El mayor banco de Estados Unidos, Citigroup, adquirió el Grupo Financiero Uno, con presencia en Centroamérica y Panamá, según anunció ayer.
El monto de la transacción –sujeta a aprobación de las entidades fiscalizadoras– no fue divulgado por las partes.
Grupo Uno es dueño en Costa Rica de Banco Uno y de Aval Card. Además tiene operaciones en Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y El Salvador.
Mantiene activos por unos $2.100 millones y poco más de un millón de clientes, principalmente en tarjetas de crédito.
Cuenta con 75 sucursales y más de 100 pequeñas oficinas y puntos de venta en el istmo.
Por su parte, Citigroup tiene presencia en 24 naciones de Latinomaérica, con más de 1.600 sucursales bancarias y 500 centros de atención al consumidor.
Sus activos sumaron $1.476.586 millones, a setiembre pasado.
Asimismo, Citigroup tiene 13.000 clientes empresariales, 17 millones en banca minorista y una cartera de nueve millones de tarjetas de crédito.
Entre sus fortalezas está su operación en banca de personas, de ahí que la compra de Grupo Uno –con alta penetración en el mercado de tarjetas de crédito– es un importante paso en su posicionamiento en el istmo.
Manuel Medina-Mora, presidente ejecutivo de Citigroup Latin America& México, dijo a través de un comunicado de prensa que la adquisición es una plataforma para la expansión de la banca minorista en la región.
Medina-Mora comentó que con la compra de Uno se amplían las oportunidades y el alcance geográfico de Citigroup en la región.
Se intentó conocer la opinión de Ana Mora y Jorge Mora, gerentes de Banco Uno y Citibank en Costa Rica, respectivamente, pero no fue posible luego de varias llamadas.
Cambio de estrategia. El ingreso de Citigroup en la región era esperado desde hace tiempo por los banqueros locales, pero su llegada se fue postergando.
La adquisición de Uno es una muestra de la estrategia más agresiva que está aplicando en Latinoamérica el banco estadounidense.
Dicha tendencia se aceleró luego de que las autoridades de Citigroup decidieran que la administración de sus subsidiarias latinoamericanas se concentre en México y no en Nueva York, como venía ocurriendo en los últimos años.
Expertos locales consideran que con una participación más activa de Citigroup, los niveles de competencia se elevarán mucho más, así como la calidad de los servicios y las normas reguladoras, lo que beneficiará al consumidor.
Esta compra se une a las que realizaron anteriormente GE Consumer Finance con el grupo BAC; Scotiabank con Corporación Interfin, y, más recientemente, el inglés HSBC con Banistmo de Panamá.
Los banqueros manifestaron que está transacción confirma el respaldo a la región que han dado los grandes bancos internacionales, así como empresas, debido a las oportunidades de negocios que se están generando a través del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Centroamérica y Estados Unidos, principalmente.