La apreciación del tipo de cambio del colón respecto del dólar y la evolución de las tasas de interés tuvieron un peso significativo sobre las menores ganancias del sistema bancario costarricense, durante el 2023.
Para el cierre del año pasado, las utilidades conjuntas de 14 entidades bancarias ascendieron a ¢168.779 millones, es decir, el 40% menos comparado con los ¢281.182 millones del 2022, según los datos publicados por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
Una revisión más detallada muestra que la disminución nominal en la utilidad aquejó a 11 entidades, mientras que solo tres lograron mejorar las ganancias obtenidas en el 2022.
Este resultado llevó a algunas entidades a tomar medidas correctivas desde el año pasado, como la venta de cartera de crédito para deshacerse de activos riesgosos, el cierre de oficinas físicas, la diversificación de clientes y productos, y el fortalecimiento de la banca electrónica.
Bancos boutique, enfocados en servicios especializados y más personalizados, como Citi, BCT y Banco Cathay, fueron los únicos que lograron mejorar sus resultados en comparación con el 2022, como consecuencia de mayores ingresos por inversiones financieras y préstamos.
En el caso de Citi, las entidad registró utilidades por ¢32.776 millones el año anterior, el 58% más respecto al 2022. En BCT, el renglón de las ganancias muestra un total de ¢5.025 millones, un incremento del 9%, mientras que en Cathay, las utilidades fueron de ¢1.367 millones, el 70% más.
Movimiento del dólar deja secuelas
Bancos consultados por La Nación coincidieron en que el efecto más relevante en el resultado financiero fue debido a la baja en el precio del dólar respecto al colón, especialmente en las entidades privadas, que utilizan más la moneda extranjera.
El tipo de cambio finalizó el 2023 en ¢523,46 en el mercado mayorista, pero 12 meses antes estaba en ¢597,34, lo que significa que el dólar se devaluó el 12,3% respecto al colón, en cuestión de un año.
Como resultado, la banca en general registró una pérdida cambiaria de -¢126.143 millones al cierre del 2023, en comparación con los -¢68.367 millones del 2022, lo que significa que se acentuó en cerca del 84%, según los datos de la Superintendencia.
Sin embargo, la cotización de la moneda extranjera no solo afectó las ganancias de las instituciones bancarias, sino que también provocó un efecto en la valoración de los activos financieros y de la cartera crediticia en esa moneda, aunque las entidades consultadas recalcaron que este efecto es, principalmente, contable.
BAC Credomatic fue la entidad que obtuvo las ganancias más elevadas en el sistema bancario nacional, con ¢45.763 millones. Sin embargo, este resultado significó una disminución del 48,6% en comparación con los ¢89.066 millones del 2022.
Laura Moreno, vicepresidenta de Relaciones Corporativas de esta entidad, explicó que la disminución en las utilidades se produjo debido a la valoración contable al tipo de cambio de cierre del año anterior.
“Dejando por fuera este rubro (dólar), la utilidad ajustada hubiese disminuido en apenas 11%, lo cual se explica también por cambios contables en el registro de las estimaciones”, expresó la vocera.
Moreno añadió que, para este año, la estrategia será crecer en crédito y servicios brindados a personas, grandes corporaciones, y micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), además de fortalecer zonas geográficas con “gran potencial”, como Guanacaste.
Por otro lado, en el extremo opuesto en cuanto a ganancias se ubicó Prival Bank, que tuvo una pérdida de -¢1.582 millones el año pasado, lo que significó una contracción del 400% en comparación con los ¢525 millones del 2022.
Junto con las utilidades, los préstamos otorgados por Prival se redujeron en más de la mitad. El 2023 finalizó con un saldo de ¢13.261 millones, frente a los ¢31.861 millones del año previo. La entidad vendió parte de su cartera de crédito para ayudar a reducir el pasivo.
Sergio Ruiz, gerente general de Prival Bank, explicó que se aplicó un cambio en la estrategia para mitigar el riesgo dentro del balance financiero al disminuir la exposición en créditos que pueden impactar en provisiones o incobrabilidad. También influyó, añadió, que el banco mantiene una posición en moneda extranjera larga, es decir, su patrimonio se encuentra muy dolarizado.
“Con la estrategia de mejora de calidad de cartera se ha realizado una gestión de calidad de clientes y disminución de posiciones en operaciones que provoca la mejora en el monto de mora”, expresó Ruiz.
Para el exbanquero Carlos Fernández, el efecto financiero más relevante durante el año anterior fue para los bancos que tienen su patrimonio en dólares pues tuvieron una pérdida fuerte al valorarlo al nuevo tipo de cambio.
“Es un efecto que contagió las utilidades netas, el pago de impuestos o de cargas parafiscales”, recalcó.
Tasas plantearon desafíos
El nivel de tasas de interés en colones tuvo la repercusión más relevante en la banca pública, porque es la moneda predominante.
El año pasado, el Banco Central redujo su tasa de política monetaria del 9% al 6% (actualmente está en 5,75%). Dicho movimiento llega con un retraso de hasta seis meses a la banca comercial, según las estimaciones del ente emisor.
Fernández apuntó que la consecuencia es una afectación en el margen financiero. “Crecieron más los costos de depósitos (pactados a tasas mayores) que los ingresos generados por la cartera de crédito”, explicó.
Este fenómeno provocó que el Banco Popular fuera la entidad bancaria pública con la caída más pronunciada en las utilidades. El año pasado el renglón de ganancias cerró en ¢15.746 millones, en comparación con los ¢44.625 millones del 2022, o sea, una contracción del 68,7%.
La entidad explicó que la lenta reducción de los niveles de tasas de interés en colones tuvo un impacto en el margen financiero.
Los datos del Banco Popular publicados en la web de la Sugef muestran que el gasto financiero por el pago a sus clientes por los depósitos a plazo ascendió a ¢151.831 millones el año pasado, mientras que en el periodo previo fue de ¢95.956 millones, el 58% más.
Adicionalmente, se informó que reservaron ¢25.000 millones para fortalecer las estimaciones por deterioro crediticio.
Para corregir el resultado del año pasado, la entidad prevé elevar su penetración de servicios bancarios en sectores no bancarizados, y fortalecer la generación de crédito e ingresos por servicios en sectores tradicionales.
El Banco de Costa Rica (BCR) también tuvo un retroceso en ganancias, pues el año pasado fueron de ¢22.086 millones, en comparación con los ¢48.171 millones en el 2022, una disminución del 54,2%.
El resultado ocurrió por una combinación del efecto del tipo de cambio y el incremento del costo financiero, precisó la institución.
El activo total del Banco también sufrió una reducción de casi 5% el año anterior, pues finalizó con un saldo de ¢5.888.280 millones. El cambio se atribuyó a la nueva valoración por tipo de cambio.
Actualmente, la entidad implementa una estrategia de incremento en el volumen de negocios y eficiencia en gastos. El lunes 22 de enero anunció el cierre de siete sucursales físicas y explicó que la razón de la medida es optimizar su modelo de negocio.
“La decisión de cierre de oficinas es respuesta a la necesidad de eficientizar nuestros canales presenciales, en vista de la preferencia de nuestros clientes por los canales digitales y el autoservicio”, se recalcó desde el BCR.
Por último, el Banco Nacional tuvo una disminución del 9,6% en sus utilidades. Las ganancias del año pasado ascendieron a ¢33.723 millones, comparado a los ¢37.316 millones del 2022.
Erick Chaves, director Corporativo de Finanzas de la entidad, comentó que buscaron elevar los ingresos de forma suficiente para compensar el aumento en gastos, por el rezago en el ajuste en tasas en los vencimientos de los certificados de depósito a plazo
Chaves destacó que en el 2023 registraron una mejor colocación de crédito. Esto se observa en las cifras de Sugef, ya que la entidad terminó el año pasado con un saldo cercano a los ¢4,8 billones en la cartera, para un crecimiento nominal de 5,6% respecto al 2022.