Los proyectos inmobiliarios con un avance relevante en su plan de preventa o con contratos de arrendamiento en firme están en el centro de mira de los bancos comerciales, que aspiran a otorgar el financiamiento necesario para su desarrollo.
Así lo confirman tanto las entidades financieras como los desarrolladores de inmuebles consultados por La Nación.
Los datos estadísticos de crédito en los bancos ya comenzaron a reflejar una incipiente recuperación en el segundo semestre del año anterior, luego de un desplome en los primeros seis meses del 2020.
Hasta octubre anterior, las entidades financieras reportaron un saldo de préstamos para construcción de obras por ¢622.191 millones, es decir, un incremento del 2,9% respecto a los ¢604.863 millones al mismo periodo del 2019, según datos del Banco Central de Costa Rica (BCCR).
Sin embargo, hasta mayo del 2020, la contracción interanual era de 6,4%, muestra la información tomada del ente emisor.
Bernardo Alfaro, gerente del Banco Nacional, confirmó que comenzaron a percibir una aceleración en la demanda de recursos para proyectos inmobiliarios.
“En el último mes (entre noviembre y diciembre anterior) aprobamos tres proyectos de torres. Cuando nosotros aprobamos una torre de apartamentos es porque el 60% de las unidades están prevendidas, pese a no haber iniciado la construcción”, comentó Alfaro.
Añadió que el sector de construcción sería el primero en reaccionar durante este año.
Douglas Soto, gerente del Banco de Costa Rica (BCR), también respaldó la percepción de Alfaro.
“En el último trimestre del 2020 se ha incrementado la demanda de crédito, para llevar a cabo la ejecución de varios proyectos inmobiliarios a partir del 2021, lo cual demuestra un mayor nivel de confianza”, reconoció este ejecutivo.
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Laura Moreno Ramírez, vicepresidenta de Relaciones Corporativas de BAC Credomatic, destacó que, pese a un 2020 tan complejo, mantuvieron el financiamiento disponible al sector inmobiliario.
“Este apoyo permitió que no solo hayamos mitigado el impacto en los primeros meses del año, sino que veamos un mayor dinamismo y recuperación de actividad comercial en este segmento. Estamos creciendo con diversos desarrolladores en nuevos proyectos”, destacó Ramírez.
La colocación de crédito para compra de casa también muestra un aumento, después de un proceso de desaceleración a finales del 2018.
Hasta octubre del año anterior, las entidades financieras tenían colocado un saldo de ¢6,24 billones en vivienda, es decir, un incremento del 5,9% respecto al mismo mes del 2020, cuando ascendió a ¢5,89 billones, según información del BCCR.
Sector aún afectado
Pese a la leve aceleración en el crédito para nuevos proyectos inmobiliarios, el sector está lejos de su recuperación.
Los datos del indice mensual de actividad económica (IMAE), elaborado por el BCCR, muestran que la actividad inmobiliaria registró, a noviembre anterior, una variación interanual de -2,1%, comparado con el mismo mes del 2019.
En tanto, en la construcción el decrecimiento fue aún mayor, pues registró una contracción del 11,9% en el penúltimo mes del año anterior.
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Justin Stein, presidente de InmoInfo, firma especializada en información inmobiliaria, destacó que aún no se está a punto de ver una mejora significativa en este mercado.
Pero destacó que apostar a un proyecto, durante la economía a la baja, puede significar réditos a futuro.
“El desarrollo es un proceso a largo plazo, por lo que siempre se deben tomar decisiones respecto a condiciones futuras y desconocidas. Ese es el riesgo, pero también puede ser la recompensa”, manifestó Stein.
Por su parte, Francis Durman, director general del Grupo Montecristo, comentó que, entre los meses de marzo y junio del año pasado, los proyectos inmobiliarios de la empresa se detuvieron a la espera de las implicaciones de la pandemia en el sector.
Sin embargo, a partir de julio, reanudaron y mantienen su operación según las reglas sanitarias. Este grupo empresarial desarrolla obras inmobiliarias, hospitalarias privadas y de logística vinculados a zonas francas.
“Los bancos cuentan con suficiente liquidez y algunos están muy agresivos prestando a proyectos bien fondeados y capitalizados”, reconoció Durman.
El empresario admitió que tienen dos proyectos en ejecución, aunque no detalló cuáles.
En noviembre pasado, Grupo Montecristo anunció la apertura de al menos cuatro nuevas sedes en el país, la inauguración de un Centro de Investigación y la ampliación de los servicios en algunas de las sucursales hospitalarias
En el caso de la desarrolladora Garnier & Garnier, Alberto Bonilla, director de Desarrollo, confirmó que hay una reactivación en proyectos enfocados en el mercado industrial, logístico y de manufactura.
“Esto debido a que un importante número de empresas multinacionales valoran opciones para trasladar sus operaciones a países que se encuentran más cerca de sus mercados principales, como Estados Unidos, y ven en Costa Rica una solución para instalarse de manera eficiente y productiva”, dijo Bonilla.
Además, informó de que, durante este año, desarrollarán dos proyectos inmobiliarios uno en la zona de la Uruca y otro cerca de La Sabana, ambos en San José.
“Vemos que las entidades financieras se encuentran más anuentes a retomar los préstamos para el sector inmobiliario”, destacó el vocero de Garnier & Garnier.
La iniciativa situada en Uruca será de uso mixto, pues contará con un centro comercial, oficentros, locales comerciales, áreas recreativas, ofibodegas, un componente residencial e incluso un hotel.
“El otro desarrollo es el Proyecto Oficentro Sabana, un nuevo centro corporativo ubicado en Sabana Norte, cuya fecha de entrega está prevista para mediados de 2022”, destacó Bonilla.
La inversión en la obra asciende a $95 millones, se encuentra en la última etapa de diseño y gestión de permisos, para iniciar la construcción durante el primer trimestre de 2021.