El grupo financiero BAC Credomatic informó, este 2 de julio, que suprimirán 187.526 tarjetas de crédito a 79.789 clientes, cuyas operaciones se vuelven deficitarias para la empresa, debido a la entrada en vigencia, el sábado 20 de junio, de la nueva ley que regula las tasas de usura.
Con el anuncio también informaron de que prescindirán de 373 colaboradores directos y cerrarán 11 puntos de servicio.
El gerente general de la entidad, Federico Odio, reconoció, en una entrevista por videoconferencia con La Nación y El Financiero, que si bien la ley no es retroactiva, y el Ministerio de Economía informó de que se aplica solo para créditos nuevos, que ellos prefirieron tener una interpretación más conservadora y ajustar todas las tasas de interés debido a las sanciones legales que conlleva quebrantar esta legislación.
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– El Banco informó de que deberá desvincular a 79.789 clientes, despedir a 373 colaboradores y cerrar 11 puntos de servicio. ¿Puede contextualizar esos datos?
– Nosotros tenemos alrededor de 5.400 colaboradores en total, en el grupo, y estarían saliendo, más o menos, 370. Del total de clientes, son casi 80.000, nosotros a nivel de BAC tenemos alrededor de 1.100.000 clientes en todos los productos, de tarjeta de crédito son alrededor de 550.000.
– ¿Y lo puntos de servicio?
– Los puntos de servicio 41 sucursales completas de las grandes, esas se mantienen y lo que teníamos con más alcance, un concepto que nosotros llamamos “Rapibancos”, son las sucursales más pequeñitas, las que puede encontrar en centros comerciales; de esos teníamos 13 y ahorita nos vamos a quedar con dos.
– Ha habido dos interpretaciones de la Ley: si las tasas máximas van a regir para los nuevos desembolsos o para los nuevos contratos. Nosotros hicimos la consulta al Ministerio de Economía y nos dijo que era para los nuevos contratos. Se entendería que si una persona tiene un contrato y tiene una tasa que sobrepasa la tasa máxima puede continuar así.
– Es un tema importante, y como la ley es tan importante desde el punto de vista de consecuencias, hay interpretaciones y en este caso nosotros estamos con una interpretación del equipo legal, más conservadora.
“Es correcto que no es retroactiva y es correcto que se podría interpretar que la tarjeta, siendo una línea de crédito, tiene compras o piezas que se hicieron antes de la promulgación de la entrada en vigencia de la ley y lo que venga después.
“Esas compras nuevas que se financien deberían venir con las nuevas condiciones, eso tiene complejidades desde el punto de vista técnico de separar, de un sistema que tiene una línea revolutiva, las compras antes de la promulgación de la ley, de las compras después (de la ley), entonces, nosotros estamos tomando la posición conservadora y estamos ajustando las tasas para cumplir con el marco legal de la nueva ley”.
– ¿No hubiera sido oportuno esperar una interpretación auténtica de la ley antes de tomar la decisión?
– Lo que pasa es que como entró a regir la Ley y las consecuencias de no cumplirla son muy severas, entonces la verdad es que hicimos el ejercicio con el equipo de abogados nuestro y tomamos la decisión de hacerlo (los ajustes). Si hubiera alguna rectificación de eso ahí lo veríamos, pero la realidad es que la ley ya empezó a funcionar, teníamos que tomar la decisión y no podíamos esperar la aclaración sin asumir consecuencias que no estamos dispuestos a asumir.
¿La nuevas ley o la situación económica?
– ¿Este recorte obedece completamente a la entrada en vigencia de la nueva ley o también está influyendo la situación económica que les ha generado menos utilidades?
– En realidad, el ejercicio es por la entrada en vigencia de la ley y cómo afecta nuestros negocios. Todo el ejercicio es analizar los segmentos de clientes, qué va a pasar con los ingresos de esos clientes hacia adelante y qué va a pasar con los costos del modelo de servicio.
“Esta acción que estamos tomando es para adaptarnos y adecuarnos a las nuevas condiciones.
“Va a haber que operar de una forma más eficiente; el componente de digitalización va a tener que ser más amplio y más profundo, y también tenemos que esforzarnos por diseñar productos nuevos de microcrédito y de crédito que sean rentables en esas condiciones y que tal vez podemos servir digitalmente y seguimos con las propuestas de valor del resto de productos”.
– Una persona que tiene una tarjeta y que tiene una deuda (y le eliminan la tarjeta), ¿entraría a hacer un arreglo de pago con el banco?
– Es bastante gente y hemos trabajado con todo el esmero y el cuidado para hacer esto de la mejor forma posible. Entonces, lo que diseñamos fue un periodo de transición, que va a ser de 70 días, donde ellos pueden seguir utilizando el producto de forma normal, y entonces le estamos anunciando con 70 días de antelación que después de esa fecha, no lo vamos a poder seguir atendiendo con el mismo producto y al llegar ahí, si hay un saldo financiable, eso se lo transformamos en un crédito que va a poder pagar hasta en un periodo de cinco años.
“Mientras tanto, seguimos con las cuentas, con los productos de débito y pensando en soluciones para temas de crédito y, efectivamente, el microcrédito automático podría ser uno en los puntos de venta”.
– En la información que nos facilitaron dice que el tema de los topes de las tasas, junto con un efecto combinado de bajo crecimiento actual y esperado para este año, obliga a la entidad a este tipo de acciones. ¿Podría darnos alguna referencia a qué se refiere con bajo crecimiento? ¿A las utilidades de este año?
– En realidad sí estamos en un escenario desafiante, pero la principal razón y el análisis de estas 378 personas y los 11 “Rapibancos” está, principalmente, ligado al tema de que seguir sirviendo a estos clientes no es sostenible y tenemos que ajustar el modelo de atención.
– ¿Y cuál es la proyección para este año de caída en utilidades?
– El impacto para este 2020 de la ley, en la utilidad neta, es de alrededor de 26% y con estas acciones que mitigan costos logramos recuperar 40% de ese 26%. Entonces sí, vamos a tener una disminución en la utilidad, tenemos un estimado de alrededor de 30% de impacto si asumimos que la situación (económica) no sigue muy negativa y que hay un rebote hacia la última parte del año.
– ¿Hay tanto empresas como personas dentro de las tarjetas de crédito que se estarían cerrando?
– Esas son personas.
– ¿Las tarjetas que se están recortando son de los clientes más riesgosos?
-No tan así, el análisis que hicimos fue: ¿qué nos aportan a nosotros esos clientes? Y ahí incluimos temas como baja transaccionalidad, vinculación con otros productos del grupo (…) nosotros tenemos un concepto que se llama el valor potencial del cliente, puede ser que ahorita no sea rentable y es porque tiene solo una parte de su servicio con nosotros.
“Seguimos pensando en esos clientes, que seguirán siendo clientes de cuentas de débito y de cuentas, ver cómo les ofrecemos otras soluciones de crédito”.
– ¿Estos clientes son algún tipo de tarjeta de marca? Ustedes establecen alianzas con ciertos comercios para hacer tarjetas especiales.
– Ese no fue un criterio de exclusión, fue una mezcla de todo.
– Mucha gente se estará preguntando: ¿estaré en la lista? ¿Qué hacen las personas: llaman o esperan que les comuniquen?
– Lo primero es que estén tranquilos porque hay hasta 70 días para la transición, hay suficiente tiempo, pero adicionalmente hoy (2 de julio) les estaremos informando a todos con la información de contacto, de los correos registrados y va una nota explicándoles el tema y a partir de mañana (3 de julio) vamos a estar contactándoles por teléfono para reforzar ese mensaje y acompañarlos en el proceso. Todos los canales van a estar disponibles para ayudarlos y acompañarlos.
Colaboraron los periodistas: Esteban Ramírez y María Fernanda Cisneros.