Los préstamos de vivienda se han desacelerado en el 2019, pero a diferencia de la cartera en otros sectores, como el comercio, todavía muestran crecimiento en medio de un entorno de mayor incertidumbre económica.
La población de ingresos medios es la que permite que el crédito de casas crezca, aunque menos que en el pasado, de acuerdo con bancos y mutuales consultadas por La Nación.
Sin embargo, la demanda de este tipo de crédito se ha ido deteniendo por el ambiente de pesimismo entre los consumidores.
Existe temor sobre la situación actual y futura de la economía, y esto hace que muchos pospongan algunos gastos o inversiones, en especial cuando se trata de la compra de un bien duradero como la casa, como lo demostró el más reciente índice de confianza de los consumidores.
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Como medida de contención a este ambiente, las entidades financieras han lanzado programas dirigidos a la población de ingresos medios, y han reducido las tasas de interés de estos préstamos.
“En la coyuntura actual, el crecimiento del crédito depende más de variables que no son de naturaleza financiera. A lo que hay que agregar el alto nivel de endeudamiento de las familias en créditos de consumo”, explicó Eugenia Meza, gerenta de Mucap.
En medio de este panorama, la morosidad en los pagos de las deudas también se elevó.
Incertidumbre juega en contra
El saldo de los créditos para la compra de una casa llegó a ¢5,8 billones a mayo del 2019, luego de un crecimiento de 4,2% en los últimos 12 meses. La cifra es menor al 5,6% de mayo del 2018, el 12,5% de mayo del 2017.
Las cifras publicadas por el Banco Central muestran datos hasta mayo, pero según las entidades consultadas, el crédito de casa está más dinámico en los últimos tres meses (de mayo a julio del 2019).
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A pesar de que el crédito de vivienda crece menos, es mucho más dinámico que otros sectores.
Muchas otras áreas de la economía muestran una contracción desde hace ya varios meses. Comercio, servicios y agricultura forman parte de esta cruda realidad.
Para mayo del 2019, no existe una sola actividad económica cuyo saldo del crédito haya aumentado su dinamismo en el último año.
Entre tanto, la expectativa es que el ritmo del crédito de casa se mantenga sin sobresaltos en lo que resta del año, debido a la desconfianza del consumidor.
La mayor parte de la población considera que no es un buen momento para adquirir bienes duraderos y en especial una casa.
El 72,5% afirma que es un mal momento para comprar casa, según el Índice de Confianza del Consumidor (ICC), elaborado por la Universidad de Costa Rica (UCR).
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En medio de este panorama, la morosidad se ve impactada, principalmente en dólares.
La banca privada y las mutuales vieron crecer la mora mayor a 90 días y en cobro judicial en préstamos de vivienda, en el último año (a junio 2019), mientras que la banca estatal muestra mayor estabilidad en el indicador.
En todos los casos, los incrementos en morosidad se presentaron en las operaciones en dólares, según datos de la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
Los consumidores no perciben la esperada reactivación económica que se esperaba luego de la aprobación de la reforma fiscal, explica el informe de la UCR.
Este mismo pesimismo de los consumidores también tomó por sorpresa al Banco Central de Costa Rica (BCCR), que cambió su estimación de crecimiento del producto interno bruto para el 2019 de 3,2% (enero) a 2,2%.
Las dudas de cómo les afectará la reforma fiscal es lo que contribuye el bajo nivel de confianza, según Rodrigo Cubero, presidente de la autoridad monetaria.
¿Quiénes dinamizan el crédito de casa?
La población de ingresos medios es la que empuja el dinamismo del crédito para vivienda, aunque en forma leve, por una apuesta más agresiva del sistema financiero en ofrecerle mejores condiciones.
“Vemos una disminución mayor en las propiedades más caras, no tanto en precios en rangos medios”, dijo Ariel Rosenblatt, vicepresidente y director financiero para Scotiabank Centroamérica.
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Rossy Durán, del Banco de Costa Rica (BCR), afirmó que la cartera de vivienda, aunque sí crece menos que en el pasado, es la que más crece en la entidad, y precisamente impulsada por hogares de ingresos medios.
A finales de junio, el Banco lanzó "Vivienda accesible”, un programa de crédito para familias con un ingreso promedio entre ¢726.874 hasta ¢1.569.000,00, para viviendas de ¢56.620.000.
A quienes cumplan con ese perfil, le ofrecerán un financiamiento del 95% del valor de la casa, un plazo de 30 años y una cuota por millón de aproximadamente de ¢7.665.
Los préstamos de vivienda para clase media son los más dinámicos también en Mucap, gracias a una apuesta dirigida a esta población.
“Es un programa integral que considera tanto el crédito como el subsidio familiar de vivienda y al que pueden tener acceso familias con ingresos de hasta ¢1,6 millones para adquirir viviendas de hasta ¢65,8 millones”, explicó la jerarca de Mucap.
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La cuota mensual ofrecida por la Mutual es de ¢7.500 por cada millón del préstamo.
Tanto el BCR, como Mucap, ofrecen la posibilidad de aplicar un subsidio o bono a la prima.