Washington. La Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) multó con $268,5 millones al banco UBS por la “mala praxis” de Credit Suisse en su trato con el quebrado fondo de capitales Archegos, según desveló este lunes el banco central estadounidense.
En la orden emitida, la FED informó de que UBS accedió a asumir la cuantía de la penalización por las “prácticas inseguras en imprudentes de gestión de riesgos crediticios de terceros” realizadas por Credit Suisse, que fue adquirida en junio por UBS.
En su dictamen, la FED y el regulador financiero suizo impusieron medidas “reparatorias”, al tiempo que este último cerró la investigación abierta. En un movimiento similar, la Autoridad de Regulación Prudencial (PRA, por sus siglas en inglés) del Banco de Inglaterra impuso a UBS una multa de 87 millones de libras, su mayor sanción hasta la fecha.
El banco suizo aseguró que “implementará su disciplina y cultura operacional y de gestión de riesgos en la organización combinada”. Además, UBS afirmó que pretende cerrar todas las causas regulatorias y litigios pendientes de Credit Suisse por “ser del máximo interés” para los “accionistas, incluidos inversores, clientes y empleados”.
Única heredera
El pasado lunes, la Comisión de Resolución de Derivados Crediticios (CDDC, por sus siglas en inglés) determinó que UBS es la “única sucesora” de la titularidad de los contratos suscritos por Credit Suisse.
Según comunicó el 17 de julio, la Comisión justificó su decisión en que la propia UBS asumió las obligaciones pendientes de Credit Suisse al dar por concluido el pasado 12 de junio el proceso de fusión de ambas entidades. El dictamen contó con once miembros votando a favor y solo una abstención, la de Credit Suisse, que se abstuvo.
“Combinaremos las habilidades, la escala y el liderazgo en gestión patrimonial de UBS y Credit Suisse para crear una institución financiera integrada aún más fuerte. [...] Sabemos que enfrentaremos desafíos, pero también sabemos que se presentarán grandes oportunidades”, afirmaron el presidente de UBS, Colm Kelleher, y el consejero delegado del banco, Sergio Ermotti, en la carta abierta a la prensa en la que anunciaban el cierre legal de la fusión.
El rescate de Credit Suisse fue promovido por las autoridades suizas tras la inestabilidad financiera desatada tras la quiebra del Silicon Valley Bank (SVB) en marzo. Según lo pactado, los accionistas de Credit Suisse recibieron una acción de UBS por cada 22,48 acciones en su poder.
El acuerdo de rescate acordado el pasado 19 de marzo elevaba a más de 3.000 millones de francos suizos ($3.200 millones) el importe de la operación. Antes, el Gobierno y UBS suscribieron un acuerdo por el que las arcas públicas cubrirán hasta los 9.000 millones de francos suizos ($9.600 millones) en posibles pérdidas de una cartera de activos de Credit Suisse una vez completada la adquisición.
En concreto, la garantía pública surtirá efecto “solo si las pérdidas derivadas de la realización de estos activos superan los 5.000 millones de francos suizos ($5.333 millones)” y estará limitada a un máximo de 9.000 millones de francos ($9.600 millones).