La denominada “ley de usura” provocó que la cantidad de tarjetas de crédito en circulación en el país tuviera una fuerte reducción durante el último año.
Desde julio pasado, con base en esta legislación, el Banco Central puso límites a tasas de interés consideradas desproporcionadas, que en el caso de los créditos (salvo microcréditos) se definieron en 37,69%, en colones, y 30,36%, en dólares.
Hasta octubre pasado, en el sistema financiero nacional, había 2,56 millones de tarjetas de crédito en circulación, lo cual significa una caída del 13%, comparado con el mismo periodo del 2019, cuando había 2,94 millones, según el Cuarto estudio trimestral de tarjetas de crédito, elaborado por el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC).
La información brindada por los emisores de tarjetas de crédito, y que fue publicada este miércoles 23 de diciembre por el MEIC, muestra que, en total, se sacaron 380.000 tarjetas del mercado, durante los últimos 12 meses.
La cantidad de plásticos que salieron se profundizó pues, en el periodo de octubre del 2018 a octubre del 2019, fueron 38.000 plásticos los que se eliminaron, muestran los reportes del Ministerio de Economía.
“La cantidad de plástico empezó a caer desde que se habló que se iba a sacar la ley de usura. Desde ese momento, las empresas empezaron a limpiar la cartera. Salió la ley y terminaron de bajar la cantidad de plásticos”, confirmó Roberto Vargas, de la Dirección de Investigaciones Económicas y de Mercados del MEIC.
El especialista explicó que la baja en tarjetas de crédito ocurrió, principalmente, este año.
“La cantidad de plásticos en circulación, respecto al estudio anterior (julio del 2020), ha disminuido en alrededor de 237.000 unidades”, manifestó el funcionario.
Vargas añadió que, en el caso de los topes a las tasas de interés, el ajuste a los nuevos intereses establecidos por el Banco Central fue prácticamente total.
La baja en la cantidad de este tipo de medio de pago, también se reflejó en el monto adeudado por los titulares.
El saldo total de la deuda ascendió, hasta octubre pasado, a ¢1,13 billones, es decir, una disminución del 10% comparado con los ¢1,26 billones al mismo periodo del 2019, muestra el estudio.
La nueva legislación estableció topes a las tasas de interés cobradas por los emisores de tarjetas a sus clientes y propició el cierre de miles del plásticos por parte de las entidades financieras.
Por ejemplo, el BAC Credomatic, uno de los emisores más grandes de tarjetas en el país, suprimió 187.526 tarjetas de crédito a 79.789 clientes, cuyas operaciones se vuelven deficitarias para la empresa.
Banco Promerica confirmó, que en su caso, se trataba de 30.000 clientes y, en Scotiabank, fueron 20.000 tarjetahabientes.
Morosidad de clientes
Vargas detalló que el atraso en el pago de tarjetas, en un plazo uno a 90 días, se elevó durante el último año.
El estudio muestra que que la mora en dicho periodo fue equivalente al 9,88% hasta octubre anterior, es decir un alza del 0,77 puntos porcentuales, frente al 9,18% al mismo periodo del 2019.
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Por el contrario, la morosidad a más de 90 días, cuando las deudas pueden ser enviadas a cobro judicial, se redujo dado que, a octubre del 2020, fue de 3,11%, comparado con el 3,99% al mismo mes del 2019.
De acuerdo con la información recopilada, en el país operan 32 emisores de tarjetas de crédito de banca privada, banca pública, cooperativas y empresas privadas y se registraron 429 tipos de tarjetas.