La agencia de calificación crediticia Moody’s revisó a la baja las calificaciones crediticias de una decena de entidades bancarias de pequeño y mediano tamaño en Estados Unidos. Además, puso en consideración la posibilidad de reducir la calificación de otros seis bancos de mayor envergadura y modificó la perspectiva de calificación de once entidades más.
Moody’s destacó en su análisis que los bancos estadounidenses enfrentan riesgos relacionados con los tipos de interés y la gestión de activos y pasivos, lo que tiene implicaciones para la liquidez y el capital. El final de la política monetaria no convencional drena los depósitos de todo el sistema y las tasas más altas reducen el valor de los activos a tipo fijo.
La agencia señaló que los resultados del segundo trimestre arrojaron crecientes presiones sobre la rentabilidad de los bancos, lo que afectará su capacidad para generar capital interno.
Esta situación se presenta mientras se anticipa una recesión leve en Estados Unidos a principios de 2024 y la calidad de los activos podría deteriorarse desde niveles sólidos pero insostenibles, particularmente en las carteras de inmuebles comerciales de algunos bancos.
Moody’s considera que el aumento de los costos de financiación y la disminución de las métricas de ingresos erosionan la rentabilidad de las entidades, el primer amortiguador contra las pérdidas, algo que podía apreciarse ya en las cuentas publicadas del segundo trimestre, mientras que, a pesar de que la fuga de depósitos causada por el ajuste cuantitativo se moderó, sigue existiendo un riesgo significativo de que los depósitos reanuden su declive en los próximos trimestres.
La agencia también destacó que los bancos disminuyeron el crecimiento de los préstamos para preservar capital, lo que ralentizará el cambio hacia activos de mayor rendimiento, incluso cuando los costes de financiación aumenten y se presente una inversión en la curva de rendimiento.
Moody’s advirtió que la mayoría de los bancos regionales tienen un capital regulatorio comparativamente bajo en relación a los bancos más grandes y sus pares globales. Esto los hace vulnerables a una pérdida de confianza de los inversores, especialmente en un entorno de tasas elevadas.
A pesar de que el aumento propuesto en el capital regulatorio para entidades con activos superiores a $100.000 millones es positivo para la solvencia, Moody’s señala que podría conllevar costos regulatorios mayores y cambios en el modelo de negocio que ejercerán presión sobre la rentabilidad de algunos bancos a corto plazo.
En resumen, Moody’s degradó las calificaciones crediticias de M&T Bank, Pinnacle Financial, BOK Financial, Webster Financial, Commerce Bancshares, Old National Bancorp, Prosperity Bancshares, Amarillo National Bancorp, Fulton Financial y Associated Banc-Corp.
Además, puso bajo revisión para posible reducción de calificación a otras seis entidades, como Bank of New York Mellon, U.S. Bancorp, State Street, Truist Financial, Cullen/Frost Bankers y Northern Trust.
La agencia también cambió la perspectiva de calificación a negativa para otros once bancos, incluyendo a importantes instituciones como Capital One, Citizens Financial, PNC Financial Services Group, Ally Financial o Fifth Third Bancorp.