Las herramientas digitales adoptadas en los servicios financieros de Costa Rica en los últimos años, como el Sinpe o la banca móvil, dieron un fuerte impulso a la bancarización de la población costarricense mayor de 15 años. Pese a ello, los registros muestran que aún falta camino por recorrer para alcanzar los niveles de la mayoría de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
De forma preliminar, Carlos Melegatti, director de la División de Sistemas de Pago del Banco Central de Costa Rica (BCCR), aseguró que el país cerró el año anterior con unos niveles de bancarización superiores al 80% en la población mayor a 15 años.
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Esto representaría un aumento en el indicador que calcula el BCCR desde el 2019. Según la entidad monetaria, para el 2021 el 79,6% de la población mayor a 15 años tuvo al menos una cuenta de fondos en el sistema financiero formal, según registros del Padrón Único de Cuentas (PUC).
Aunque la variación porcentual se ha mantenido estable, entre el 2019 al 2021 se sumaron 71.162 personas mayores a 15 años al sistema financiero formal, para un total de 3.238.125 usuarios. No obstante, las estimaciones de la División de Sistemas de Pago del BCCR es que los datos serían mayores para el 2022, al superar el umbral del 80% de bancarización.
Melegatti manifestó que herramientas digitales como Sinpe Móvil y las cuentas bancarias de expedientes simplificado, creadas en el 2015, han incentivado a las personas a acercarse a los servicios bancarios en años recientes. Este último producto financiero permite abrir una cuenta de forma simple; con solo presentar un documento de identificación vigente.
“Por ejemplo, en la carretera los señores que venden fruta ya tienen Sinpe Móvil. ¿Qué significa eso? Que se bancarizó esa persona, y ahora recibe pagos digitales, eso es un cambio, esa persona se movía en efectivo. Estamos haciendo la tarea de bancarización de la población más humilde y le estamos dando un servicio mucho más eficiente”, agregó Melegatti.
De la misma manera, la tendencia creciente en la bancarización del país se confirma en el informe The Global Findex del Banco Mundial, aunque las cifras difieren de las que determina el Banco Central. De acuerdo con la entidad multilateral, Costa Rica alcanzó niveles del 68% para el 2021.
Esta cifra revela una evolución notable en un lapso más amplio, ya que para el 2014 la bancarización fue del 64,55% en personas mayores de 15 años, según el informe de ese año. En valores absolutos, pasó de 2.373.244 a 2.766.237 personas en esos siete años, es decir, el número aumentó en 392.993 usuarios bajo la metodología de cálculo del Banco Mundial.
En su informe más reciente, la entidad internacional ratificó que la revolución digital catalizó aumentos en el acceso y el uso de los servicios financieros para personas en todo el mundo, principalmente en economías emergentes, como es el caso de Costa Rica.
En el último año la cantidad de tarjetas de débito en circulación también aumentó en 143.691, al pasar de 6.021.255 a 6.164.946 de plásticos, según el último estudio trimestral de tarjetas de débito del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC).
La cifra es superior a la población mayor del 15 años en Costa Rica debido a que algunas cuentas tienen la característica de que permiten ser manejadas por diferentes medios o canales, por lo que pueden estar ligadas a una misma tarjeta de débito.
De igual forma, las entidades financieras notaron un aumento en la bancarización de personas, que ha sido alimentada por las distintas herramientas y canales digitales que se venían implementando desde antes de la pandemia, pero que tomaron fuerza en ese contexto.
Laura Moreno, vicepresidenta de Relaciones Corporativas de BAC, explicó que en la entidad las cuentas bancarias vienen creciendo anualmente entre un 15 y 20%, en promedio, impulsadas por la bancarización de nuevos usuarios, pero también por un aumento en la tendencia de la apertura adicional de cuentas para el ahorro.
“Durante la pandemia, al haber restricciones de movilidad y, por ende, de los pagos en efectivo, los canales digitales permitieron dar continuidad al sistema de pagos. Muchas personas encontraron en una cuenta bancaria y los canales digitales la forma de poder realizar sus compromisos de pago o bien, recibir pagos por sus servicios”, comentó Moreno.
En el caso del Banco Nacional, María Brenes, directora de Relaciones Institucionales y Sostenibilidad, resaltó que la apertura de cuentas bancarias ha mantenido un volumen con leve tendencia al alza. En el 2022, el volumen promedio creció en casi 5%, superando así los dos años anteriores.
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Según Brenes, el impacto de la digitalización de los servicios bancarios ha sido fundamental en mantener la tendencia al alza en la bancarización, ya que les permite aumentar el alcance de su oferta para llegar cada vez a más clientes en el territorio nacional.
Mientras que Davivienda mantuvo constante la cantidad de cuentas bancarias durante los últimos cuatro años, aunque duplicaron la apertura de cuentas digitales para el 2022, en comparación con las cifras del 2020, según señaló Berny Chavarría, gerente de estrategia digital del banco.
“Hace tan solo un año la adopción digital en Cuenta Móvil se encontraba en 53% y para enero del 2023 ese número asciende a 90%. Actualmente, más de 50% de clientes nuevos que adquieren una cuenta en Davivienda lo hacen a través de canales digitales”, explicó Chavarría.
Lejos de la OCDE
Aunque los números han ido en aumento de forma considerable en los últimos años, Costa Rica se encuentra entre los tres niveles más bajos de bancarización entre los países miembros de la OCDE, tomando como referencia los datos del Banco Mundial, solamente por delante de México (49,1%) y Colombia (60%).
El 68% de bancarización que muestra este estudio para Costa Rica se ubica como el tercero más bajo de la OCDE. De igual manera, si se tomara el último registro del BCCR, la diferencia no sería tan marcada, ya que el 79,6% posicionaría al país como el cuarto peor, delante de México, Colombia y Turquía.
No obstante, en Centroamérica, Costa Rica está muy por encima del nivel de bancarización de los demás países del Istmo, así como de naciones de Latinoamérica como Perú, Ecuador, Colombia, o Paraguay, según los datos del informe del Banco Mundial.
Pero el país aún debe recorrer un importante camino para alcanzar a la mayoría de sus pares de la OCDE, cuyos niveles de bancarización superan en su mayoría el 87%, como el caso de Chile, uno de los más consolidados de la región en esta categoría.
Por su parte, Melegatti manifestó que, si se ponen en contexto las cifras, los niveles actuales de Costa Rica se comparan más a los de países europeos y los más sólidos de la región en cuanto a bancarización, mientras que una gran mayoría de naciones de Latinoamérica cuentan con números más similares a los de África.
Renovar canales
Uno de los retos que ha planteado la digitalización a la banca es el de renovar sus canales de servicio presenciales, como los cajeros automáticos. Aunque la penetración de herramientas digitales aún no sustituye ese medio de retiro de dinero, las entidades financieras han optado por transformarlos para ampliar sus funcionalidades.
El BCR ha venido trabajando para diversificar y mejorar sus canales, enfocados en el autoservicio. En el caso particular de los cajeros automáticos, fortalecieron la red de dispositivos multifuncionales que permite la recepción de depósitos, así como la posibilidad de hacer más trámites, como pagar tarjetas de crédito, servicios públicos y privados, entre otros.
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De igual forma, Davivienda está renovando toda la red con cajeros automáticos que brindarán nuevas funcionalidades para este 2023, y también ampliará su cobertura con la instalación de nuevas unidades en puntos estratégicos del territorio nacional.
Mientras que BAC está invirtiendo, desde el año anterior, más de $25 millones en la instalación de 1.295 cajeros de última generación en Centroamérica, que sustituirán, para el año 2024, parte de los 2.088 que tiene en la región. En Costa Rica se reemplazarán 339, según habían informado en agosto pasado.