En el último año y medio, los precios de los bienes y servicios que adquieren los extranjeros en Costa Rica les han resultado cada vez más caros.
Por un lado, los precios internos en Costa Rica siguen creciendo a un ritmo mayor que el promedio de los países con los cuales comercia nuestra nación y, por otro, la devaluación bajó su ritmo en el último año.
Estos efectos han ocasionado una apreciación real del colón cercana al 5% en el último año.
Para los extranjeros una apreciación real implica que tienen que dar más moneda de su país para adquirir los bienes nacionales.
Para los exportadores nacionales, la apreciación significa menores ganancias, pues reciben menos colones por la moneda extranjera en la cual les pagan.
Medida. Para medir la evolución real del colón el Banco Central utiliza el índice de tipo de cambio efectivo real.
Puede ser multilateral, el cual toma en cuenta 19 países con los cuales Costa Rica comercia, o bilateral, que considera a Estados Unidos, el principal socio.
Dicho índice está basado en la teoría de la paridad del poder de compra, la cual establece que el precio de los bienes comerciados internacionalmente debe ser el mismo en todos los países.
Por lo tanto, si un país tiene una inflación mayor que otro, entonces debe ajustar su tipo de cambio en esa diferencia para que los precios se mantengan iguales.
En el sistema de minidevaluaciones, que prevaleció en el país entre 1984 y el 2006, Costa Rica ajustó el precio del dólar en colones con base en esta teoría.
La devaluación era equivalente a la diferencia entre la inflación local y externa.
Durante este tiempo el Central procuró mantener el índice cercano a 100, para garantizar la competitividad de las exportaciones.
Nuevo esquema. Con el nuevo sistema de bandas, explicó el presidente del Banco Central, Francisco de Paula Gutiérrez, el objetivo es bajar la inflación y no es mantener el indicador cerca de 100.
Para el expresidente del ente emisor, Eduardo Lizano –quien apoya la flexibilización cambiaria y la baja en la inflación– , en momentos en que el país busca profundizar la inserción internacional debe tener cuidado en este tema.
“No nos vaya a pasar lo de El Salvador, que exporta gente o exporta camisas. Si exporta gente, esa gente envía remesas, que vienen a aumentar la oferta de dólares dentro del país y el tipo de cambio baja, pero entonces ese menor tipo de cambio afecta la exportación de camisas”, comentó.
Gutiérrez comentó que se requiere compensar la apreciación real del colón con mejoras en infraestructura y logística, entre otros, pero eso requiere tiempo.