La Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) y el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), presentaron esta tarde un conjunto de medidas que flexibilizan la clasificación de deudores y la gestión de la mora en la banca, con el objetivo de mejorar el acceso al crédito de personas y empresas.
El grupo de medidas fue explicado la tarde de este jueves 13 de junio por el presidente del Conassif, Luis Carlos Delgado, y el superintendente de la Sugef, Bernardo Alfaro, en una conferencia de prensa.
Una de las acciones permite a las entidades crediticias pasar del nivel tres (o nivel de riesgo alto) a operaciones de personas que tienen un historial sano en los últimos 48 meses en otras deudas. Se trata de personas que dejaron de pagar, por ejemplo, una tarjeta de crédito, pero mantienen al día un crédito para una casa.
Eso logrará que 63.000 personas pasen del nivel tres (de más alto riesgo) o el dos, a nivel uno y que con ello puedan volver a pedir crédito.
Para ello, un acuerdo de Sugef modifica el Reglamento para la calificación de deudores y el Reglamento sobre gestión y evaluación del riesgo de crédito para el sistema de banca para el desarrollo. La Sugef remitió estos cambios para enviarlos a consulta por un periodo de 10 días hábiles, el 12 de junio pasado.
A eso se une una adecuación en el nivel de morosidad. Para esto, se permitirá la estratificación de las carteras de crédito, en cada entidad bancaria.
En la actualidad, se aplica el mismo nivel de morosidad para toda la cartera, donde por debajo del 3% de atraso mayor a 90 días o en cobro judicial de los créditos se considera normal. A partir del 3% y hasta 10% la entidad se ubica en nivel I de riesgo de crédito, según los indicadores que utiliza Sugef.
Con el cambio en consulta, habría un primer estrato de banca de detalle, que son créditos pequeños o incluso tarjetas de crédito, al cual se le permite un nivel de mora máximo del 5%; el segundo se denomina banca diversificada, a la cual se le permite una mora del 4% y el tercero, de la banca corporativa o de grandes compañías, con 3%.
Dicha medida modificará el Reglamento para juzgar la situación económica-financiera de las entidades fiscalizadas y el Reglamento para juzgar la situación económico-financiera de las asociaciones mutualistas de ahorro y préstamo para la vivienda.
Alfaro afirmó que los supervisores manejan información de las cuentas y carteras de las entidades en niveles excelentes para realizar esta estratificación. La medida se sacó a consulta el 13 de junio pasado, por un periodo de 10 días.
Arreglos de pago
Además de los dos anteriores ajustes, se aprobó uno que permitirá a las entidades financieras realizar adecuaciones de deudas o arreglos de pagos (readecuación, prórroga, refinanciamiento o una combinación de ellas), dos veces a una misma persona, en 14 meses, sin que se clasifique como operación crediticia deteriorada.
Esta medida se aplicará durante 12 meses y se logra al agregar un transitorio al Reglamento sobre calificación de deudores.
El cambio radica en que anteriormente este tipo de adecuaciones se permitían solo una vez por persona, cada 14 meses.
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Esta modificación se aprobó el 28 de mayo en el Conassif y rige a partir del primer día del mes inmediato siguiente a su publicación en La Gaceta, que fue el 7 de junio pasado. Es decir, regirá el próximo 1.° de julio.
Tanto Delgado como Alfaro afirmaron que estos cambios se inscriben en los esfuerzos del país por reactivar la economía y su objetivo es permitir a más personas y empresas, en especial micro, pequeñas y medianas, el acceso al crédito.
Los dos funcionarios negaron que una medida de ese tipo afecte la fortaleza del Sistema Financiero Nacional, pues, afirmaron, cada entidad y en particular los bancos, tiene sus propias políticas de riesgo.
Reanimar crédito podría tomar más tiempo
Las decisiones adoptadas en las últimas semanas en el sistema financiero para liberar recursos (como la reducción del encaje) y abrir espacios en los bancos con el fin de estimular el crédito, requieren de otros ingrediente para lograr el efecto deseado.
Carlos Fernández, exgerente general del Banco de Costa Rica (BCR), consideró que este tipo de medidas se deben analizar en el contexto general de las que viene tomando el país. Por ejemplo, dijo, la reducción del Encaje Mínimo Legal (EML) del 15% al 12% liberó recursos a los bancos, pero será difícil que estos sean prestados, al menos este año.
Los bancos podrían dirigir esos recursos a invertir en bonos del Gobierno y del Banco Central, con los cuales obtendrán ganancias de recursos que antes no tenían disponibles, aseveró Fernández.
Por el lado de los deudores, consideró difícil que pidan otros préstamos si no se les mejoran las condiciones de los actuales. Por tal situación, consideró necesarias acciones para reducir la tasa básica pasiva (TBP), actualmente en 6,35%. Así se lograría reducir las tasas de los créditos ligados a este indicador y aflojar la carga a los deudores de todo tipo: vivienda, tarjetas, préstamos personales, empresas y otros.
Finalmente, destacó que son necesario productos crediticios novedosos para determinar si los deudores liberados están dispuestos adquirir nuevas deudas, declaró Fernández.
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Óscar Rodríguez, exsuperintendente de la Sugef, afirmó que la reducción del EML pone a disposición más recursos a los bancos y, por tanto, los fortalece y no los debilita.
“Si esas entidades los pueden prestar o no es otra cosa; eso depende también de si el público lo requiere”, agregó.
Recordó que en la crisis del 2008 el sistema financiero salió muy bien, pero porque se venían tomando medidas de fortalecimiento desde el 2004. “El cuidado del sistema financiero es algo constante, de todo el tiempo, es una supervisión perenne, y en este momento lo veo bien posicionado para afrontar una eventual crisis”, explicó.