado por ¢227.498 millones, en marzo pasado, el 98,2% se dio a ese tipo de clientes.
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En relevancia sigue el segmento de crédito para vehículos, en el cual el 92,5% de los ¢464.915 millones otorgados para la compra de carros se dio a clientes no generadores de divisas. En cuanto a la vivienda, el 88,9% de las operaciones formalizadas en moneda extranjera se entregaron a personas cuyos ingresos son en colones. A marzo anterior, el saldo prestado en dólares ascendió a ¢2.069.396 millones, según la Sugef.
En términos generales, el crédito en moneda extranjera reportó un saldo de ¢7.398.000 millones en marzo, y el 60,5% de los recursos, es decir, ¢4.478.000 millones, se otorgó a deudores no generadores de divisas.
La cartera de crédito en dólares representó el 40,9% del total de recursos dados por las entidades del sistema financiero al primer trimestre.
La Sugef explicó, mediante su Oficina de Prensa, que cada institución financiera es responsable de evaluar la magnitud y estabilidad de las fuentes de ingresos que permitirán atender los préstamos de sus clientes.
“Desde el punto de vista de variables de mercado, la situación particular relacionada con el tipo de cambio es un elemento más a considerar en la evaluación de capacidad de pago, pero también lo es una disminución en las tasas de interés, por ejemplo. Las entidades deben evaluar las fuentes de ingresos y el disponible que se destinará para atender las obligaciones”, detalló la Superintendencia.
Adicionalmente, expuso que la normativa regulatoria no tiene ninguna restricción de límite de endeudamiento por moneda respecto al ingreso del deudor.
“Serían los modelos de riesgo de crédito de cada entidad, cuando existan, los que podrían en alguna medida limitar el sobreendeudamiento, pero va a depender del propio modelo y su apetito al riesgo”, amplió la institución.
Al cierre del año pasado, el sistema financiero tenía formalizados 716.813 créditos pactados en moneda extranjera, lo cual significa un ascenso de 162.017 adicionales respecto a los 554.796 registrados en diciembre del 2020.
El incremento de la demanda del financiamiento en moneda extranjera provocó la crítica de Róger Madrigal, presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), por el riesgo que significa para el sistema financiero. Incluso consideró necesario revisar las reglas actuales de préstamo dado a no generadores.
La aceleración de la demanda del crédito en dólares coincidió con la baja en el tipo de cambio. En el mercado de monedas extranjeras (Monex), el precio pasó de rozar los ¢700, a mediados del 2022, a ¢523,46 en el 2024, según el BCCR. Durante este año, la divisa se muestra más volátil, fluctuando entre ¢500 y ¢535.
Financiamiento activo
Geisy Membreño Escalante, directora General de Crédito del Banco Nacional, comentó que la reducción en el tipo de cambio creó un atractivo para las personas de aquellos activos valorados en dólares, como en el caso de vivienda y vehículos, así como en la cuota del préstamo.
La funcionaria añadió que el plan de financiamiento dependerá de la necesidad de cada cliente. “Es natural que clientes de actividades productivas empresariales requieran invertir en activos valorados en dólares o realizar pagos en dólares”, ejemplificó Membreño.
Por su parte, Scotiabank confirmó el incremento en la demanda de crédito para la compra de vehículos nuevos. El banco de origen canadiense es una de las entidades que tiene las operaciones prendarias como uno de sus nichos de mercado.
Mariano González, gerente de Productos de Crédito de la entidad, atribuyó el fenómeno a que los bancos ampliaron la oferta de préstamos para el financiamiento de compra de vehículos. También consideró que influye la mayor disponibilidad de unidades por parte de las agencias y la introducción de nuevas marcas.
González apuntó que, en la última Expomóvil, el 91% de las solicitudes de financiamiento fue en dólares, respecto al 9% en colones.
“Dado que la mayoría de las agencias establecen el precio de sus vehículos en dólares, las personas que ganan en colones pueden percibir una reducción en el valor del vehículo si convierten el monto. Asimismo, las cuotas de los créditos en dólares les resultaron más favorables en comparación con los periodos de tipo de cambio más elevado”, recalcó el vocero de Scotiabank.
El Banco de Costa Rica (BCR) informó, mediante su Oficina de Prensa, de que cuando el costo del financiamiento en colones es mayor, las empresas y las personas pueden preferir endeudarse en dólares, al percibirse una estabilidad en el precio de la divisa.
Crédito empresarial es excepción
La información estadística de la Sugef muestra que la menor exposición de operaciones en clientes con exposición al tipo de cambio ocurre en el segmento de grandes y medianas empresas.
A marzo pasado, el 62,8% del crédito en dólares brindado al sector corporativo se otorgó a compañías cuyos ingresos son en la moneda estadounidense, mientras que el 37,2% fue a empresas cuyas transacciones se hacen, principalmente, en colones. En este segmento de mercado, el saldo de financiamiento ascendió a ¢3.060.000 millones.
En el caso de las medianas empresas, el saldo prestado en moneda extranjera fue de ¢762.000 millones al primer trimestre. El 47,7% se dio a deudores generadores de divisas, y el 52,3% restante a no generadores.