Entre el 8 y el 12 de marzo, Estados Unidos enfrentó el desplome de tres bancos, dos de ellos especializados en transacciones de criptomonedas y otro, el más grande, un referente en la prestación de servicios financieros en el sector de las tecnologías emergentes.
La situación se desencadenó la noche del miércoles 8 de marzo, cuando se anunció la liquidación de Silvergate Bank, un pequeño banco regional estadounidense con sede en La Jolla, California, con una importante participación en el mercado de las criptomonedas (activos digitales).
Este segmento ha estado afectado por una serie de incidencias en su entorno, entre ellas, la quiebra de una de sus principales plataformas de transacciones, FTX, a finales de 2022.
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En ese mismo momento, otro banco, de mayor tamaño: Silicon Valley Bank (SVB), anunció también que enfrentaba el retiro masivo de depósitos. La entidad era una referencia en el sector de las tecnologías emergentes conocidas como startups.
SVB anunció una ampliación de capital de $2.250 millones e informó de que vendió de urgencia una cartera de $21.000 millones en valores financieros para asegurar sus reservas de efectivo, una operación en la que perdió $1.800 millones.
El aviso provocó que, al día siguiente, el jueves 9 de marzo, los clientes e inversionistas corrieran a llevarse su dinero. Ese día, SVB recibió órdenes de retiro por unos $42.000 millones y por la noche ya presentaba un flujo de caja negativo por casi $1.000 millones, lo que indica que transfirió más efectivo del que tenía disponible. En la bolsa de valores su acción cayó 60% durante la sesión.
El viernes 10 de marzo, la cotización de su título en el mercado de valores fue suspendida y la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés), anunció que tomaba el control de la entidad. Atrás quedaron casi 40 años de funcionamiento, tras su fundación en octubre de 1983.
Según Forbes, contaba con 6.567 empleados y ocupaba el puesto 20 entre los mejores bancos de Estados Unidos, en el ranking publicado el 23 de febrero, con datos cortados al 30 de setiembre del 2022.
Los analistas estadounidenses han señalado que un factor que aceleró el colapso es el hecho de que SVB tenía el porcentaje más alto de depósitos nacionales no asegurados de todos los grandes bancos del país, totalizando casi $152.000 millones, equivalentes 97% de todos los depósitos.
Posteriormente, el domingo 12 de marzo, otro banco, el Signature Bank en Nueva York, con fuerte presencia en la industria de criptomonedas, fue cerrado por los reguladores. Los analistas consideran que fue una “víctima” luego de lo sucedido en el SVB, puesto que los clientes empezaron a pedir cuentas de sus depósitos.
Para estas alturas, el Departamento del Tesoro, la Reserva Federal (la FED, el banco central) y la FDIC, anunciaron que garantizarían, a partir de este lunes 13 de marzo, todos los fondos colocados en el SVB y en Signature Bank a sus clientes y además, la FED prestará dinero a cualquier banco que lo necesite para cubrir retiros.
Pero, ¿qué provocó esta situación?
Los analistas indican que una de las razones es el debilitamiento de los bancos a causa de las alzas en las tasas de interés que viene impulsando la FED, el banco central estadounidense, para frenar la inflación.
Desde hace un año la Reserva Federal ha venido incrementando su tasa de referencia, hasta ubicarse en un rango entre 4,50% y 4,75%, en el último ajuste, el 1.º de febrero reciente, siendo el más alto desde enero de 2007.
Javier Cascante, exjerarca de Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), destacó que en particular, la situación del SVB se generó por la caída del valor de sus inversiones en instrumentos financieros debido a las altas tasas de interés que la FED ha impuesto para enfrentar la alta inflación.
Similar criterio expresó el economista Ronulfo Jiménez, quien explicó que la situación tiene origen desde la pandemia por la covid-19 y la guerra de Rusia contra Ucrania, dos elementos que han afectado la economía del país norteamericano, sobre todo el aspecto inflacionario que ha conllevado al aumento de la tasa de interés.
“Estos aumentos se traducen en fragilidad por dos vías: desde las inversiones, por ejemplo, los bonos que tengan del gobierno americano (bonos del Tesoro), al subir la tasa de interés baja el precio y hay pérdidas, como ha ocurrido en todos los países; y por otro lado han afectado a los clientes de los bancos pues si los clientes no han sido bien seleccionados pueden darse aumentos en las tasas de mora (crediticia)”, indicó.
The New York Times resumió, este lunes, la caída de SVB como el típico caso de una corrida bancaria. En el 2021 fluyó gran cantidad de efectivo hacia las empresas tecnológicas, principales clientes de esta entidad financiera. Buena parte de estos fondos fueron a dar a bonos de largo plazo, que en ese momento lucían rentables y seguros.
Sin embargo, con el aumento de tasas de interés en Estados Unidos el valor de esos instrumentos bajó, y a esto se sumó que el efectivo dejó de entrar con tanta velocidad hacia el sector tecnológico, por lo que muchas compañías comenzaron a demandar sus recursos para hacer frente a sus obligaciones. El movimiento obligó a SVB a liquidar parte de estas inversiones con pérdidas de valor.
Cuando se corrió la voz de que el banco enfrentaba algunos problemas, sus clientes corrieron a sacar los recursos que tenían depositados en la entidad.
Cascante destacó que el FDIC, creado en 1933, gestionó la situación en correspondencia a sus atribuciones y que estas instituciones lo que buscan es darle calma a los inversores y ahorrantes para que no teman que sus depósitos se van a perder. “Operan de manera automática y de una manera muy segura”, agregó.
Mientras tanto, el presidente estadounidense Joe Biden aseguró este lunes que el sistema bancario “es seguro”, también que garantizará a los ahorrantes sus depósitos y adelantó que propondrá mayores regulaciones para la banca.
“Voy a pedir al Congreso y a los reguladores bancarios que refuercen las reglas para los bancos, de modo que sea más improbable que se repita este tipo de quiebra bancaria”, dijo por medio de un mensaje televisado desde la Casa Blanca, informó la agencia de noticias AFP.
¿Habrá efectos en Costa Rica?
Sobre potenciales efectos en la banca costarricense, el economista Rodrigo Cubero consideró que no habrá ningún contagio debido a que los bancos costarricenses no están expuestos a estas tres entidades en Estados Unidos.
Además que los bancos en Costa Rica gozan de solidez y liquidez. “Están en perfecta capacidad de recibir un shock y de mantener la calma y confianza de sus clientes”, destacó Cubero.
La Asociación Bancaria de Costarricense (ABC), también confirmó a La Nación que no hay ninguna vinculación de la banca de Costa Rica con SVB. María Isabel Cortés, directora ejecutiva de la gremial bancaria recordó que las entidades locales mantienen sus relaciones con los bancos de primer orden de los Estados Unidos.
“SVB es un banco pequeño para los niveles de Estados Unidos y sus clientes son un segmento muy particular de negocios de innovación tecnológica”, indicó la representante.
En tanto, Jiménez refirió que la regulación se ha venido modernizando y eso evita que haya afectaciones. “En general, la norma de Administración de Riesgo ha mejorado mucho, la supervisión tienen mejor calidad, los bancos de Costa Rica son entidades debidamente capitalizadas y también tienen reservas para soportar aumentos de morosidad o para enfrentar carteras que se deterioran”, comentó.