El Banco Central de Costa Rica (BCCR) señaló posibles consecuencias en la economía del país ante la incertidumbre global por la ‘guerra’ arancelaria impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Róger Madrigal, presidente del Banco Central, manifestó que la actual situación podría impactar las decisiones de consumo de las personas y las inversiones de las empresas y que, de consolidarse la implementación de impuestos, posiblemente generará un encarecimiento de productos.
“En el mundo probablemente se dé una tendencia a aumentar los precios de lo que se consume y produce. Esto en algún momento nos va a alcanzar si se consolidan algunos aranceles a otras partes del mundo, aunque no sean para lo que Costa Rica exporta”, dijo el jerarca.
En relación con la inversión, Madrigal comentó que las empresas que planean asentarse en el país deben tener certidumbre para conocer si lo que producen estará sujeto o no a impuestos arancelarios, lo que podría impactar la inversión extranjera.
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Esto podría provocar una merma en el ingreso de divisas y, por ende, una reducción en la abundancia de dólares que ha caracterizado la economía costarricense en los últimos años.
Rodrigo Cubero, expresidente del Banco Central, coincidió en que existe desconocimiento en relación con lo que va a ocurrir con las medidas económicas implementadas por Trump en Estados Unidos.
Añadió que algunas de las medidas podrían afectar al país de forma directa, sobre todo en la atracción de inversión extranjera, en las exportaciones, en el ingreso de divisas y, por ende, en el crecimiento económico de Costa Rica.
Sin embargo, Cubero señaló que este análisis debe matizarse debido a que algunas de las medidas anunciadas por Trump están sujetas a posibles reversiones, pero es consciente de que existe una probabilidad de que estas sigan adelante y afecten al país.
Pese a esta incertidumbre, el jerarca manifestó que, de momento, no tienen medidos los impactos en el crecimiento económico de Costa Rica, pero será algo a lo que prestarán atención.
Mauricio Moya, líder de Inversiones de Mercado de Valores, señaló que, bajo el balance de riesgos globales y las constantes amenazas arancelarias por parte de Trump, el BCCR se mantiene en una postura cautelosa ante posibles impactos externos, particularmente por aumentos en la inflación.
Estados Unidos anunció, entre otras cosas, tarifas para productos como el acero y el aluminio. El año pasado, fue el destino del 47% de las exportaciones de bienes de Costa Rica. Además, es el principal emisor de turistas hacia el país.
Inflación
En relación con la inflación, el Banco Central señaló que hay una aceleración, en buena parte originada por un choque de oferta en productos agrícolas, ocasionado por el mal clima que afectó al país a finales de 2024 e inicios de 2025.
Respecto al eventual impacto de las medidas arancelarias en la inflación, Madrigal afirmó que “definitivamente” es una mejor situación estar incumpliendo la meta del emisor por debajo y no por arriba.
El objetivo es de 3%, con un rango que contempla una desviación estándar de un punto hacia arriba o abajo. En febrero, la inflación fue de 1,25%, respecto al 1,15% de enero pasado.
Entre los riesgos a la baja en la inflación, el BCCR destacó un crecimiento económico de los socios comerciales menor al previsto, una menor transmisión de las reducciones de la TPM hacia las tasas activas y los eventos geopolíticos.
Al alza destacaron choques de oferta asociados a una mayor fragmentación del comercio global, principalmente por restricciones al comercio, así como la posibilidad de choques de oferta, derivados de fenómenos climatológicos locales o externos.
Sobre el ingreso al rango de tolerancia, el Banco Central prevé que ahora ocurra en el cuarto trimestre y no en el tercero, principalmente por la caída en el precio futuro de los combustibles.
Tasas
El BCCR decidió mantener sin cambios su TPM, dejándola en el 4% en que se mantiene desde octubre del año pasado. Según el emisor, la postura de política monetaria en este momento es coherente con la zona de neutralidad.
Para Madrigal, la prudencia marcará el ritmo de la política monetaria local en 2025. “En la medida que las circunstancias lo permitan habrá estabilidad, pero el compromiso es que cuando le toque revisar, el Banco analizará la situación completa y tomará la decisión que tenga que tomar”, expresó.
Cubero consideró que existe espacio para reducir la TPM y que lo hubo durante buena parte de 2024. No obstante, coincidió en que bajo tanta incertidumbre es prudente no hacer cambios. “La ventana de oportunidad que se tenía para hacer rebajas se cerró por esta incertidumbre”, añadió.
Moya comentó que Mercado de Valores pronostica un 4% de TPM al cierre de 2025, es decir, sin cambios, debido a las presiones externas por medidas arancelarias, así como por los niveles de inflación vistos desde finales del año pasado.
