La Sugef cuestionó al Banco de Costa Rica (BCR) por entregar información incorrecta sobre la morosidad de los dos préstamos por un total de $30 millones dados a Sinocem de Costa Rica, para la importación y nacionalización de cemento chino.
La Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) argumentó que, al 16 de enero anterior, las líneas de crédito debían presentar una mora de 164 días de atraso. Pero esa morosidad no fue reportada tal cual por el BCR.
Así se detalla en el oficio SGF-2431-2017, del 7 de setiembre anterior, remitido a Mónica Segnini, presidenta de la Junta Directiva del Banco.
El informe de 29 páginas, del cual tiene copia este diario, fue remitido por Genaro Segura, intendente a. í. de la Sugef, donde se realizó una evaluación de la calificación de deudor de Sinocem, compañía que forma parte del Grupo JCB, pertenecientes al empresario Juan Carlos Bolaños.
El oficio concluyó la necesidad hacer una recalificación del deudor lo cual obligaría al BCR a crear una reserva adicional de ¢10.071 millones, por el deterioro de los créditos.
Hasta julio anterior, el Banco solo mantenía una provisión de ¢54 millones en caso de un eventual incumplimiento en el pago de estos préstamos.
El supervisor consideró necesario pasar a la empresa de categoría A1 (atraso en el pago de los préstamos de menos de 30 días) a calificación D, estos son los deudores con al menos 120 días de no cancelar su crédito.
"En el caso específico de Sinocem Costa Rica, presenta una capacidad de pago nivel 4, que se otorga a deudores cuyos resultados muestran que bajo un escenario normal no tienen capacidad de pago para atender las obligaciones crediticias en los términos pactados", señaló la Sugef.
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La Superintendencia informó al BCR de que puede presentar sus argumentos sobre la recalificación del deudor ocho días hábiles después de recibido el informe.
Andrés Víquez, subgerente del BCR, recalcó que no pueden referirse al informe de Sugef por tratarse de información confidencial.
"El banco responderá a la Superintendencia dentro del plazo requerido", manifestó Víquez.
Actualmente, en la Asamblea Legislativa, hay una comisión especial que investiga los dos préstamos otorgados por el Banco de Costa Rica a Sinocem, así como otro de $32,7 millones dado a Coopelesca para la compra de la planta hidroeléctrica Aguas Zarcas.
Los hallazgos.
El informe de la Sugef encontró una serie de incumplimientos de los contratos de préstamos, por parte de la empresa de Juan Carlos Bolaños.
También omisiones en el expediente de crédito, y un inadecuado seguimiento de los desembolsos de los recursos y su uso por parte del BCR.
La entidad supervisora señaló en el documento, en tres ocasiones, que el Banco no hizo un adecuado reporte de la morosidad de Sinocem en el Sistema de Captura, Verificación y Carga de Datos (Sicveca) Crediticio. Esta herramienta es la que usan los bancos para informar sobre el estado de las operaciones de crédito de sus clientes.
La Superintendencia encontró que, a noviembre del 2016, cuando vencían las dos líneas de crédito otorgadas a la compañía cementera, se debía reportar una mora de 11 días, en ese mismo mes, y de 42 días, en diciembre.
"El BCR reportó en el Sicveca Crediticio información incorrecta a esta Superintendencia ya que para esos meses (noviembre y diciembre) reportó una morosidad de cero y dos días, respectivamente", detalló la Sugef en su informe.
Para el 16 de enero anterior, cuando el BCR renueva las líneas de crédito por $30 millones a Sinocem, las operaciones debían presentar una mora de 164 días de atraso, argumentó la entidad supervisora.
"Esa morosidad no fue reportada por el BCR", argumentó la evaluación hecha por la Superintendencia.
Por otra parte, la Sugef encontró que, en el 2016, el Banco hizo siete desembolsos de dinero a la compañía de Bolaños para la compra de 368.464 toneladas de cemento. Sin embargo, solo se importaron 121.902 toneladas quedando un pendiente de 127.907 toneladas.
La entidad supervisora concluyó que, el menor ingreso de cemento, significaba un incumplimiento en el plan de inversión de Sinocem y del contrato.
Además, porque hubo cancelaciones de envío de producto por parte del suplidor Sinobuilding Material Hong Kong, pese a que el Banco giró el dinero a su cliente.
"El deudor ha recibido recursos los cuales, una parte, no se ha invertido en la compra, importación y venta de cemento (...) Dadas las cancelaciones efectuadas, el deudor no ha informado oportunamente al BCR, ni ha devuelto los recursos correspondientes de manera inmediata", enfatizó la Superintendencia.
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El estudio realizado a las operaciones de crédito de Sinocem encontró que el expediente de crédito del BCR no mantenía un control de las ventas de cemento del deudor. De hecho, según el informe, la Sugef tuvo que pedir la información al Banco.
Tras la revisión de los datos, la entidad encontró que, para el 2016, la compañía tuvo una venta mensual promedio de 8.381 toneladas de cemento y, para este año, es de 7.462 toneladas mensuales promedio.
Sin embargo, el contrato de los préstamos planteaba que las ventas mensuales ascenderían a 30.000 toneladas.
Con dicha información, la Superintendencia hizo una proyección financiera de la operación de Sinocem y halló que, entre junio de este año y julio del 2018, la empresa tendría un flujo de caja acumulado de -¢7.814 millones.
Dicha sensibilización financiera –indica la entidad– tiene un impacto significativo en la capacidad de pago del deudor.
Nuevas condiciones.
En la renovación de las líneas de crédito de $20 millones para la compra de cemento chino, y de $10 millones para la nacionalización del producto, la Sugef detectó que hubo cambios en las condiciones de los préstamos para evitar la morosidad de Sinocem.
"Es claro que el BCR aprueba la renovación de las líneas de crédito de Sinocem, a pesar de tener evidencia de que el deudor mostraba problemas de capacidad de pago para honrar sus operaciones", sostiene la Superintendencia en su documento.
Entre las modificaciones están el cambio en el plazo, pues las operaciones pasaron de un año a tres años. Además, se aprobaron desembolsos a 18 meses de plazo, mientras que en los primeros préstamos fue a seis meses plazo.
La Superintendencia recalcó que el Banco no justificó los motivos del cambio, pese a que para la importación y venta de cemento se tardan, en promedio, nueve meses.